Hernán
Pérez del Pulgar y García Osorio (Ciudad Real, 27 de julio de 1451-Granada, 11
de agosto de 1531)
Francisco
Pérez, bajo el seudónimo de “Antón Villarreal”, dedica una efeméride a la
célebre figura de Hernán Pérez del Pulgar y Ossorio, denominado “el de las
Hazañas y, tras leerse, llama la atención al expresar que: “Aquí, en Ciudad
Real natal, tuvo Plaza con su nombre y sencilla fuente-monumento que fue
trasladada desde su primitivo emplazamiento de la Plaza al Paseo del Prado…”
(vol., 1, pp.,253-4); pero dejemos, por ahora, la fuente-monumento y
centrémonos en la plaza/plazuela llamada “Hernán Pérez del Pulgar”,
desaparecida hoy del trazado urbano capitalino, “in memoriam del 656
aniversario del nacimiento (1451-2016) de este insigne e ilustre personaje.
A fines de 2015 sale a la luz el libro
de Calles, Plazas y Plazuelas de Ciudad Real. Recuerdos, Significación e
Historia, siendo su autor Rafael Cantero; y, en dicha obra habla –concisamente-
sobre el tema que nos ocupa, dice que a principios del siglo XX existía una
glorieta o plazuela que comunicaba la calle Jaspe… y la de Mejora. [Y] el
Ayuntamiento acordó poner el nombre de Glorieta de Hernán Pérez del Pulgar a
esta nueva calle que estaba situada en el solar que, actualmente, ocupa el
colegio público Perez Molina…” (p.,129)
Situémonos en el tercio último del siglo
XVII, concretamente en 1680, para tener noticias a través de la manuscrita
historia sobre Ciudad Real de Joseph Díaz que: “Servía de terminada para la cuerda de mulas la anchurosa calle que,
desde la Parroquia de San Pedro, se comunicaba con el Pilar; bien conocida con
el nombre de calle de las Bestias” (Singular idea del Sabio Rey don
Al[f]onso,… Cp. X,p.,73).
Entendemos que es mucho más elemental
decir “Ejido” o zona despoblada y yerma, en vez de anchurosa calle, porque tal
termino se aplica y puede identificarse como lugar donde “suelen reunirse los
ganados (bien sea caballar u otros animales de servicios) o establecerse las
eras”; y, de ahí, que por la década de los años setenta y ochenta del citado
siglo XVII se denominase calle de las “Bestias” a la actual de Ramón y Cajal,
antes calle de la Mejora.
La
Plaza del Pilar a principios del siglo XX
José Golderos es de la opinión y cree, sin lugar a dudas, que la calle precedente “no puede ser ajena a la antigua costumbre de dejar en esta calle los animales que viajeros y arrieros utilizaban o montaban en sus desplazamientos a Ciudad Real, o quizá a la circunstancia de celebrarse en el Pilar o su entorno un mercado de ganado” (Ciudad Real, siete siglos a través… y plazas); y, no deja de llevar razón, pues Joaquín Gómez hacia mediados del siglo XIX dice:
“El
Pilar podía a ser una plaza hermosa con casas, paradores,… El verano último
conté hasta cincuenta árboles, que deben de aumentarse y cuidarse para sombra
en los días de feria, como punto donde colocan las piaras de mulas,…”
(Historia de la ciudad de Ciudad Real,… pp., 176-7)
Por otra parte, sobre este mismo tema,
el testimonio de Fr. Antonio de Lorea[1] es de suma importancia a ser de mediados del
siglo XVII; por él sabemos que: “El origen de la fundación de Ciudad Real fue un
pozo que [h]oy se llama el Pilar, al cual en mi tiempo le conocí señas de lo
q[ue] fue antes en muchas pilas de piedra que tenía en contorno, donde acudían
a beber los ganados, y animales de servicio”… (caballos, mulas, asnos, etc..).
Pasan décadas e incluso el siglo XVIII y
así llegamos a principios del XIX donde había y continúa existiendo una manzana
urbana de forma trapezoidal, dentro del casco poblacional de Ciudad Real,
flanqueada por las actuales calles de Ramón y Cajal (abril de 1922), al norte ;
la de Hernán Pérez del Pulgar (febrero de 1922), al sur; la de Ruiz Morote
(Noviembre de 1923), al este; y, la Plaza del Pilar, al oeste, que siglo y
medio atrás era denominada “sitio”.
La actual calle de Ramón y Cajal a fines
del siglo XVII era nominada de las Bestias; después, desde mediados del siglo
XIX hasta principios del siguiente siglo llamábase de la Mejora, como se dijo.
La calle Ruiz Morote, por los mismos años, se titulaba Dorada. Y, por último,
en dichas fechas la calle Hernán Pérez del Pulgar se denominaba Jaspe.
[1]
Escasos son los datos que se conocen acerca de este dominico; se sabe que era
natural de Almagro e ingresó en el convento de esta ciudad; y, es posible que
pasara por los conventos de Antequera, Almagro y Madrid, para terminar en
Valencia donde falleció en 1685
Ciudad
Real 1925. Manzana urbana circundada por las actuales calles de Ramón y Cajal
(Mejora), Hernán Pérez del Pulgar (Jaspe) y la de Ruiz Morote (Dorada), así
como por la terraza del “Café la Unión” situada frente a la Plaza de Cervantes,
Plaza del Pilar hoy
Ello viene a colación porque al inicio
del siglo XIX y con fachada principal a la calle Dorada (número 8-12) se
hallaba el ex-convento hospital de San Juan de Dios y contiguo (n.º 14), con
vuelta a una calle innominada, el hospital de la Concepción para mujeres; y
este último “establecimiento lo fundó
Hernando de Poblete, para proporcionar habitación a –mujeres solteras pobres, a
quiénes el día 25 de Diciembre se daba un corto socorro” (Domingo Clemente.
