En el año 1988 debido al mal estado que
se encontraba el monumento a Cervantes, que se encuentra en la plaza del mismo
nombre de nuestra ciudad, obra del escultor Felipe García Coronado e inaugurado
en 1927, el ayuntamiento capitalino realizó una profunda restauración del mismo
con una inversión de cuatro millones de las antiguas pesetas.
Los trabajos de restauración
consistieron en la limpieza de la escultura y debido al mal estado que se
encontraban los relieves realizados en piedra arenisca, se tomó la decisión de
retirar los mismos. Se realizó un molde de estos por el fundidor Eduardo Capa y
se colocó una réplica de los mismos en el basamento del monumento, que son los
que actualmente tiene, estando expuestos los originales en el Museo del
Quijote.
Se hizo otra copia de estos relieves,
que se decidió colocar en la entrada del Teatro Municipal Quijano, adquirido
por el Ayuntamiento por aquellos años y
que fue restaurado en 1989, siendo inaugurada la restauración en mayo de 1990.
Desde el año 1990 podemos ver los
relieves de «La batalla de Lepanto», «El entierro del pastor Crisóstomo», «Don
Quijote en la carreta» y «La riña en la Venta» en la cornisa de entrada del
teatro, sumándose a estos relieves el escudo de Ciudad Real. Unos relieves que
pasan desapercibidos a pesar de su calidad artística y que seguro muchos
desconocen que provienen del monumento a Cervantes de Felipe García Coronado.
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