Una
vista de la Parroquia de Santiago a principios del siglo XX con su antiguo
chapitel
Está situada en la plaza de Santiago,
formando con la Catedral y San Pedro un triángulo centrado al perímetro de la
ciudad.
Se ha pretendido con este motivo por
algunos, sin verdadero fundamento, suponer que las tres iglesias fueron
erigidas simultáneamente al fundar la Villa; pero hoy los autores más
competentes niegan esa idea poco verosímil ya a primera vista. Lo natural es que
al fundarse Villarreal, tuviese ya la aldea preexistente su ermita, que ensanchada
fuese la primera Iglesia de la Ciudad; y clara es que el probable emplazamiento
del tradicional pozo marcará el sitio de ese primitivo casería e Iglesia. Ahora
bien, los dos lugares que a dicho pozo se asignan como probables al principio
de este artículo caen en la proximidad o en el mismo emplazamiento de Santa
María y la ermita convertida por Alfonso X en Iglesia, por tanto, parece que
debió estar situada en dicho barrio y problamente donde hoy la Catedral; y que
dicha ermita ampliada, de la que hoy solo queda en Catedral quizás la Puerta
del Perdón, fue la primera Iglesia de Villarreal; de ello también es algún
indicio su consagración a la Virgen, dado que a la conocida devoción Mariana en
la Edad Media en España debía corresponder como regla general la advocación de
Santa María dada a su primer templo en cada pueblo. Es probables también como
otro indicio más en corroboración de lo dicho, que cerca de la primera parte
poblada de Villarreal, antiguo caserío se proyectase y construyese la primera
puerta de la nueva ciudad, a fin de que respondiese a la más fácil comunicación
con Castilla de sus habitantes, cuanto a la mejor defensa de la puerta misma
con la vecindad de múltiples construcciones y recursos en hombres y materiales;
y esa primera puerta es sabido que fue la de Toledo. En suma, que el probable
emplazamiento del Pozuelo Seco, con la efectiva situación de la Puerta de
Toledo, la antigua situación de Alarcos, también hacia este lado, y la misma
advocación de Santa María del Prado, abonan la creencia de que la primitiva
ermita, e iglesia luego, se hallase en las cercanías de la actual Catedral o en
su mismo terreno. Confírmanlo también como probable conjetura la situación del
Alcázar que debió colocarse a la parte opuesta de lo ya poblado por las clases
más humildes en busca de mayor espacio y de cierta separación entre estas
clases y las más aristocráticas, y procurando también formar otro centro defensivo
opuesto al de la Puerta de Toledo y caserío anterior. Pero claro es que de
todas suertes la Catedral de hoy en su casi totalidad es la última edificación
de las tres iglesias. Formado pues, probablemente el primer núcleo importante
de población en el Barrio de Santa María opuesto al Alcázar que está en el de
San Pedro, con aquella primera iglesia bastaría al pronto para los cristianos;
pero enseguida, (pues se sabe que el desarrollo de la villa fue muy rápido), al
aumentar los habitantes de ese barrio popular, algunos cristianos se irían
adentrando en dirección al espacio que quedaba libre por fuera de la parte
aristocrática, o barrio del Alcázar, y hubieron de venir para ello al actual
barrio de Santiago, en que, como sitio único, también adecuado, se habrían
aposentado ya los judíos, poco amigos de vivir entre cristianos y moriscos, constando
que, después de su mengua por la Inquisición (1484 Y 1485), en 1590 se elevaba
la judería de Villarreal a 523 habitantes (Hervás). Ya en este lugar los
cristianos a fines del mismo siglo XIII, pudieron, aprovechando la
circunstancia de que existiera allí como antiguo torreón de avanzada, atalaya y
defensa del Pozuelo, según supone, y a nuestro juicio no sin razón, Ramírez de
Arellano, (1) la actual torre
de Santiago, sentirse estimulados a completarla con la adición de una sencilla
iglesia, surgiendo de aquí la actual de ese nombre, que tiene en efecto el
sello de pobreza y antigüedad muy marcado, siendo a nuestro entender, como
veremos, del mismo siglo XIII, y por tanto la más antigua construcción hoy
existente de los tres templos principales de la Ciudad y su torre contemporánea
de la primitiva ermita del Pozuelo. San Pedro debió obedecer a una génesis más
lenta, como había de serlo el desarrollo de la aristocracia Villarrealenga; así
lo confirman sus caracteres, que, como hemos visto, y muy acertadamente se dice
el Sr. Arellano, la clasifican como del siglo XIV, y aún de fines de éste, a
pesar de cierta robustez de estructura, con múltiples obras del XV. Resulta
pues el templo de Santiago el más antiguo hoy existente en Ciudad Real, y a
ello responde su aspecto de vetusted y sencillo arcaísmo aunque todavía sólido.
