La calle de Toledo, es una de las calles
más largas e histórica de Ciudad Real, que recibe su nombre al ser la entrada
natural del camino Real, proveniente de la ciudad de Toledo, y continuaba hasta
Sevilla.
Las edificaciones de esta calle fueron casi siempre viviendas de dos plantas, aunque a finales del siglo XIX y principios del XX, se llegaron a construir viviendas de tres plantas.
En el tramo de calle comprendida entre la confluencia de esta con la calle Calatrava y la Diputación Provincial, vivieron familias nobles y acaudaladas de la ciudad, siendo este también primer tramo de calle, el más comercial de la misma.
A finales del siglo XIX, se levantaría en los antiguos terrenos de la Vicaria religiosa, el Palacio Provincial, sin duda uno de los edificios más monumentales actualmente de la ciudad. Frente a este edificio desde mediados del siglo XIX, estuvo el teatro de la Amistad, que terminaría por llamarse Teatro Cervantes, y que sería derruido para construir en su solar la Casa de Correos y Telégrafos.
Calle que no se edificaría en su
totalidad hasta pasada la Guerra Civil española, ya que el último tramo de la
calle, junto a la Puerta de Toledo, fue siempre campo de labor.
Calle con sabor y encanto antiguo, que comenzó a perder en los años sesenta del pasado siglo XX, cuando la piqueta acabo con las antiguas edificaciones, y en su lugar se comenzarían a levantar bloques de pisos sin gusto alguno.
Siempre se denominó calle de Toledo, hasta el año 1854 que se le cambió por General Espartero, no volviendo a recuperar su nombre de Toledo, hasta los años de la dictadura del General Primo de Rivera el 30 de agosto de 1928.
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