Ayer domingo se celebró en Malagón la
Octava del Corpus Christi. Es un día con mucha solera en Malagón y una
tradición que está calando muy hondo en los últimos años. Una celebración muy
particular que discurre en pocos pueblos de nuestra provincia y que brilla con
luz propia.
En los días previos a la procesión, los
trabajadores municipales llenan de banderolas y pancartas representativas las
calles por las que discurrirá la procesión.
El recorrido procesional se llena de
alfombras de serrín de colores, que previamente ha sido tintado, mezclado con
sal y muchísimas flores. Las diferentes Hermandades, Asociaciones Culturales y
diferentes colectivos, participan activamente,
se involucran y cada una de ellas intenta realizar alfombras lo más
originales posibles.
También son dignos de admiración los
altares que se reparten por el recorrido, en cada uno de ellos se efectuó una
estación, una breve parada donde se realiza una oración.
El acto procesional abre su comitiva con
los monaguillos avisando al son de las campanas que la custodia con el cuerpo
de Cristo se acerca. Le siguen los portadores de estandartes de las Hermandades
de penitencia y gloria del pueblo y las bandas de música; un auténtico día de
gozo y alegría.
Al palio lo escoltan las fuerzas del
orden municipal, que ataviados con el mejor de sus uniformes acompañan a la
comitiva. Tras el palio, las autoridades locales, el Alcalde, los concejales de
la Corporación Municipal y muchas personas que quieren participar de esta
peculiar y original procesión. En definitiva, una cita imprescindible y
obligada que nadie se debe perder.
La decoración, que ha engalanado a
Malagón, es efímera, fugaz y maravillosa, pues después del paso de la Custodia,
solo quedan las alfombras desmembradas y
el olor a hierbas aromáticas, a mejorana, hierbabuena y romero.
Nuestra provincia tiene un punto
obligado de visita el domingo de la procesión de la Octava del Corpus Christi.
Espectacular! Muchas Gracias Alberto!
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