Vista del interior de la
parroquia hacia 1917
Desde su fundación fue Santiago de tres
naves comunicadas por cuatro arcos formeros a cada lado, (apuntados, de factura modesta y primaria, que se reconoce en sus vértires
agudos y de áspero encuentro a la manera de las ojivas lancetadas, tan comúnmente empleadas en aquél siglo XIII, con la variante sin embargo de que en este caso
(con excepción de los del crucero algo estrechos en la base), los otros tres
arcos llevan los estribos muy apartados y demasiado bajos. (2)
No son estos tampoco de la verdadera
forma del estilo (pilares redondos con columnas adosadas de mayor elevación)
sino muy bajos y rudos machones octogonales que recuerdan mucho la pesadez de
las pilastras y apoyos románicos, lo mismo que los capiteles. Estos capiteles
son unos de follage y otros torales ocultos por la cal y pintura pero viéndose
que se diferencian del estilo ojival que la filaria en este estilo se desarrolla
en mayor altura vertical lo mismo que el tambor del capitel mismo.
Únase a esas reminiscencias la sencillez
de la bóveda absidal y una ventanita románica del crucero y podrá asegurarse
que con tanto resabio románico y sus características ojivales del primer periodo
no puede dejar de corresponder esta iglesia a los principios de este estilo en
la región, lo cual unido a las inducciones antes de talladas de carácter
histórico nos confirman en atribuir el templo a finales de dicho siglo XIII, ya
que sus expuestas condiciones no permiten
suponerlo posterior, y que no es verosímil tampoco que en los dos
primeros tercios del siglo hubiese para el pequeño caserío del Pozuelo, ni para
la naciente Villarreal dos iglesias no autorizando nada a suponer que el
caserío ocupase el emplazamiento de Santiago, ni menos que tan humilde aldea
tuviese una iglesia con torre tan Importante. (3)
La bóveda actual, de cañón de la nave
central es postiza falsa, de cañizo recubierto de yeso, insignificante
artísticamente, y desde luego, y construida dos metros más abajo de la anterior
techumbre, ocultando el artístico artesonado de ésta, (lámina 55), de armadura
de lazos a cuatro tallada durante el último tercio del siglo XIV. Lo describe
así Ramírez de Arellano, y así se conserva hoy, según hemos podido, no sin
trabajo, apreciarlo: «Tiene un almizate central muy cuajado de lazos de a cuatro
formando estrellas, y la labor de este almizate se corre por las descendidas en
tres fajas, una central y otra en cada extremo, de la techumbre, más estrechas
las extremas. Los centros o fondos de esta labor, tanto en lo ornamentado como
en las descendidas, están estofados, dorados y pintados, brillantes colores en
dibujos geométricos unas, y de flores y hojas otros (4), y si bien esta
parte pictórica, que es a la morisca, se halla bastante deteriorada no es
imposible su restauración. Los nueve pares de tirantes que sujetan el
artesonado, y que es apoyan sobre caprichosos, variados y amplios canes, están
también muy hermosamente decorados con pinturas a la morisca. El almarbate, o
sea, el friso se compone de dos líneas de tabicones en los que alternan los escudos
de armas de Santiago, Calatrava y el blasón de los Núñez de Godoy, que es el
que nos induce a deducir con precisión la época en que construyó, es decir que
fue costeado por el gran Maestre don Pedro Núñez de Godoy. Este techo se podía
restaurar para dejarlo al descubierto, primero en el maderámen y luego en las
pinturas, que es más costoso. Entra la bóveda actual y el artesonado, sobre el
arco toral hay un rosetoncito bien conservado aunque con algún desperfecto,
compuesto de un rosetón central lobulado y cinco o seis (son ocho medios),
alrededor, por donde recibía la Iglesia misteriosa y gratísima luz.(5)
Otra
vista del interior de la parroquia con el destruido paso de “Pilatos” en 1936
«Las tres naves terminan en otros tantos
ábsides, los dos laterales rotos en sus fondos, para dar paso a dos capillitas
empotradas construidas en la época en que se restauró la Iglesia; los tres están
cubiertos por bóvedas radiadas poligonales sencillas, apoyándose los nervios de
los rincones en medias columnas partiendo del pavimento y los intermedios en
otras medias columnas arrancando de la mitad del muro, sobre ménsulas muy
curiosas representando medias figuras humanas, hoy casi borradas todas como en
muchas partes del templo a fuerza de capas de cal y pintura, que se ha
acumulado sobre las labores adulterándolas o borrándolas con pésimo gusto.
