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viernes, 6 de octubre de 2023

DE VINOS POR LA CAPITAL (II)

 

“Los Faroles” en la Plaza del Pilar a principios de los años ochenta del pasado siglo XX



Situado junto a otros dos bares, Los Faroles o Casa de los Bocadillos se distingue por su clientela especial. Es la misma gente que va a al cafetín, sólo que a otras horas y, sobre todo, en verano. A ellos se une gente de los pueblos que vienen a la capital por la mañana a resolver diversos asuntos. Una caña se llama allí "una farola"; en verano para la terraza, se sirve otra clase de jarra a la que se ha bautizado con el nombre de "barro". Lleva el asunto un hombre pequeño, pero inteligente y simpático, el popular Atanagildo o Ata, que ha sabido adaptarse perfectamente al tipo de clientela que tiene.

 

“El Cafetín de San Pedro” en los años ochenta del  siglo XX, se encontraba en la calle de la Paloma junto a la Parroquia de San Pedro



El Cafetín de San Pedro tiene apenas dos años de vida y en ese tiempo se ha convertido en uno de los lugares más concurridos de la ciudad. En el fondo hay como un café antiguo donde, en Invierno, se reúne gente joven y menos joven encantadora se juega al ajedrez, hay buena. música nostálgica (por ejemplo, Glenn Miller, "In the Mod") y se hacen exposiciones. Ramón Barreda es la cabeza de todo esto.


1 comentario:

  1. Dos bares únicos y que bocadillos de calamares uffffff

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