El
palacete de la antigua sede provincial de la Cruz Roja es una construcción del
año 1925
1.-
ANTECEDENTES
Se emite el presente informe a petición
de la Junta Directiva de la demarcación de Ciudad Real del Colegio de
Arquitectos de Castilla-La Mancha, sobre el edificio referido de la Ronda de
Ciruela número 24 de Ciudad Real. Sobre el que recayó autorización de licencia
de demolición en el mes de septiembre, según el proyecto redactado por el
arquitecto técnico Juan Esteban Carrasco Naranjo. Proyecto que formula pocas
aclaraciones sobre la génesis del edificio y sus diferentes peculiaridades, y
que resuelve la procedencia de su demolición por carecer de “valores
arquitectónicos relevantes”. Habiendo recaído, posteriormente, orden de
paralización de las obras por parte de la Delegación provincial de la
Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Igualmente, señalar que se ha iniciado solicitud de declaración del inmueble,
como Bien de Interés Cultural por parte de la asociación Círculo de Bellas
Artes de Ciudad Real, el 9 de junio pasado, estando en el momento presente las
obras paralizadas, a la espera de la resolución que pueda recaer.
2.-
FUENTES
Para la elaboración del presente Informe
se han tenido en cuenta los diferentes trabajos que con mayor o menor
profundidad han abordado el estudio de la ciudad y su arquitectura en el primer
cuarto de siglo. Trabajos como los de Almarcha (1), Muñoz Fajardo (2), Peris (3), Pillet (4), Rivero (5) y Romero (6), se han tenido presente en diferentes
consideraciones. De la misma forma se ha consultado los archivos de obra del
Ayuntamiento de Ciudad Real y de la Diputación Provincial. Se ha complementado
con la consulta de los Libros de Acuerdos Municipales desde 1880 a 1925.
Finalmente se ha cotejado la prensa de la época, tanto el diario “El Pueblo Manchego”, como el semanario “Vida Manchega”. La documentación gráfica
se ha obtenido del Proyecto de demolición, obrante en los archivos Municipales;
consecuencia de no contar con referencias relativas al proyecto de
construcción.
Alzado
de la casa de Conrado López del arquitecto Telmo Sánchez
3.-
LA CIUDAD Y SU PERÍMETRO
La incorporación del tramo de murallas
comprendido entre las Puertas de Alarcos y de Ciruela, va experimentar un
proceso de transformaciones sensibles y notorias, que se desencadenan con la
llegada del ferrocarril a Ciudad Real en 1861 (7). “El ferrocarril llegó a Ciudad Real en 1861
proveniente del Este, por la línea de la compañía MZA desde Manzanares,
situándose la estación al sur de la ciudad cerca de la Puerta de Ciruela”.
El posterior trazado de la línea directa desde Madrid, por el poniente
determinaría más tarde la fusión de ambas líneas y la consiguiente
reordenación. Así: “Ambas estaciones se
unieron, construyéndose una variante del trazado del ferrocarril directo a
Madrid, para bordear la ciudad por el Este y tras una curva muy cerrada entrar
a la ciudad, paralelamente al ferrocarril de Manzanares”(8)
La ubicación de la estación fusionada de
ambas líneas, acabaría produciéndose en 1933. Mientras tanto, y en ese periodo
temporal, se había inaugurado la recuperación de un segmento de ciudad
caracterizado por sus baldíos, solares libres, huertas y, lo que era peor, el
sumidero que recogía las aguas residuales, desde la Puerta de Ciruela, para
llevarlas a la zona de la Mina, camino de Las Casas. Casi en paralelo al
proceso de implantación ferroviaria, se suceden los acontecimientos orientados
a la demolición de los restos del recinto amurallado (9), como se reflejan en diferentes
acuerdos municipales de los años 1880 y siguientes. Debates originados, en
parte, por la petición del material constitutivo para diferentes obras y por la
pérdida del carácter fiscal que venía sustentando su integridad. Así el 18 de
enero de 1883 se conoce el hundimiento parcial de algunos lienzos de muralla;
el 12 de junio de 1884 se produce acuerdo relativo a la demolición parcial de
la zona del Matadero y el 3 de enero de 1890 se solicitan diferentes
demoliciones. De tal suerte que la desaparición de los restos amurallados
origina toda una política de saneamiento y ornato del perímetro urbano, con la
creación de diferentes paseos, como ocurre con el acuerdo del 16 de octubre de
1889, creándose el Paseo de invierno de la Puerta de Alarcos. Se acomete el
trazado de unas, así llamadas, Alineaciones de las Murallas en 1890, que muy
tardíamente son aprobadas el 13 de enero de 1900. Reactivándose la petición a
MZA de la cesión de los terrenos no ocupados por el trazado para levantar
paseos en la Puerta de Alarcos y en otros enclaves perimetrales. Petición que
se ultima en 1915 con otro expediente de adquisición de terrenos próximos al
Parque de Gasset, a la compañía MZA. Así se perfila todo un borde urbano, que
desaparecida la muralla y cerca pasa a ser tratado como Paseos en unos casos y como Salones en otros. De
esta forma se van consolidando las actuaciones en el Paseo de Alarcos, que se
pospone hasta 1912 por una parte, y por otra hasta 1913 con el expediente de
carretera de circunvalación del mismo.
