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martes, 12 de diciembre de 2017

PATRIMONIO CONTEMPORÁNEO



Cuando se habla de patrimonio histórico pensamos en edificios con siglos de historia, pero deberíamos también considerar que existen arquitectura contemporáneas que forman ya parte de nuestro patrimonio, de nuestra herencia colectiva. Probablemente uno de ellos es la “Casa de Cultura” de Ciudad Real proyectada por Miguel Fisac en el año 1957. En 1951 había realizado el proyecto del Instituto Laboral de Daimiel que abría el camino a una experimentación nueva con una distribución orgánica unida a los valores de la arquitectura tradicional de la zona.

El mismo comenta que trabajó con unos catoncitos que representaban a escala los espacios idóneos para cada actividad, que fue reagrupando y relacionando hasta concebir una planta en V, para dar lugar a un organismo articulado libremente, que combina espacios de distintas escalas con volúmenes y espacios interiores complejos y con elementos muy diversos. Dos años después, en 1953, realizó el proyecto del pabellón de Ciudad Real en la Feria del Campo de Madrid y en 1955 proyectará el Mercado de Daimiel un edificio de planta cerrada, formando una triple crujía y dos crujías irregulares en el centro que recupera las texturas y formas tradicionales en su exterior.


El Proyecto de Miguel Fisac

El edificio de la Casa de Cultura fue proyectado por Miguel Fisac de acuerdo con un programa de necesidades de la época que suponía la dotación de espacios para biblioteca, salón de actos y sala de exposiciones. Se trata de un edificio de dos plantas con un frente acristalado de 32 metros de longitud, con un ventanal continuo en la planta baja y primera. Una planta baja libre con una escalera circular en el centro y otra de forma curvada en su lateral derecho con forma también curva que dirigía el acceso al salón de actos. El espacio general de esta zona se rotulaba en el proyecto original como Tertulias. En el lado izquierdo, una pequeña zona de biblioteca infantil y almacén del Centro Coordinador de Bibliotecas y la vivienda del conserje. En la planta primera un gran espacio libre continuo al que se accedía por la escalera circular que dejaba en el lateral derecho dos despachos y el vacío del salón de actos al fondo, así como una serie de espacios de la vivienda del conserje con una escalera interior de comunicación con la planta baja. En el sótano, la escalera curvada del margen derecho llegaba a la sala de exposiciones que coincide básicamente con el salón de actos superior, zona de archivo y salas de instalaciones.

Un edificio en el que se entremezclan tres de las líneas de trabajo de Fisac en ese momento: una visión de la arquitectura racionalista con una fachada de geometría radical que presenta un frente sobrio en las dos alturas con un ventanal corrido en toda su longitud, una utilización de la arquitectura popular que Fisac reivindica en la memoria del proyecto y con protagonismo en elementos como el salón de actos y una línea organicista con sus formas curvadas en los paramentos y espacios esenciales de la planta baja. Un conjunto de elementos que, combinados, generan una arquitectura atractiva y cualificada.


La distribución interior del edificio

En los planos realizados por Miguel Fisac, que se conservan en la Fundación Fisac ubicada en el Colegio de Arquitectos de nuestra ciudad, puede verse la forma de la planta baja que muchos hemos podido apreciar en el uso inicial del edificio. La zona de entrada, con su plano curvado en el lateral izquierdo que separaba la zona de los servicios y la escalera exenta en el centro de la planta creaban un espacio especialmente atractivo del conjunto. Un espacio denominado inicialmente Tertulias, que podría ser, en una nueva utilización, zona de exposiciones, de presentaciones y de actividades abiertas al público en general. Un espacio antesala del salón de actos situado al fondo del conjunto construido. En el salón de actos, un espacio interior con sus paramentos de ladrillos que alternaban con zonas huecas, todo él pintado en blanco, con capacidad para unas cien personas que podría tener una actividad abierta al uso de todos los colectivos de la ciudad, con una excelente localización y una buena capacidad para el uso cotidiano. Esta planta baja con sus formas onduladas,  orgánicas, es uno de los valores importantes a recuperar en la rehabilitación del edificio.


Rehabilitar la arquitectura contemporánea

El nuevo uso para el edificio de la Casa de Cultura de Ciudad Real proyectado en su momento por Miguel Fisac, es una oportunidad para recuperar la arquitectura de uno de los grandes arquitectos españoles. Un edificio sobrio en su exterior con un conjunto de propuestas en su espacio interior que deberíamos ser capaces de rehabilitar adecuadamente. En este caso hay un compromiso con la historia reciente que es también parte importante de nuestro patrimonio cultural.

La rehabilitación del edificio puede y debe suponer la eliminación de elementos que lo han alterado negativamente y la recuperación de espacios interesantes en su concepción inicial que serían perfectamente compatibles con las nuevas funciones que se plantean. La primera actuación necesaria se plantea en su exterior: recuperar su fachada, las formas acristaladas y el espacio ajardinado que protegía la planta baja retranqueada. Ubicado en un lugar central de la ciudad, con propuestas de usos que pueden conjugar la planta baja para la actividad ciudadana de información y participación y la presencia de la Fundación Fisac en su planta primera.

La zona izquierda de la planta baja que tenía el uso de Biblioteca infantil en el proyecto primitivo puede conservar perfectamente este uso con un acceso independiente, si se quiere, desde la calle. Una zona que tiene ya eliminados elementos accesorios no necesarios y que no aportaban nada al espacio del conjunto de la Biblioteca. La comunicación con la planta sótano con la zona de depósitos y almacén puede permitir disponer de las superficies necesarias para una excelente Biblioteca infantil con todos los requerimientos tecnológicos modernos.


La planta primera no presentaba elementos singulares como la baja y su adecuación a Archivo permite mantener los elementos básicos de la fachada buscando una cierta separación de la misma para evitar los problemas de soleamiento que tiene la fachada acristalada. En esa planta el uso para albergar la Fundación Fisac con toda la documentación de la obra del arquitecto podría llenar de significado la rehabilitación del edificio y mantener vivos un conjunto documental importante en la arquitectura española contemporánea.

Gestionar la rehabilitación
La oportunidad de recuperar un edificio representativo de la ciudad es una ocasión especial. Un programa de necesidades que puede adecuarse perfectamente a la idea inicial del proyecto, una documentación que permite conocer de forma detallada la idea original del mismo y una rehabilitación que corresponde con una estrategia de desarrollo sostenible que se quiere desarrollar en la ciudad. Solo falta el impulso necesario desde la gestión municipal para convertir en realidad una posibilidad de hacer que el patrimonio de la arquitectura  contemporánea del siglo XX, cualificado, siga presente en la ciudad.

Diego Peris Sánchez. Lanza, Semanario de La Mancha, Año LXXV.-II Época –Nº 25.040


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