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lunes, 29 de febrero de 2016

LA COMPAÑÍA DE “ARMAOS” DEL SANTO SEPULCRO


 
Compañía de Soldados Romanos “Armaos” a principios de la década de los años XX del pasado siglo

La Hermandad del Santo Sepulcro, es una de las hermandades más antiguas de nuestra Semana Santa fundada en el siglo XVII. Una de las características durante siglos de esta hermandad, que procesiona la noche del Viernes Santo, fue la compañía de soldados romanos que acompañaban al paso y que desapareció a principios de los años setenta del pasado siglo XX.

La compañía de “Armaos” celebraba varios ritos antes de procesionar el Viernes Santo y el Sábado de Gloria durante la “Misa de Gloria”, en el templo de la Merced.

El ritual de la compañía de soldados romanos comenzaba el Viernes Santo a las 3 de la tarde, cuando salía a la calle un “armao” provisto de un tambor con las cuerdas destempladas, que se caracterizaba por el sonido ronco del mismo. Éste se dirigía andando hasta el domicilio de otro “armao”, y luego salían en busca de un tercero, y tras éste salían en busca del resto de compañeros. Una vez reunidos todos, se dirigían a la casa del rey de los “armaos” o Capitán de la Centuria, y ya con él al frente, se encaminaban hacia la casa del Hermano Mayor, desde donde se dirigían a recoger el paso a la Parroquia de Santa María del Prado “Merced”, antes de iniciar la procesión oficial del Santo Entierro.

Durante la procesión daban escolta al paso del Santo Sepulcro doce “armaos”, desfilando el resto al frente delante del paso el Capitán junto al Hermano Mayor, que movía su espada desde el hombro izquierdo a cadera derecha en sentido ascendente-descendente.

 
El desaparecido paso del Santo Sepulcro que estrenó la Cofradía en 1916

El Sábado Santo la Compañía de “Armaos”, asistía en la Parroquia de Santa María del Prado “Merced” a la llamada “Misa de Gloria”. Antes de ir al templo realizaban el rito de recoger a cada “armao”, al igual que el Viernes Santo. Una vez reunidos se dirigían a la iglesia que se encontraba repleta de fieles. En el interior de la misma, todos se dirigían al Altar Mayor, donde subían por parejas y cruzaban las espadas. Éste acto se llamaba juramento. Después, en el pasillo central del templo, formaban dos filas. Al llegar el momento del Gloria, cuando se quitaba el velo que cubría el Altar Mayor y se tocaba la rueda con campanillas, que existía en todas las iglesias, en ese momento se quitaban el casco y se tiraban al suelo dando un grito y haciendo golpear estrepitosamente las corazas de su armadura contra él, como recuerdo de aquellos auténticos soldados romanos, que adormecidos quedaron sobre la losa del Sepulcro al resucitar Jesús. El abanderado, en ese momento, se subía al altar y ondeaba la bandera. El tambor se tocaba, las campanas volteaban y en la calle se lanzaban cohetes.

Era el rey de esta compañía de romanos a principios del siglo XX, Juan Antonio, apodado “el jeringón” por la buñolería que tenía en los soportales de la Plaza Mayor.

Con el cambio de la liturgia de Semana Santa en los años cincuenta del pasado siglo, y la decadencia que sufrió nuestra Semana Santa finalizando los años sesenta y durante casi toda la década de los años setenta del pasado siglo, la compañía de soldados romanos llamada popularmente “Armaos” desapareció, y con ello parte de la historia de nuestra Semana Santa.

 
Indumentaria de un “armao” de la Cofradía del Santo Sepulcro de Ciudad Real


domingo, 28 de febrero de 2016

HACE UN SIGLO LA HERMANDAD DEL SANTO SEPULCRO ESTRENÓ UN NUEVO PASO


 
Antiguo paso de la Hermandad del Santo Sepulcro, estrenado en 1916 y destruido en 1936

A los esfuerzos que años tras otro vienen realizando las hermandades, hay que añadir este de ahora de la tan numerosa como entusiasta del Santo Sepulcro.

Por mediación de su cofrade D. Fernando Vázquez, la citada hermandad acaba de adquirir un nuevo Paso, realmente magnifico.

El Sepulcro, sostenido por cuatro Evangelistas, está tallado en madera y bruñido en oro. A ambos lados, también en talla, aparecen 12 profetas; el estilo es renacimiento, abundando las alegorías de la Pasión. La parte posterior está rematada por el escudo de la hermandad y la anterior con la Corona de espinas.

La figura del Redentor es una hermosa escultura de un metro sesenta centímetros, tallada también; descansa sobre rica sábana con encajes de Holanda, hallándose cubierta con rico tisú.