De esta manera se inicia un proceso de
ocupación edificatoria de lo que antes había quedado cerrado por la cerca
amurallada y por la canalización del desagüe. Esta liberación espacial
originaria el consecuente proceso de intervención edificatoria. Existe
constancia de otorgamiento de licencias en 1911 en el Paseo Cisneros 9, o el
expediente de 1913 para levantar 4 casas Baratas en la Ronda de Granada por
López de Haro. El crecimiento edificatorio puntual pasa a ser sintomático en
dicha área, con el desarrollo del barrio general Aguilera (vulgo Larache) tras
las vías del tren en los primeros años de la década de los años 29 (10). Años que ven despegar igualmente las
iniciativas sobre la expansión edificatoria, con la aplicación de la
legislación de Casas Baratas. De esta forma el 21 de agosto de 1913 se produce
la bendición de los terrenos del “Ciudad Real moderno” (11).
A
finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo, el edificio se
convirtió en Academia General de Enseñanza
4.-
EL EDIFICIO
Pocas veces, como en este caso un edificio
aparece vinculado fuertemente con el promotor interesado en su levantamiento.
Conrado López, farmacéutico llegado a Ciudad Real en 1908, es el promotor que
verifica el encargo, de algo más que una casa, al arquitecto provincial Telmo
Sánchez y Octavio de Toledo (12), que da
respuesta a un programa novedoso que proyecta en los primeros meses de 1925 y
que cuenta con aprobación municipal el 10 de junio. Esta circunstancia temporal
es la que propicia que en el Plano Censo de Martí Sofí, aprobado el 20 de enero
de 1925, no se refleje la edificación y sí la farmacia del citado Conrado
López, cuya autorización de apertura tuvo lugar el 7 de noviembre de 1923;
aunque en la guía de Ferias de 1921 ya aparece como anunciante con el domicilio
Mercado Nuevo 3.
Las características de la actuación de
un palacete en la Periferia de Rondas, se asemeja más a otras actuaciones
similares que se venían verificándose en los ensanches de las poblaciones. Un
Hotel burgués (13), con
pretensiones de casa moderna, que nace en los extrarradios de la población y
que rompe con el sesgo de la residencia habitual de la burguesía que venía
utilizando dispositivos tradicionales de casas solariegas. Serían los casos
próximos de los proyectos desarrollados por el mismo Telmo Sánchez en 1909 en
la calle de los Infantes (Casa Poblador), la actuación de 1918 en la calle
Ballesteros 5 o la reforma de la Casa Ibarrola en 1919 en la calle Toledo.
Frente a estos ensayos, el mismo arquitecto había verificado otras actuaciones,
eminentemente rurales, como serían las actuaciones de 1912 en Almodóvar del
Campo, la casa de campo de Urda en 1921 o la casa de Fernando Vázquez en 1922.
