Casa
de los Condes de la Cañada en la antigua calle de la Sangre
El linaje de los Condes de la Cañada
tiene sus orígenes en el Principado de Asturias y seria en el siglo XIX cuando
se avecinaría en nuestra ciudad con el sexto Conde de la Cañada, quien establecería aqui su residencia a raíz de
su matrimonio.
El sexto Conde de la Cañada fue el Excmo.
Sr. D. Rafael Acedo-Rico Y Amat, Olazábal y Quintano, nacido en Madrid el 20 de
mayo de 1815, llego a ser Teniente General de los Reales Ejércitos, Capitán
General de Castilla la Vieja, Navarra y Extremadura, Director General de
Artillería y Estado mayor y de la Guardia Civil; Mariscal de Campo, Gentil hombre
de Cámara de S.M., con ejercicio y servidumbre, Senador vitalicio del reino,
Gran Cruz de Isabel la Católica, de San Fernando, San Hemenegildo, etc. Fue
primera figura política y militar de su época y tuvo participación destacada en
las Guerras Carlistas y, sobre todo, en la Restauración de la Monarquía
tradicional en la persona de Don Alfonso XII (años 1874 a 1885), siendo por
todo ello sublimada su persona y Casa a la dignidad de la Grandeza de España.
D. Rafael Acedo-Rico contrajo matrimonio
con Dª. María Josefa de Medrano y Maldonado que fue Dama noble de la reina
María Luisa en 10/10/1867 (fue condecorada por S.M. en su Real Cámara, en
22/1/1868), Señora de un Vínculo de la Casa Medrano. Por este matrimonio la
casa de los Condes de la Cañada quedó avecinada en Ciudad Real, estableciendo
su residencia en la antigua calle “de la Sangre”, actual Conde de la Cañada.
La casa de los Condes de la Cañada era
una construcción del siglo XIX de dos plantas, con fachada de ladrillo rojo y
buena rejería que se ubicaba entre los números 4 y 6 de la actual calle Conde
de la Cañada. Esta calle cambio su primitivo nombre “de la Sangre” por el
actual en 1903, cuando el ayuntamiento lo acordó con el fin de homenajear a D.
Juan Acedo-Rico y Medrano, VII Conde de la Cañada, que mantenía su residencia
en la casa de sus padres en la mencionada calle.
La residencia de los Condes de la Cañada
se mantuvo en la calle dedicada a su linaje hasta 1951, cuando una nieta del
sexto Conde de la Cañada, Dª. Josefa Acedo-Rico y Jarava dejo en testamento la
vivienda a los Misioneros del Corazón de María, los claretianos, quienes
establecieron en la misma el noviciado de la provincia de Castilla hasta el año
1963 que fue trasladado, siendo vendida la casa para la construcción de los
actuales pisos que ocupan su solar.
Primer
Conde de la Cañada que se avecino en Ciudad Real, Excmo. Sr. D. Rafael
Acedo-Rico Y Amat, Olazábal y Quintano
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