Guía de Ciudad Real, p.,84)
Inocente Hervás, más extenso que
Clemente, facilita datos sobre este edificio y fundación hospitalaria; expresa
que “Reina no poca confusión en las
noticias que tenemos de esta institución benéfica, convertida hoy (principios
del siglo XX) en solar. El cronista de la o[rden] de S[an] Juan de Dios nos
dice ser en el siglo XVII Beaterio de la O. de S. Francisco. La visita de 1775
se llama Asilo, donde tenían habitación mujeres solteras y pobres, las que
recibían limosna…; fundación de los bienhechores de esta ciudad D. Cristóbal de
Mena y Dª. Ana Mexia, a los que se agregaron las memorias de D. Fernando
Poblete y la de D. Álvaro Vergara” (Diccionario Histórico Geográfico,…
p.,360).
En cuanto al ex-convento hospital de San
Juan de Dios, tras morir Diego López Tufiño, fue Antonio de Torres (su
heredero) quien trato de la fundación con el general y religiosos de la Orden
Hospitalaria; y, dejando el asiento primitivo por “ser lugar bajo e insano”, se
establecieron “en la casa principal de D. Jerónimo Muñoz Treviño de Loaysa,
junto al Beatorio de la O[rden] de San Francisco, donde fabricaron dos salas
para treinta camas… (1643) y, después, en 1660 se dio principio a la fábrica de
la iglesia,… bajo la advocación del Espíritu Santo” (I. Hervás, Diccionario
Histórico…, p.,363).
Las leyes y otra legislación
desamortizadoras (octubre de 1820 y junio de 1821) sobre la supresión de los
monasterios de las órdenes religiosas, así como la de los hospitales, obligaron
a sus moradores a abandonar el de San Juan de Dios en 1822, del cual “se
encargó el Ayuntamiento (Ciudad Real) de la asistencia de los enfermos”; pero
exceptuada la Orden hospitalaria, “volvieron prontamente (los religiosos) a su
caritativo ministerio hasta principios de Marzo de 1836 que fueron obligados a
dejar definitivamente el Hospital, encargándose el Ayuntamiento por segunda vez
de su administración; …” (Hervás, Ibidem. Íd., p., 363).
En el tercio primero del siglo XIX existían en Ciudad Real ocho conventos de regulares, cinco de religiosos y tres de religiosas. Y, según el profesor Félix Pillet, de “acuerdo con las Juntas viejas y nuevas, los cinco conventos de religiosos tuvieron distinto destino; el Estado como propietario de los Bienes Nacionales se quedó con los conventos del Carmen y de la Merced, y el Ayuntamiento recibió de las Juntas los de Santo Domingo, San Juan de Dios y San Francisco” (Geografía Urbana de Ciudad Real. Cp. 4º, III, p., 213).
Más tarde, hacia mediados del siglo XIX
a espaldas del ex-convento hospital de San Juan de Dios y del hospital de la
Concepción para mujeres pobres, situados ambos en la calle Dorada números 8-14,
un vasto espacio yermo cielo abierto y se comunicaba con el Pilar; se hallaba
flanqueado por las calles de la Mejora, antes de las Bestias, por el norte y la
del Jaspe por el lado sur. Y, por aquella misma fecha, el citado espacio a
descubierto debía estar reducido y parte parcelado, al tiempo cerrado por el
suroeste con un/os inmueble/s (desaparecidos hoy), donde es muy posible que
estuviese el “Casino Popular”; y más tarde, en 1904, se levanta otro edificio
de nueva planta (dos alturas) que albergaría el “Gran Circulo La Unión”,
construido por el arquitecto provincial Sebastián Rebollar y Muñoz.
“Creada
esta Asociación en el corriente año, con el fin de constituir un centro donde
se difunda y discutan los principios democráticos, con el proporcionar
instrucción –fundado un Atenao- y con el procurar el recreo y la unión de los
socios, ha venido a llenar una necesidad que hace tiempo dejábase sentir en la
capital” (Clemente. Guía de Ciudad Real, p., 56).
El edificio propiamente dicho no tenía
número policía, hallábase flanqueado por los del antiguo Cuartel (dch.) de la
Reserva [Guardia Civil] en 1850 y 1885, así como el Banco España (izqd.); el
cual estaba destinado a casino/café “La Unión” (1925) y/o “restaurante, con su amplia terraza dando frente al Pilar y al principio
de las calles Mejora y Jaspe, hoy Ramón y Cajal y Hernán Pérez del Pulgar. El
primitivo restaurante –luego fue bastantes años Casino Artístico- se llamó
también Café Espinós, que así se apellidaba su propietario” (C. López
Pastor. Ciudad Real medio siglo…, Plaza del Pilar, p., 22).
Derribado el edificio de la “Unión”,
sobre el mismo solar, fue levantado otro de nueva construcción por los años
treinta del siglo XX para albergar viviendas particulares, oficinas (INC) y, en
la planta baja, la sucursal del Banco Español de Crédito, ocupada en la
actualidad por una de las entidades del banco de Santander.
Jorge
Sánchez Lillo. Consejero del Instituto de Estudios Manchegos. Lanza Semanario
de la Mancha, Viernes 25 de agosto de 2017
La
calle Hernán Pérez del Pulgar en 1990, fotografía Antonio López
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