Enclaves que posibilitaban resoluciones formales mucho más libres y relajadas
que las actuaciones precedentes, y en donde se juega con universos visuales de
muy diversas procedencias. Justamente esta es la doble disyuntiva tipológica:
casa solariega de reminiscencias urbanas o casa rural, con otras
características formales y tipológicas. Habría que manifestar la aparición
desde principios de siglo de programas residenciales burgueses en enclaves
centrales y con una formalización distinta a la denominada casa solariega.
Formalización que ya se puede contemplar en algunos manuales de estos años y en
piezas locales como el palacete Barrenengoa de Rebollar (1904) y el de Messia
de Sánchez (1918), ambos en la Plaza del Pilar.
Junto a estos ensayos referidos como
enclaves enfrentados, la década anterior ve aparecer las primeras propuestas de
soluciones de Casas Baratas, con proyectos como los de Florián Calvo o de
Victoriano Ortiz Fernández, donde comienza a plantearse una clara
sistematización de las tipologías abiertas; propiciando un dispositivo de muros
de carga que definen crujías homogéneas. Incluso otras actuaciones diferentes
merecen ser tenidas en cuenta, por sus implicaciones formales arrastradas. Me
refiero a la verificada por Daniel Rubio en 1913 con la casa de su hermano
Vicente, en la calle Ciruela 5; o la más ambiciosa del mismo Telmo Sánchez en
Valdepeñas en 1916, la Casa Castellanos.
El
edificio fue adquirido por Cruz Roja Española para instalar su sede provincial
en los años setenta del pasado siglo
En ambos casos, las soluciones a los
tratamientos residenciales comienzan a reflejar una nueva acumulación
decorativa, o si se quiere formalista, que supone ya una tímida emulación de los
movimientos vigentes de tamizados modernismos. En la práctica ello supone la
introducción de elementos cerámicos muy decorados sobre los soportes de los
paramentos, la liberalidad en el tratamiento de cerrajerías y cierta
ornamentación (más evidente en el primer caso, que en emparentan con las
soluciones de Rubio en Albacete para la casa Hortelano de 1912 o con la casa
Zavala de 1913) “nouveu” o goticista incluso;
pero rara vez alteraciones espaciales o tipológicas más pronunciadas.
La actuación perseguida por Conrado
López, cuento con un programa claramente residencial que lo asemeja a las
torres catalanas o a los palacetes periféricos de otras ciudades. Donde cierta
burguesía incipiente y deseosa de manifestar su presencia urbana otorga a la
arquitectura la responsabilidad de expresar esas mutaciones del orden social y
político que se han producido desde el final de la Gran Guerra. La definición
tipológica está realizada por tres crujías perpendiculares a la fachada que
definen el sistema estructural de muros de ladrillo macizo, sobre los que se
disponen forjados resistentes realizados con viguetas de hierro y entrevigado
cerámico. Un dispositivo sistematizado en dos plantas y una planta de áticos,
que resuelve la cubrición y el torreón en el lado oeste. El acceso a la planta
principal, se resuelve mediante una escalera elíptica de tres tramos, dejando
bajo la cota de acceso dependencias de servicio y espacios auxiliares. Los
recursos visuales puestos en juego en la definición de los alzados son escuetos
y severos: recercados de hueco y dinteles, abultamiento de esquinas con falsas
pilastras y definición de la cerrajería con un modelo de corte floral que se
repite en cancelas, celosías y barandillas.
5.-
ÚLTIMAS TRANSFORMACIONES
A finales de la década de los cincuenta
se produce el traslado de la residencia familiar y su utilización como Academia
de Enseñanza, con algunas transformaciones interiores de tabiquerías y puertas.
Este uso subsiste hasta la posterior venta a Cruz Roja que instala sus
dependencias provinciales; produciéndose transformaciones en el tratamiento de
los exteriores: pinturas, señalización y habilitación de cocheras.
La revisión del Plan General de Ordenación
Urbana de 1978, aprobada en 1988, introduce el edificio en el Catálogo de
Edificios, con el nivel de protección B) Protección estructural, con el
epígrafe número 2 (Centro de la Cruz Roja, Ronda de Ciruela nº 28).
Circunstancia esta que desaparece en el documento del Plan General de 1997.
