Se conserva en el archivo diocesano de
la Archidiócesis de Toledo, lugar donde perteneció nuestra Diócesis hasta la
creación del Obispado-Priorato, un
pleito que surgió en el siglo XIX entre la comunidad de Monjas de las
Concepcionistas Franciscanas, y la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad.
Hay que recordar que la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, es la
hermandad más antigua de nuestra Semana Santa, de la cual ya hay documentación
en el siglo XVI. Procesionaba la noche del Viernes Santo, fundándose en el Convento de Franciscanos de nuestra ciudad, donde llegó a contar
con capilla propia, que desapareció en 1907. En esta capilla a parte de la
imagen de Nuestra Señora de la Soledad, recibían culto otras imágenes, entre
ellas la de San Antonio de Padua, celebrándose cultos en su honor y una verbena
con gran asistencia de ciudadrealeños.
Debido a las obras de reparación, que se
tuvieron que realizar en la capilla de la Soledad en 1860, las imágenes que recibían
culto en ella, se repartieron por diferentes iglesias de la ciudad, y cuando la
Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad terminó de restaurar la capilla e
intentó que las imágenes de su propiedad volvieran a ella, las Monjas
Concepcionistas se negaron a devolver la de San Antonio, e intentaron que un grupo de fieles
erigieran en el monasterio una congregación en su honor, lo que obligó a la
hermandad a presentar un pleito en el Arzobispado de Toledo en el año 1875.
Eran entonces Hermano Mayor de la hermandad, Pedro Lasanta, el Mayordomo,
Clemente González y el Secretario, Perfecto Acosta, quienes remitieron el
siguiente escrito al Arzobispado:
“ Ilmo.
Sr. Gobernador del Arzobispado de Toledo Sede-Vacante
Los que
suscriben, individuos de la Junta Directiva de la Cofradía de Nª Sra de la
Soledad de la ciudad de la fecha, por sí y a nombre del respetable y numeroso
personal que la compone, tiene el honor de acercarse a V.I. para exponerle con
todo respeto: Que teniendo entendido que se trata de eregir una nueva cofradía
en obsequio de San Antonio de Padua de esta capital y su Iglesia de Religiosas
Franciscas, suplican se digne declarar que de ser asequible semejante
pretensión solo sea sin perjuicio de los derechos de la corporación distinguida
que tenemos la honra de representar, atendidas las razones que humildemente
elevamos a la alta consideración de V.I.
1ª Que la
imagen de S. Antonio de Padua que se trata de venerar, es de la exclusiva
propiedad de nuestra Hermandad de la Soledad; adjudicada a la misma con otras
varias por orden de nuestro Emmo. Prelado, fecha 22 de junio de 1860, que
conservamos y cuyo expediente original obra en su Secretaría de Cámara.
2ª Que por
una circunstancia imprevista de fuerza mayor, cual ha sido una denuncia oficial
de la situación ruinosa de la Iglesia Capilla de Nª Sª de la Soledad, fundada y
costeada por esta Hermandad en 1565 (que con la de la V.O. Tercera constituyen
hoy el único resto de la arruinada Iglesia de PP. Franciscos) hubo necesidad de
trasladar las imágenes allí veneradas, haciéndolo de la de S. Antonio de Padua
a la Iglesia de Rsas. Franciscas, accediendo a los deseos de la comunidad y con
la cualidad de provisionalmente y sin perjuicio, aprobado asi por V.I. en junio
de 1872 mientras se atendía a la reparación de nuestro templo, aceptándolo así
y firmándolo la comunidad aludida en nuestro libro de acuerdos.
3ª Que la
Hermandad que representamos se ocupa actualmente de las obras de reparación de
su templo, allegando materiales y recursos de consideración.
4ª Que es
muy de notar la significativa e improvisada creación de la nueva cofradía,
dadas tales circunstancias, y ocasionada a disgustos que han empezado a
iniciarse con la muy respetable que representamos.
5ª
Finalmente, que no siendo facil aumentar el culto y veneración de S. Antonio en
esta localidad, es muy expuesto que haciendo vacilar la esperanza de volver a
colocarlo en su primitivo altar, se frustase la terminación de las obras, y
viéramos lastimosamente arruinarse este templo que nos fundaron y legaron
nuestros mayores, con digusto y sentimiento de su barrio numeroso; en abierta
oposición de la citada orden de S. Emª de 22 junio de 1860, y con detrimento
notable de la verdadera piedad y rectitud de intención que debe preceder a
tales pensamientos y exigen de suyo las cosas santas.
Por estas
razones, y por las que no pueden ocultarse a la alta penetración de V.I. los
exponentes:
A V.I.
suplican se sirva denegar semejante pretensión de una nueva Hermandad, o de
considerarla asequible, que sólo pueda serlo sin menoscabo ni perjuicio de los
sagrados derechos que representamos y quedan expuestos, y que terminadas las
obras, vuelva la imagen a su sitio.
Ciudad
Real 25 julio 1875”
Este escrito
contiene la siguiente anotación: “Espera el informe del Señor Vicario sobre
la solicitud de la Cofradía de la Soledad propietaria del San Antonio y en su
vista procederá”. Resolución que no se llevaría a cabo en el Arzobispado de
Toledo, sino que pasaría este asunto al nuevo Obispado Priorato de las Órdenes
Militares Españolas, creado en nuestra ciudad en el citado año 1875 y cuya
resolución definitiva se pospondría varios años después no siendo recuperada la
imagen por la hermandad hasta 1882.
Imagen de San Antonio de Padua que recibe culto en
la Parroquia de San Pedro Apóstol
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