Indudablemente, de todos los celebrados
en esta capital el domingo último, el baile más brillante ha sido el del Casino
de Ciudad Real, que en estos asuntos es siempre el amo del cotarro.
Quisiera tener la pluma de Dante para
reflejar en el papel el cuadro maravilloso, fantástico, deslumbrador, que
presentaban sus majestuosos salones, porque todo cuanto yo diga resultará
pálido ante la realidad.
Había tal derroche de luz, entusiasmo y
armonía y el ambiente que se respiraba era tan embriagador, que tuve momentos
en que me creí trasportado a uno de esos palacios encantados de que se nos
habla en Las mil y una noches, y todo
lo que ocurría a mi alrededor era efecto de una ilusión mágica.
No encuentro frases para referir tanta
magnificencia y esplendor, porque solamente su recuerdo embriaga mis sentidos,
ni acierto a relatar los caprichosos disfraces que lucieron mis paisanas,
muchos del mejor gusto y valor.
A pesar de todo, no he podido olvidar a
cinco preciosísimas muchachas vestidas de bebes, que parecían cinco imágenes
modeladas por Dios de una manera tan perfecta y bella, que el más afamado
cincel se hubiera detenido impotente al querer copiarlas, llegando a dudar si
serian criaturas divinizadas y sobrenaturales, hijas de mi soñadora
imaginación, o reales y efectivas; a una forastera muy serrana en traje de
manola, que me trastornó con sus gracias y chistes, perfectamente enterada de
la historia del llorón, y a la cual ofrecería con sumo gusta mi caricatura para
que, allá en su pueblo, la conservara en el portarretratos que aquella noche
llevaba; a dos seductoras locuras, de rostro nacarado, blondas caballeras y
ojos de color de cielo; a una retrechera y saladísima chula, de quince
primaveras, con pañuelo blanco bordado del mismo color y que por vez primera se
presenta en esta clase de reuniones, con la que, por más ruegos que la hice, no
pude conseguir bailar una mazurka; á su angelical hermana, con dominó de
riquísima colcha de seda amarilla; a una gitana que me hizo la buena ventura,
dotada de una verbosidad extraordinaria; a una sibila de esbelto talle y ojos
como soles; a cuatro viejas que arrebataron el juicio a los pocos que lo
conservan; a dos seductoras odaliscas que si Abd-el Azis las poseyera en su harén,
se consideraría el más feliz de los mortales; y a otras muchas aldeanas,
monjas, chulas, capuchones etc., que deslumbran con su belleza.
En resumen: que un baile como este hace
muchos años no se ha presenciado en Ciudad Real, y que la junta organizadora ha
visto realizado sus sueños dorados y premiados entusiásticos aplausos sus
esfuerzos.
También el celebrado en el Circulo de la
Unión resultó lucidísimo, al que asistieron multitud de caprichosas mascaritas,
y en el que reinó el mayor orden y alegría.
Pero a donde hubo una concurrencia
numerosísima hasta el extremo de no poder discurrir por el salón, fue en el
Círculo Artístico, no faltando encantadoras muchachas con ingeniosos disfraces,
que dieron animación y realce a la fiesta, entre las que recuerdo cinco bonitas
jockeys; tres monjas calatravas, e infinidad de chulas, pierrots, dominós,
capuchones, gitanas, etc.. y a mi adorada manola la del portarretratos , que me
abandonó en el Casino de Ciudad Real para dar con su presencia más lucidez al
baile del Artístico.
En fin, que la noche del domingo la
pasamos muy divertida y que es difícil se borre de la memoria de todas mis
lindas paisanas, a las que les importaría poco ganar el infierno con tal que
estas fiestas se sucederían a diario, que son los mismos deseos de EL LOCO DE
SIEMPRE.
Ciudad Real 2 de Marzo 98.
Fuente:
“La Juventud Torralbeña”. Torralba de Calatrava 5 de marzo de 1898. Centro de
Estudios de Castilla-La Mancha
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