Su primer juicio, las fiestas del año 1924 y la reina
del pueblo.- Los lances de honor.- influencia de la mancha en España.-
personalidades manchegas
Viene hoy a LANZA, uno de los hombres que más amor sienten por la Mancha: Francisco Herencia.
Prometimos-y lo estamos cumpliendo- traer a nuestras páginas a cuantos se habían destacado o trabajado por nuestra tierra y en ese desfilar de imágenes y entrevistas nos complace hacerlo en este número con el manchegazo –como él califica a otros de sus paisanos- de don Francisco Herencia, el hombre que fue telegrafista, periodista, alcalde, abogado y director de un Banco en nuestra capital.
Encontramos al señor Herencia más viejo de lo que es; las desgracias familiares nos reducen materialmente e incluso nos afectan al espíritu, pero eso que para muchos es infranqueable, solo nos impidió, en nuestros propósitos, retardar la publicación de esta interviú.
Le hemos preguntado cuando ejerció la Alcaldía de la capital.
-Fue- nos dice – por los años 1924 y 1925, en que cesé presentando la dimisión por ostentar un criterio diferente con el entonces Gobernador señor Escribano, sobre el problema de las aguas, ¡dichoso problema!
-¿Y como abogado?
-Actué desde el
19 de octubre de 1917 hasta el año 1945 en que me di la baja por razones de
salud. También me jubilé como director del banco Español de Crédito, si bien
como abogado se tuvo conmigo la deferencia de nombrarme en julio de 1945,
Magistrado suplente de la Audiencia Provincial.
-¿Qué datos o anécdota recuerda de su actuación pública o profesional?
-De mi actuación política solo sé que siempre ha sido para servir a mi pueblo en el Ayuntamiento. Viene a mi memoria la circunstancia de que en el año 1924, en muy pocos días propuse y organice con los concejales más entusiastas un programa de festejos de envergadura. A este particular recuerdo la colaboración del pobre Manuel Juan que siempre fue un amigo leal. Tuve la satisfacción de lograr que la procesión de la Patrona se hiciera por las calles de la Azucena, Estación, Toledo, Plaza y Prado. El marco del paseo resultaba bastante reducido para el gentío y fieles que asistían a la procesión. Había que hacer un esfuerzo para conseguirlo. El Obispo que entonces regia la Diócesis, el mártir Doctor Estenaga y el Cabildo me ayudaron mucho en el propósito, aunque surgieron algunos reventadores que bajo cuerda y con murmuraciones se oponían a la iniciativa. Se triunfó en toda la línea y la procesión a excepción del periodo del dominio marxista sigue haciendo el recorrido que establecimos nosotros.
De las personas ajenas a la Corporación recuerdo que ejercitando ese derecho que se llama de ciudadanía, nos ayudó muchísimo mi entrañable amigo y gran entusiasta de Ciudad Real, Luis Bermejo.
Organice una
fiesta literaria haciendo la proclamación de la Reina de la Feria con su corte
de honor, meramente popular, de 4 bellas señoritas del pueblo, que
representaban a los 4 barrios de la Ciudad y dos niñas de pajes. Todavía
conservo una foto de aquella corte y aquí va por si ustedes quieren publicarla.
Aquello de la Reina de la Feria, fue iniciativa bastante simpática y popular.
Una muchacha muy agraciada y bonita tuvo un reinado, aunque efímero. En este
festejo me ayudó muchísimo ese gran artista que se llama José Mur. Yo creo que
es un artistazo mayor de lo que muchos piensan. ¡Lástima es que no viva en una
gran ciudad donde pueda desarrollar su arte y sus actuaciones!
Donde quiera que asistía la Reina de la Feria y su corte, como toros y teatros, etc., etc.; se tocaba la Marcha Real y el público en pie aplaudía y vitoreaba.
-Es de suponer que estos festejos servirían para dar fama a la capital.
¿Se invirtió mucho dinero en ellos?
-Yo tenía y he tenido siempre el criterio, de que las fiestas y festejos populares son reproductivos para el Ayuntamiento. Sabía algo de los rumores de algunos murmuradores. Un periodista local se permitió el poco tiempo hablar de los gastos del Ayuntamiento en aquella fecha, diciendo en letras de molde que habían sido costosos para el erario municipal. Yo que estaba deseoso y ansioso del momento, aquello me proporcionó la ocasión de aclarar públicamente y demostrar el error. Y así lo hice en “El Pueblo Manchego”, dándome el gustazo y la ocasión de decir en la Prensa lo que tanto anhelaba y esperaba.
-¿Qué obras o proyectos se hicieron durante su actuación?
-Cuando cese en la Alcaldía teníamos preparados varios proyectos para un presupuesto extraordinario en el que iban reforma del edificio viejo de la Audiencia, Mercado, Casa de Socorro, Casa de Baños, Parque de Incendios, Lavaderos Públicos y adoquinado de varias calles. Pero todo quedó en proyectos, algunos bastantes vistosos y bonitos que se hicieron bajo la dirección del arquitecto municipal don José Arias, y en cuya parte económica colaboró con bastante entusiasmo el entonces Interventor de Fondos don Fidenciano Trujillo. Este proyecto había sido aprobado por la Comisión Permanente cuando cesé en la Alcaldía.
(CONTINUARA)
Dulce N. Ramírez Morales. Diario “Lanza” miércoles 9
de abril de 1947
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