Coronan el Sepulcro dos ángeles, sosteniendo los atributos del Rey de Reyes.

Precederían al Santo Sepulcro seis cofrades con túnicas blancas al estilo de la época, portadores de magníficos cirios.

El paso ha costado 5.000 pesetas, habiendo sido construido por la tan prestigiosa casa Aranda, de Zaragoza, que posee uno de los más acreditados talleres de escultura religiosa. Se halla expuesto en el domicilio del hermano mayor don Ramón Delgado, en la calle de la Mata, el cual, como todos los devotos cofrades del Santo Sepulcro, hermandad estatuida canónicamente en la Iglesia de Santa María, merecen elogios sinceros y entusiastas por su iniciativa y en su esfuerzo pecuniario en pró del esplendor de nuestras procesiones de Semana Santa.

Diario “El Pueblo Manchego” Año VI Número 1570 – Martes 11 de abril de 1916, página 2.


sábado, 27 de febrero de 2016

EL PROGRAMA DE SEMANA SANTA Y FIESTAS DE CIUDAD REAL DE 1914



La Semana Santa de Ciudad Real en la segunda década del siglo XX, gozaba ya de prestigio y las hermandades se encontraban totalmente renovadas. En el año 1914 el Ayuntamiento decidió contribuir al engrandecimiento de nuestra Semana Santa, realizando una gran propaganda y editando un programa de actos, que hasta la fecha es el más antiguo que se conoce y que fue impreso por los talleres tipográficos de Rubisco de nuestra capital.


El programa, editado por el Ayuntamiento capitalino, lleva como título “Semana Santa y Fiestas de 1914”. Los actos de aquella Semana Santa de hace más de un siglo, comenzaron el Miércoles Santo 8 de abril a las 4 de la tarde con la procesión de las hermandades de niños, para ser trasladados a las parroquias las imágenes del Niño Jesús que abrían los desfiles procesionales en aquellos años de nuestra Semana Santa. A las siete de la tarde de ese mismo día, hubo un solemne miserere en la Catedral.


El Jueves Santo día 9, a las 6 de la mañana se procedió en el Ayuntamiento al reparto de 500 panes a los pobres de la localidad, a las 8, Santos Oficios en las parroquias y Catedral con la asistencia del Excelentísimo Ayuntamiento; y a las 3 de la tarde en la Catedral, ceremonia del Lavatorio por el Obispo y sermón de mandato. La Pasionaria de Santiago salió a las cuatro de la tarde, figurando las hermandades de Niño Jesús, Ecce Homo, Cristo de la Caridad y Santa Espina; y a las nueve de la noche, en la Parroquia de San Pedro, la procesión de Jesús Nazareno.


Los Santos Oficios en la Catedral y en todas las parroquias comenzaron el Viernes Santo a las 9 de la mañana, saliendo a esa misma hora de la Parroquia de San Pedro su procesión pasionaria, formada por los pasos del Niño Jesús, Oración en el Huerto, Jesús Caído y Cristo del Perdón. Posteriormente, a las cinco de la tarde, desde la Parroquia de Santa María, la procesión del Santo Entierro con las hermandades del Niño Jesús, Enclavación, Cristo de la Piedad, Descendimiento, Santo Sepulcro y la Dolorosa. Las procesiones terminaban este día a las nueve de la noche con la salida de la capilla de San Juan de Dios de la Soledad.


La función de los armados en la Parroquia de Santa María del Prado (Merced) se celebró el Sábado Santo a las 9 de la mañana. Posteriormente, a las nueve de la noche en el teatro de verano, debut de la compañía cómica o dramática que dirigió el notable primer actor José Montejano.


Los actos terminaron el Domingo de Resurrección 12 de abril con las solemnes funciones religiosas, y a las cuatro de la tarde en la Plaza de Toros, corrida de novillos de la ganadería de José María Carrión para los diestros Parraíto y Alvaradito; y a las diez de la noche, en la Plaza de la Constitución, concierto de la Banda Municipal y como fin de fiestas se quemó una colección de fuegos artificiales.


El programa viene ilustrado con fotografías de la imaginería que fue destruida en 1936, termina con las siguientes notas:
 

1ª.- Durante las procesiones nocturnas se iluminarán espléndidamente las principales calles de la población.


2ª.- El público podrá utilizar en los puntos céntricos y paseos un servicio de sillas establecido por el municipio.


3ª.- Para la mayor propaganda de la Semana Santa, el Excmo. Ayuntamiento expende postales de los principales grupos escultóricos que forman parte de las procesiones.


4ª.- La compañía de ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante ha establecido billetes económicos de ida y vuelta valederos desde el Miércoles Santo al Lunes de Pascua, para facilitar la concurrencia de forasteros.