Tras la venta del inmueble por parte de
la Cruz Roja a promotores privados, se redacta en junio de 2006 proyecto de
demolición que obtiene Licencia Municipal en septiembre del mismo año. En
paralelo a estas actuaciones tiene lugar la solicitud de incoación del inmueble
como BIC el 9 de junio y la posterior suspensión de las obras de demolición por
parte de la Delegación de Cultura. Habiéndose realizado ya el desmontaje de la
cubierta del torreón y del casetón de acceso de la escalera a cubiertas.
Cruz
Roja vendió el edificio a manos privadas para su demolición
6.-
CONCLUSIONES
La desaparición del inmueble del
Catálogo del anterior Plan General de Ordenación Urbana, no impide pese a todo
reconocer la singularidad del elemento, como se ha venido exponiendo con
anterioridad. Al ser una pieza representativa, y ya casi prácticamente única, de
los modos edificatorios y formales de los años veinte. La progresiva extinción
del medio circundante y su consecuente asfixia por las edificaciones
colindantes con una altura desproporcionada, se han esgrimido, reiteradamente,
como las razones que dictaron su desaparición del catálogo. Sin que hayan sido
sus razones físicas de deterioro o de degradación, las pudieran dictar tal
medida de supresión. Si no existen razones físicas y constructivas que
determinen su demolición, tampoco parecen existir razones históricas y
culturales que fuercen a ello. Debiéndose, consecuentemente, de iniciar –aunque
ya tardíamente- la declaración como Bien de Interés Cultural, adoptándose las
medidas de restitución de los elementos demolidos.
Diego
Peris Sánchez y José Rivero Serrano. Arquitectos. Febrero 2007 “Informe sobre
el Inmueble nº 24 de la Ronda de Ciruela, antes Paseo Cisneros”.
(1) Almarcha E.
Arte contemporáneo, en VV.AA. Ciudad Real y su provincia, Gever, Sevilla 1997.
(2) Muñoz Fajardo
R. Arquitectura modernista de Castilla-La Mancha. III Provincia de Ciudad Real.
Ledoira, Toledo 2006.
(3) Péris Sánchez
D. La imagen urbana de Ciudad Real, Villa Real 1252, nº 4, 1992.
(4) Pillet Capdepón
F. Geografía Urbana en Ciudad Real. Akal, 1981.
(5) Rivero Serrano
J. Arquitectura del siglo XIX y del XX: una aproximación. En VV.AA. El arte y
la cultura de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real BAM, 1985.
Rivero Serrano J. Arquitectura moderna
contemporánea. En VV.AA. La provincia de Ciudad Real III: el arte y la cultura,
Ciudad Real, BAM, 1993.
Rivero Serrano J. Arquitectura del siglo
XX en Castilla-La Mancha. Ciudad Real, Almud, 2003.
(6) Romero
Fernández M. Ciudad Real imágenes de un pasado reciente, Villa Real 1252 nº2,
1990.
(7) El Ave en
Ciudad Real y Puertollano. Cuadernos de Ingeniería y Territorio nº 2, 2002.
(8) Ibídem. Página
24.
(9) Sánchez Lillo
J. El recinto amurallado de Ciudad Real y Puertas de acceso, Ciudad Real, 1982.
Los Anexos, reflejan diferentes acuerdos municipales sobre el proceso de
demolición. Página 62 y ss.
(10) Pillet Capdepón
F. Op. Cit. Página 282 y ss.
(11) Vida Manchega,
21 de agosto de 1913.
(12) La imputación
del edificio a Sánchez, se produce desde el análisis de los arquitectos
actuantes en Ciudad Real en estos años. Muerto Calvo en 1922, sólo queda en
activo Sánchez. La aparición de Arias como arquitecto municipal se produciría
en 1924, y hasta 1926 no se le autoriza a dirigir obras en el municipio de
promoción particular.
(13) De 1926 es el
texto de Casali “Modelos de edificios económicos”, donde se reflejan diferentes
modelos de Villas, Hoteles y Casas de Campo.
Muchos
ciudadrealeños le tenemos un amor especial a este edificio, yo pase años de mi
juventud en él y sería muy triste su desaparición, otra página negra del
urbanismo en Ciudad Real
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