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miércoles, 6 de enero de 2016

LA PARROQUIA DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE LA POBLACHUELA CUMPLE CIEN AÑOS


La iglesia de la Poblachuela el día de su inauguración. Fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” nº 153 del 10 de enero de 1916

Hoy se cumplen cien años que fue bendecida la nueva iglesia de Santa María Magdalena, del anejo ciudadrealeño de La Poblachuela. Por este motivo voy a reproducir parte de la crónica que realizó el periódico “EL Pueblo Manchego”, el 7 de enero de 1916 de la bendición del citado templo.

¿Si eres, lector, de Ciudad Real, habrás ido algún año a la Poblachuela el día de San Miguel? Pues así fue el día de ayer en aquella parroquia.

En torno de aquella nueva iglesia, esperando a las autoridades eclesiásticas de la capital, se arraciman los simpáticos huertanos, jubilosos, resplandecientes, endomingados ellas y ellos con sus mejores ternos.

Allí encontramos al alcalde pedáneo D. Francisco Calle y al mayordomo de fábrica D. Antonio Bellón, los dos muy prestigiosos entre sus convecinos, que con el señor cura, nuestro muy querido compañero de redacción D. Miguel Ruíz, no reposan un momento dando el último toque a los preparativos de la solemnidad.

Ellos nos dicen de la solicitud, generosidad e interés con que el Prelado Ilustrísimo Dr. Irastorza promovió las obras, costeándolas, por entero, a expensas suyas, hasta la terminación.

Ellos no lo enseñan todo con amable galantería.

El templo chiquito y todo, aunque capaz para la necesidad de la parroquia, ha costado unas 8.000 pesetas, la mitad más de lo que se calculó en el presupuesto. Esto prueba la solidez de las obras.

La iglesia es de estilo gótico y está emplazada en el corazón de La Poblachuela, cerca de la carretera, entre la “Villa Teodora” del Sr. Martín Moreno y la finca del elocuente letrado D. Bernardo Peñuela.

La ornamentación exterior es sobria y como el ábside, está dispuesto de tal manera que pueda ser ampliada la iglesia cuando el incremento de la parroquia lo exija, se ha prescindido de retablo, sustituyéndolo con un magnífico dosel de damasco, sobre el cual campea la bendita efigie del Santísimo Cristo de la Salud, tan venerado en Ciudad Real como en la Poblachuela.

Los planos del templo son originales del competente arquitecto diocesano don Florián Calvo, que ha dirigido.

LA FUNCIÓN

Bendecida la iglesia la tarde del sábado, a las diez en punto del día de ayer comenzó la función religiosa que revistió singular esplendor.

En el templo no se cabía más.

Ofició el preste el M. I. Sr. D. Antonio Garro Basterrechea, Provisor y Vicario general, ministrado por D. Lorenzo Iriondo, Profesor del Seminario y D. Miguel Ruiz, cura Vicario de la parroquia.

Autoridades religiosas y el Alcalde Pedáneo que asistieron a la inauguración. Fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” nº 153 del 10 de enero de 1916

EL ARCEDANIO DE MURCIA

Para dar mayor brillantez al acto quiso S.I., ya que por el Pontifical de la Catedral no pudo asistir, como hubiera deseado, que el elocuente arcediano de Murcia dirigiera la palabra.

Y su discurso fue una admirable pieza en la que no supimos que admirar más, si los conceptos, todos ellos hermosísimos, ó la sencillez encantadora con que los expuso.

Fue analizando la materialidad del templo nuevo, significando con cada una de sus partes la contestura de la arquitectura espiritual.

Para que el edificio –dijo,-  el templo sea fuerte, y desafié los agentes atmosféricos es preciso que los cimientos sean firmes: el cimiento del edificio espiritual, la fe, sin este granítico basamento todo el edificio se bambolea y derrumba.

Hizo atinadísimas consideraciones sobre las tres virtudes teologales.

El temor de rebasar los límites acostumbrados nos priva del gusto de dar la impresión acabada de tan emotiva  como bella oración sagrada.

LAS HIJAS DE MARÍA

De propósito hemos querido dedicarlas un aparte ya que no perdonan al reporter el silencio que involuntariamente guardó para los cultos de la Inmaculada por ellas tan abrillantado.

El reporter se reconcilia con tan piadosa y simpática asociación proclamando que requiriendo el concurso musical de la misma para cualquier solemnidad, ya lleva está ganada la magnificencia.

Interpretaron insuperablemente bajo la dirección competentísima del organista de la Prioral la Misa “Papa Pío X”.

Fueron ellas: Srtar. Teresa Medrano; María Acedo-Rico; Dolores Acedo-Rico, Purificación de Víu; Pilar de Víu; María de Víu; Matilde Villar; María Cueva; Pilar Fernández; Dolores Fernández; Victorina Fernández; Trinidad Romeralo; Teresa de la Fuente; Soledad de la Fuente; Dolores Gil; Consuelo Diez; Prado Lorente; Esperanza Ruiz; Manuel Ruiz; Dolores de las Heras; Consuelo Salazar; Estrella Beldad; Ángela Cruz; Josefa Mulleras; Elena Fernández; Luisa Alcázar; Luisa Gil; Ernestina Núñez; Encarnación Fernández; Rosario Fernández.

Era las doce y diez cuando terminó la función.

POR LA TARDE

A las tres y media, expuesta su Divina Majestad y rezado el Sto. Rosario, pronunció una breve plática, invitado por el señor Cura el Rvdo. P. Antonino Llorente, superior de los Misioneros, quien explicó la significación de un nuevo sagrario y en el campo, excitando con los acentos cálidos que adquiere su palabra cuando habla de Augusto Prisionero a que los feligreses hagan del nuevo sagrado un nido formado por corazones a fin de que derrame sobre ellos y los incendie con su amor el corazón Sacramentado.

Ofició en la reserva el R. P. Monjo, C.M.F. ministrado por el señor cura y el Minorista D. Juan Lorente.

La Schola Cantorum del seminario, dirigida por D. Domingo Solé interpretó los motetes, el himno del Congreso y la Salve.

Al terminarse esta acompañado del señor provisor y familiares D. Manuel Elgorriaga y D. Ambrosio Sanz llegó nuestro amadísimo Prelado quien dio la bendición al pueblo.

A la salida, el Rvdmo. Sr. Obispo felicitó al cura y autoridades quienes devolvieron, respetuosos, las enhorabuenas al Prelado expresándole al mismo tiempo la gratitud de los huertanos tan especialmente favorecidos por su liberalidad.

A este propósito se nos ha dicho que los huertanos perpetuaran su amor y reconocimiento filiales al Dr. Irastorza en una lápida que se colocará dentro del templo”.

El Pueblo Manchego,  Año VI Número 1489, 7 de enero de 1916, página 2.

El Obispo-Prior D. Javier Irastorza y Loinaz, a quien se le debe la construcción de la iglesia. Fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” nº 131 del 10 de febrero de 1915

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