El próximo domingo, día veintitrés, tendrá lugar la solemne bendición, por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo, del retablo e imagen dedicados a Santo Tomás de Villanueva, en la Santa Iglesia Prioral.
Hemos ido a la Catedral con el fin de ver esta obra, que en verdad se la puede dominar maravillosa. Se trata de un auténtico monumento en el que el arte se conjuga con el buen gusto, para lograr un todo armónico y grandioso, que admira a quien lo visita, y que es digno del primer templo de la provincia por todos sentidos. Fruto de los desvelos de un hombre que su intenso amor por el gran Santo manchego, y con enorme sacrificio, y con enorme sacrificio, ha logrado su consecución; de un hombre conocido y querido por todos nosotros: el Ilmo. señor deán de la S.I.P. don José Jiménez Manzanares que ha sido, no solamente el percusor y mantenedor de la misma, sino que la ha costeado a sus expensas.
El retablo lo ha construido el afamado artista sevillano don Carlos Bravo Nogales, el cual, aprovechando su estancia aquí, hemos entrevistado, obteniendo las respuestas siguientes:
-Vengo dedicándome a estos trabajos de arte religioso desde hace unos diez y ocho años.
-¿…?
-Mi profesión
comprende todo lo relacionado con la imaginería y ornamentación religiosa y
durante este tiempo ha producido multitud de obras para todas las provincias
españolas.
-¿…?
-En esta de Ciudad Real, llevo hechos cinco retablos entre los pueblos de Torralba, Carrión, Moral de Calatrava, Membrilla, y ahora la capital.
-¿…?
-El dedicado a Santo Tomás de Villanueva, es de madera tallada, con panes de oro fino, todo el trabajo de artesanía con personal especializado: carpinteros, tallistas, doradores, etc. Mide diez metros de alto por más de cuatro de ancho.
-¿…?
-Opino, efectivamente, que el estilo barroco (el que tratamos pertenece precisamente al barroco renacentista) encierra, más riqueza, más trabajo y arte que ningún otro, sin que por ello crea que el moderno estilo no tenga valor alguno, aunque si afirmo, es que siempre se inspira en los motivos clásicos.
-¿…?
-Este trabajo me lo encargó el señor Deán de la Catedral, hace aproximadamente un año, con motivo de la celebración del centenario de la muerta de Santo Tomás de Villanueva.
-¿…?
-Desde luego, estoy muy satisfecho y contento de esta provincia y con grandes deseos de seguir trabajando para los manchegos.
Bastante más difícil nos ha sido la
entrevista con el señor deán. Don José, tan modesto como siempre, ha procurado “escurrir
el bulto”, como vulgarmente se dice, y casi hemos tenido que “cazarlo” por
sorpresa. De todas formas, y sabiendo que no había más remedio, ingenua y
sinceramente nos ha dicho lo siguiente:
“Me encuentro altamente satisfecho de que haya llegado a término la erección de esta obra, que regula un monumento de arte y religiosidad el que hoy se eleva en la Catedral. Surgió en mi propósito con ocasión del IV Centenario de Santo Tomás de Villanueva (de cuya Junta Diocesana es Presidente) y me ha embargado durante todo este año, anhelando su realización como un homenaje de devoción y de entusiasmo por Santo Tomás, de cariño a la Catedral y de encendido afecto a la región manchega y a sus valores de todo orden, entre los que descuella, de forma principalísima, la gran figura del Padre de los Pobres”.
Nada más y nada menos nos habló don José Jiménez Manzanares, hijo de la Mancha, sacerdote ejemplar, hombre cultísimo y, sobre todo, enamorado de su tierra, nos hizo pensar y pensar profundamente, hondamente, y hasta con un poco de pena, en como este monumento de la Catedral no tiene ya su homónimo en uno de nuestros jardines más bellos, en una de nuestras plazas más céntricas (la del Instituto que está bajo la advocación del Santo); en que nuestra capital, representativa de toda la provincia, abunda en grandes hombres, como el que tratamos y sin embargo, carece de esa estatua, de ese grupo escultórico que se hace cada vez más necesario, que, no solamente pudiera cubrir una necesidad urbanística -muy necesaria-, sino una necesidad espiritual sentida de verdad por todos. Esperamos que las autoridades llegarán en breve a convertir en realidad este anhelo y sabemos que sienten en su corazón toda la transcendencia que para nosotros reviste y tiene Santo Tomás de Villanueva.
O. R. Diario “Lanza”, sábado 22 de
septiembre de 1956
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