NOTICIAS DE CIUDAD REAL EN 1845

 

Una pequeña correría que he tenido precisión de hacer por algunos pueblos de la provincia, me ha confirmado en la idea que ya tenía yo anticipadamente del infeliz estado en que se hallan los pueblos que la componen; á excepción de uno he tenido el disgusto de encontrar lodos los demás angustiados con el peso de las terribles comisiones de apremio, lo que no es de extrañar, pues se me ha asegurado que solo en el espacio de dos a tres días se han despachado nada menos que la friolera de unas ciento. ¿Pero se cobrarán al fin las contribuciones? Creo que no, porque el valor de las consignaciones ha subido un ciento por ciento, y la principal riqueza de este país consiste en los cereales y caldos que no tienen salida.

En el día de ayer ha tomado posesión el señor Toledano, párroco de Santiago de esta ciudad, del curato de Santa María del Prado de la misma, a nombre del que lo ha sido hasta ahora de Aravaca, el Dr. D. Cipriano Sánchez Agundez; la ceremonia se ha hecho con toda solemnidad. Ya era tiempo que la célebre parroquial de Santa María saliera de la orfandad en que ha ya muchos años se halla, y disfrutara la satisfacción de tener a su frente un pastor celoso y entendido cual nos consta es el encargado de aquella respetable y vasta feligresía.

El culto y el clero continúan por acá aún más desatendidos que las clases pasivas, que es a cuanto puede llegar la desatención-, a lo menos estas van cobrando de vez en cuando sus paguillas, de cuatro a cinco en este año; y aún tienen esperanzas fundadas de alcanzar otra en los próximos turrones; no así el culto y el clero, que no han cobrado más que un tercio, por cierto bien recortado, y no tienen otra esperanza que la de, helarse de frio en la cercana nochebuena,  si es que antes no se |mueren de hambre. Un año más, decían los señores moderados al censurar las llamadas leyes de dotación del culto y clero que promulgaron los señores progresistas, y la religión de los Recaderos desaparece en España: un año más de situación, decimos nosotros, y quizá desaparece hasta la misma España.

“El Católico”, miércoles 17 de diciembre de 1845