Ciudad Real siempre tuvo un problema de
abastecimientos de aguas, que se resolvió cuando comenzó a funcionar el Pantano
de Gasset en 1915. Tres años antes, es decir en 1912, con la puesta en
funcionamiento de un pozo en la Poblachuela, se renuevan las fuentes de agua
pública de la población, entre ellas la instalada en la calle Calatrava.
La fuente de la calle Calatrava, que es la que ilustra la entrada de hoy, se encontraba enfrente del Colegio de San José, en lo que hoy es la Plaza de la Virgen de las Lágrimas, y que estuvo en funcionamiento hasta los años cincuenta del pasado siglo XX.
A finales del siglo XIX, el Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España (1898, n.º 25 página 218), decía lo siguiente sobre el agua que abastecía a Ciudad Real:
“El agua consumida en esta capital procede, en su mayor parte, de un pozo de noria situado en una de las huertas que existen cerca del camino á Poblete, en las afueras de la Puerta de Alarcos, á tres quilómetros de la población, y que elevadas del modo ordinario por una mula, corre en tubería de barro de 12 centímetros de diámetro interior, con una pendiente media de un milímetro por metro.
Esta conducción de aguas carece de un verdadero depósito y abastece á unas l 5000 personas, por medio de 75 metros cúbicos diarios, de un agua en la que predomina el bicarbonato de cal.
El precio del agua, de 5 céntimos el par de cántaros de 12 litros, viene á ser de l'25 á l'50 pesetas el metro cúbico.
Como agua más fina, se consume en ciertas casas la de la fuente del Arzoyal, situada cerca del Guadiana, a la izquierda de la carretera á Piedrabuena, que se trae á la población en cubas de madera, montadas en carros especiales tirados por caballerías.
Actualmente se proyecta una conducción de agua, tomada á larga distancia, al Norte de la capital de la provincia, en Fuente del Fresno.”
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