Debería quitarse en esta iglesia la cal que recubre las labores antiguas, con
lo que se encontrarían quizás pinturas interesantes y se prevendría la ruína si
hubiese grietas ocultas» (6). En la Capilla
Mayor hay un regular retablo, con la imagen muy aceptable del Apóstol. Las
capillas laterales antes citadas abiertas en los ábsides nada ofrecen de
particular, como no sea en la del Evangelio un retablo barroco, ejemplar
profuso de la ornamentación del estilo. En el crucero hacia la nave del
Evangelio está la interesante ventanita románica de transición a que antes
hemos aludido, la cual se ve mejor desde el exterior del muro. En el coro a los
pies de la Iglesia, que es del Renacimiento insignificante y pobre se ve un
cuadro aceptable de la Purísima.
Bernardo
Portuondo: “Catalogo Monumental Artístico-Histórico de la provincia de Ciudad
Real”
(1) Lo creemos así,
aparte de otras consideraciones que a tan ilustre arqueólogo han sugerido su
idea, porque es muy probable, como queda dicho, que la primitiva ermita del
Pozuelo se hallase en el interior del caserío de ese nombre que ocuparía un
perímetro próximo a la puerta de Toledo, y que esa ermita
fuera desde luego dedicada a Santa
María, pues es sabida la devoción extraordinaria a la Virgen en la Edad Media;
que existiendo ya esta ermita se convertiría en Iglesia al fundar la villa en
1255, y que es poco creíble que la naciente población sin gran necesidad de
momento, puesto que ya contaba una Iglesia, se resolviese y tuviese medios para
erigir dentro del mismo siglo XIII la de Santiago (que es como veremos de ese
siglo), si esta obra no se hubiera encontrado allanada de antemano en su parte
más importante y costosa con la existencia de ese torreón, (acaso de los
principios del siglo XIII fecha inmediata a la destrucción de Alarcos que dejó
indefenso el Pozuelo), cuyo torreón, por otra parte, no corresponde tampoco por
su robustez y dimensiones a lo que la pobre iglesia de Santiago pudo ser en su
principio. Hasta la advocación misma de la Iglesia pudo guardar alguna relación
con ese origen militar. No pretendemos, claro está, erigir estas observaciones
en demostración cierta, ni mucho menos, sino ilustrar una conjetura que nos
parece muy verosímil, sobre todo si se añade que acaso pusieron este torreón a
un lado, la primitiva ermita al otro y el nuevo Alcázar en el fondo constituir
en la mente del fundador los vértices de un triangulo que sirviera de base para
determinar el perímetro de la villa, considerando los tres puntos como los tres
futuros centros de población en su recinto.
(2) Claro es que
esta variante puede obedecer a necesidades técnicas o económicas de la
construcción, lo cual haría desaparecer ese reparo muy relativo y parcial a la
opinión que vamos desarrollando.
(3) Ramírez de
Arellano parece que considera que solo quedan de la antigua construcción los
ábsides y el presbiterio y que la torre misma sólo es de últimos del siglo XIII
muy transformada además. Aún
con el mayor respecto a tan ilustre arqueólogo, no nos decidimos en este punto
concreto a seguirle como en tantos otros. Entendemos que los arcos y sobre todo
los machones de la nave y la ventana románica de transición son de la primitiva
iglesia sospechando que no debe haber exactitud en la cita al atribuir al Sr.
Ramírez de Arellano opinión contraria, puesto que él mismo ha sostenido con
razón, que la torre debió ser un antiguo torreón defensivo del Pozuelo, y este
ya a fin del siglo XIII formaba un simple barrio de Villarreal. En cambio es
interesante el recuerdo que hace de que en el siglo XVI, se tapió las ventanas
de los ábsides que eran unos ajimeces de forma lancetal y probablemente con
celosías de piedra que una restauración inteligente podría descubrir.
(4) Muchos han
perdido ya la ornamentación pictórica.
(5) Ramírez de
Arellano. Memorias Manchegas históricas y tradicionales, página 82.
(6) Ramírez de
Arellano. Memorias Manchegas históricas y tradicionales, página 83.
El
oculto artesonado de la parroquia a principios de siglo
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