El geógrafo historiador griego Estrabón
(Amasya, Reino de Ponto, 64 a. de C. /19 de C.) dejó diversas descripciones de
los pueblos de la Hispania del siglo I antes de Cristo ( Su tercer libro: “Magna
Geografía” lo dedicó a Iberia) y de ellos, concretamente de los oretanos de
nuestro territorio, nos dice que estos formaban parte de las tribus ibéricas.
Este afirmaba que : “Los aquitanos (Sureste de Francia) y los íberos (Este de
la Península ibérica) “eran pueblos similares y hablaban lenguas parecidas”.
Del idioma aquitano, lo que se ha
estudiado y lo que aún queda de él, era una forma antigua de euskera
(pre-protoeuskera y su sucesor el euskera arcaico) por lo que deducimos en
función de lo que nos decía Estrabón (y otros autores contemporáneos), que el
íbero y el aquitano eran lenguas parecidas con las variantes propias según los
territorios. Hay pues una filogenética entre el euskera antiguo y el íbero, un
parentesco lingüístico entre ambas. Por otro lado, Plinio igualmente en el
siglo I a. de C. cita a Lacurris (como Alarcos era conocido de la etapa
prerromana) y Ptolomeo en su índice Geográfico, en el siglo I después de Cristo
nombra al oppidum de Lacurris dentro de las catorce ciudades de la Oretania.
Alarcos tuvo un pasado ibérico de gran esplendor que comienza con un ibérico
orientalizante del siglo VII-VI que conecta con el anterior poblado de la Edad
de Bronce Final y después tres etapas de su evolución: Ibérico Antiguo, siglo
VI-V a. de C., Ibérico Pleno, siglo V-III a. de C. e Ibérico Tardío, siglo II-I
a. de C.
¡LAKARRI/LAKURRIS:
CMA ROCOSA/BALSA DE LAS BECERRAS!
Aparte de los historiadores antiguos
citados (Estrabón, Plinio, Ptolomeo…), otros muy posteriores como Madoz,
Rodríguez, Blázquez, Portuondo…, inciden que el vocablo Lacurris nos viene del
pasado pero no especifican de qué momento de ese pasado, el origen real de este
topónimo ancestral. La arqueóloga María Dolores Macarena Fernández Rodríguez
(Estudiosa del mundo ibérico de Alarcos) nos dice que: “Madoz menciona Alarcuris,
nombre que le da Rodrigo de Toledo y Blázquez la cita como Alarcurris que era
como se le conocía en la Edad Media según Portuondo. Como Laccuris la
transcribe Hervás y Buendia y Prada Junquera la cita con las acepciones de
Lacoris y Alarcoris para indicar las denominaciones que le dan Ptolomeo y
posteriormente Rodrigo de Toledo.
La nombrada arqueóloga indica que el
mismo topónimo pudo tener distintas denominaciones fonológicas así: Lacuris,
Lacurris, Laccuris, Larcuris, Lacoris, Alarcurris, Alarcoris, Llarcurris… Como
apunté hay una filogenética entre el íbero y el euskera arcaico. Eran lenguas
prerromanas no indoeuropeas de origen desconocido y únicas en la Europa
Occidental que se hablaban –con sus variantes- en el sur de Francia y buena
parte de la Península Ibérica hasta la llegada de fenicios, griegos y romanos y
el topónimo prerromano Lacurris nos hace sospechar en unos orígenes “pre-protoeuskeraibérico”
o pertenecer al grupo lingüístico euskaroibérico y de donde proceden las
denominaciones posteriores de las que nos han llegado diversas formas
fonéticas, lexemas y epigráficas –todas parecidas, casi iguales, un calco unas
de otras, similares en su sonoridad- y, a través de diferentes estudios, historiadores,
investigadores, y que debió permanecer y mantenerse en la zona (¡como era
conocido y designado el lugar en su toponimia!) en sus variedades fonológicas
conocidas, en distintas nomenclaturas que sabemos gracias a las fuentes que lo
han transmitido.
LAKARRI/LAKURRIS=LACURRIS=ALARCOS
Así pues, buceando en los posibles
vocablos vascos actuales (en euskera batúa=esukera unificado) y “rastreando”
algunas palabras, voz, ó sonidos que nos evoquen a lacurris y que algún
parecido tuvieran que ver en sus contenidos, definiciones, también cierto
paralelismo, similares o parecidas denominaciones, aquellos sonidos fonológicos
que indiquen o dieran lugar posteriormente a las advocaciones que nos citan las
fuentes clásicas y estudiosos posteriores de Alarcos, hallamos que en el actual
euskera persisten las expresiones o voces de: Lakarri/lakarra y Lakurris…
A saber el primer fonema= cima rocosa y
también roca ó piedra áspera (Lakarri/Lakarra) y aquí de este fonema –Lakarri (fonema
del griego=sonido de la voz) recordamos por alusión como el santuario ibérico
de Alarcos y por extensión parte del poblado que ocupa todo el cerro, se
asienta sobre amplias afloraciones de roca áspera y dura en cuarcita (cuarcita
o metacuarcita es una roca dura con alto contenido de cuarzo).
Por otro lado, el fonema Lakurris ó –Lakourris-
nos hace pensar también en una denominación antigua de la vega del rio
Guadiana, “Los esteros del Guadiana” formada –la vega por el aporte del rio
Guadiana y que da un aspecto de zona inundable, humedad, balsa de agua, espacio
lacustre y de encharcamiento bien visibles desde lo alto de la “cima rocosa” y
que se forma fundamentalmente antes de llegar al paso natural de Alarcos y
conocido, al parecer, desde la antigüedad.
Estas características acuíferas nos
remiten al referido anteriormente vocablo euskérico de lako y urris (lako/laku
y urris).
Este fonema nos indica que laku significa lago o balsa de agua. Formando lakune (lago, balsa) y la sufijación de la partícula kune (lugar) que haceb referencias a un lugar encharcado, lacustre de aguas superficiales de inundación por aporte del rio Guadiana. Por otro lado urris significa en euskera becerra/novillo.
En el yacimiento ibérico de Alarcos,
recordamos como además de restos óseos de ovicápridos y otros animales han
aparecido huesos y cornamentas de bóvidos. Animales que sin duda pastoreaban
desde antiguo las vegas del Guadiana y siendo posiblemente el topónimo del
lugar en pre-protoeuskeraibérico y, en las dos posibles formas de designar al
área citada (Lakarri/Lakurris), expresiones ambas que se solaparon, refundieron
y mezclaron para formar el Lacurris que derivó posteriormente en Alarcos. Por
otro lado en el mismo idioma prerromano, han quedado otros topónimos en nuestro
territorio con raíces lingüísticas que nos evocan aquel momento de la historia.
Recordamos entre otros como Oreto, con un pasado ibérico, romano y visigodo
tiene en sus inicios la raíz Or que en euskera significa altozano e igualmente
en Puertollano encontramos el topónimo “Cerro Orusco” (Orusko). El fonema
Orusko, está formado por la raíz Or=altozano y usko=medioriente. Justamente
desde el actual Puertollano hallamos en la dirección medioriente y a unos
kilómetros del mismo en un altozano los restos de un poblado ibérico y romano
próximo al rio Ojailen.
Evidentemente estas sugerencias que
aporto son opiniones y están dentro de la mera especulación histórica, siendo
en todo caso una provisional hipótesis de trabajo. Un reto a revisar en el
futuro por epigrafistas, filólogos e investigadores más cualificados y con
nuevas técnicas de valoración y datación cronológicas y lingüísticas…
José
González Ortiz. Diario Lanza, Domingo 27 de diciembre de 2015.
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