Imágenes
del Molino del Emperador cuando aún estaba en funcionamiento
Cerca del Puente Nolaya, se encuentra el
Molino del Emperador, cuyas ruinas también han quedado al descubierto tras la
sequia del Pantano del Vicario.
Situado
en las proximidades de Peralbillo sobre el Guadiana, en el término
municipal de Ciudad Real. El sitio es conocido desde antiguo según el profesor
Corchado Soriano, que en su obra “El Campo de Calatrava: Los Pueblos” dice lo
siguiente: “en la Edad Media es varias
veces mencionado el molino y azuda del Emperador sobre el Guadiana, por dos
donaciones vitalicias en 1219 (AHN, Calatrava P-82) y en 1267 (Osteret, Índice,
L3º, parte primera fº 281), en cuyos documentos se habla de azuda, molino y
campo de labor, lo que indica la existencia de una zona pequeña heredad tal vez
señalada cartográficamente en el anejo de Peralvillo que pasa al sur del
Guadiana (Mapa Topog. Nac. Hoja 759); siendo asimismo mencionada en la
sentencia de Alfonso XI en 1329: “… e de las (azeñas) del Emperador dos ruedas
e una…” (AHN, Calatrava R-222) en 1385 se creó la encomienda de la Fuente del
Emperador, cuyo principal miembro consistía en una dehesa hoy en el termino de
los Yebenes, prov. de Toledo, pero ignoramos si este suplemento de la Azuda del
mismo nombre estuvo unido a ella desde su fundación o fue objeto de posterior
donación, ya que en 1543 cuando los bienes de la encomienda fueron
desmembrados, y enajenados al Colegio de Doncellas Nobles de Toledo, se incluyó
en la venta, como se refleja en las relaciones de Miguelturra de 1579, contest.
22: “…el molino del Emperador y dehesa del Emperador… era de la jurisdicción de
esta silla y de la Encomienda de la Fuente del Emperador… se enajenó a las
monjas de Toledo…”, y a partir de entonces dependió de dicho Colegio hasta su
desamortización en el XIX”.
Los hermanos Rodríguez Sendarrubias,
fueron los últimos molineros que lo mantuvieron operativo, hasta que lo
vendieron en 1959.
Tipológicamente el molino del Emperador
corresponde, aún edificio de planta homogénea
y unitaria distribuida en dos pisos, en el que se incluyen la vivienda del
molinero (en el piso superior), y un pequeño horno para el gasto familiar. El
resto de las dependencias estarían destinadas a las instalaciones propias del
molino (almacenes, graneros, bóveda, caz,…).
La energía eléctrica necesaria, tanto
para la casa, como para el funcionamiento del negocio, era producida por la
propia fuerza del agua, a través de un dinamo (posteriormente un generador) que
la distribuía según las necesidades de consumo.
Bibliografía: Mª del Castillo González Garrido “El Molinero”, en Cuadernos de Historia de la Universidad Popular de Miguelturra Nº 2.
Bibliografía: Mª del Castillo González Garrido “El Molinero”, en Cuadernos de Historia de la Universidad Popular de Miguelturra Nº 2.
Que triste es comprobar cómo se ha dejado derruir este maravilloso molino. Yo lo conocí por dentro cuando todas sus paredes estaban en pie y era grande e imponente. Si este edificio hubiese estado ubicado en otro lugar seguro se hubiese hecho lo imposible por mantenerlo en pie y quizás ahora estaríamos orgullosos de pasear por sus habitáculos y poder disfrutar de nuestro patrimonio. Yo no soy experta pero en las condiciones que está me pregunto¿Se podría restaurar?
ResponderEliminarSeguro que si, no solo hablo como familiar de los últimos propietarios, si no como ciudad realeño sería un orgullo mantener este edificio por su valor histórico y lo que suponia en aquella época ya que era un pilar muy importante en la economía y la forma de vida. Comían muchas familias gracias al Molino.
EliminarMuchas gracias por recuperar la historia de nuestra familia. Estuvimos rondando estos días por allí y apenas aguantan los últimos muros del edificio. Un saludo.
ResponderEliminarQue pena ,era el molino de mis abuelos
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