La
iglesia de la Poblachuela el día de su inauguración. Fotografía publicada en la
revista “Vida Manchega” nº 153 del 10 de enero de 1916
Hoy se cumplen cien años que fue
bendecida la nueva iglesia de Santa María Magdalena, del anejo ciudadrealeño de
La Poblachuela. Por este motivo voy a reproducir parte de la crónica que
realizó el periódico “EL Pueblo Manchego”, el 7 de enero de 1916 de la
bendición del citado templo.
“¿Si
eres, lector, de Ciudad Real, habrás ido algún año a la Poblachuela el día de
San Miguel? Pues así fue el día de ayer en aquella parroquia.
En
torno de aquella nueva iglesia, esperando a las autoridades eclesiásticas de la
capital, se arraciman los simpáticos huertanos, jubilosos, resplandecientes,
endomingados ellas y ellos con sus mejores ternos.
Allí
encontramos al alcalde pedáneo D. Francisco Calle y al mayordomo de fábrica D.
Antonio Bellón, los dos muy prestigiosos entre sus convecinos, que con el señor
cura, nuestro muy querido compañero de redacción D. Miguel Ruíz, no reposan un
momento dando el último toque a los preparativos de la solemnidad.
Ellos
nos dicen de la solicitud, generosidad e interés con que el Prelado Ilustrísimo
Dr. Irastorza promovió las obras, costeándolas, por entero, a expensas suyas,
hasta la terminación.
Ellos
no lo enseñan todo con amable galantería.
El
templo chiquito y todo, aunque capaz para la necesidad de la parroquia, ha
costado unas 8.000 pesetas, la mitad más de lo que se calculó en el
presupuesto. Esto prueba la solidez de las obras.
La
iglesia es de estilo gótico y está emplazada en el corazón de La Poblachuela,
cerca de la carretera, entre la “Villa Teodora” del Sr. Martín Moreno y la
finca del elocuente letrado D. Bernardo Peñuela.
La
ornamentación exterior es sobria y como el ábside, está dispuesto de tal manera
que pueda ser ampliada la iglesia cuando el incremento de la parroquia lo
exija, se ha prescindido de retablo, sustituyéndolo con un magnífico dosel de
damasco, sobre el cual campea la bendita efigie del Santísimo Cristo de la
Salud, tan venerado en Ciudad Real como en la Poblachuela.
Los
planos del templo son originales del competente arquitecto diocesano don
Florián Calvo, que ha dirigido.
LA FUNCIÓN
Bendecida
la iglesia la tarde del sábado, a las diez en punto del día de ayer comenzó la
función religiosa que revistió singular esplendor.
En
el templo no se cabía más.
Ofició
el preste el M. I. Sr. D. Antonio Garro Basterrechea, Provisor y Vicario
general, ministrado por D. Lorenzo Iriondo, Profesor del Seminario y D. Miguel
Ruiz, cura Vicario de la parroquia.
Autoridades
religiosas y el Alcalde Pedáneo que asistieron a la inauguración. Fotografía
publicada en la revista “Vida Manchega” nº 153 del 10 de enero de 1916
EL ARCEDANIO DE MURCIA
Para
dar mayor brillantez al acto quiso S.I., ya que por el Pontifical de la
Catedral no pudo asistir, como hubiera deseado, que el elocuente arcediano de
Murcia dirigiera la palabra.
Y
su discurso fue una admirable pieza en la que no supimos que admirar más, si
los conceptos, todos ellos hermosísimos, ó la sencillez encantadora con que los
expuso.
Fue
analizando la materialidad del templo nuevo, significando con cada una de sus
partes la contestura de la arquitectura espiritual.
Para
que el edificio –dijo,- el templo sea
fuerte, y desafié los agentes atmosféricos es preciso que los cimientos sean
firmes: el cimiento del edificio espiritual, la fe, sin este granítico basamento
todo el edificio se bambolea y derrumba.
Hizo
atinadísimas consideraciones sobre las tres virtudes teologales.
El
temor de rebasar los límites acostumbrados nos priva del gusto de dar la
impresión acabada de tan emotiva como
bella oración sagrada.
LAS HIJAS DE MARÍA
De
propósito hemos querido dedicarlas un aparte ya que no perdonan al reporter el silencio que involuntariamente guardó para
los cultos de la Inmaculada por ellas tan abrillantado.
El
reporter se reconcilia con tan piadosa y simpática
asociación proclamando que requiriendo el concurso musical de la misma para
cualquier solemnidad, ya lleva está ganada la magnificencia.
Interpretaron
insuperablemente bajo la dirección competentísima del organista de la Prioral
la Misa “Papa Pío X”.
Fueron
ellas: Srtar. Teresa Medrano; María Acedo-Rico; Dolores Acedo-Rico,
Purificación de Víu; Pilar de Víu; María de Víu; Matilde Villar; María Cueva;
Pilar Fernández; Dolores Fernández; Victorina Fernández; Trinidad Romeralo;
Teresa de la Fuente; Soledad de la Fuente; Dolores Gil; Consuelo Diez; Prado
Lorente; Esperanza Ruiz; Manuel Ruiz; Dolores de las Heras; Consuelo Salazar;
Estrella Beldad; Ángela Cruz; Josefa Mulleras; Elena Fernández; Luisa Alcázar; Luisa
Gil; Ernestina Núñez; Encarnación Fernández; Rosario Fernández.
Era
las doce y diez cuando terminó la función.
POR LA TARDE
A
las tres y media, expuesta su Divina Majestad y rezado el Sto. Rosario,
pronunció una breve plática, invitado por el señor Cura el Rvdo. P. Antonino
Llorente, superior de los Misioneros, quien explicó la significación de un
nuevo sagrario y en el campo, excitando con los acentos cálidos que adquiere su
palabra cuando habla de Augusto Prisionero a que los feligreses hagan del nuevo
sagrado un nido formado por corazones a fin de que derrame sobre ellos y los
incendie con su amor el corazón Sacramentado.
Ofició
en la reserva el R. P. Monjo, C.M.F. ministrado por el señor cura y el
Minorista D. Juan Lorente.
La
Schola Cantorum del seminario, dirigida por D. Domingo Solé interpretó los
motetes, el himno del Congreso y la Salve.
Al
terminarse esta acompañado del señor provisor y familiares D. Manuel Elgorriaga
y D. Ambrosio Sanz llegó nuestro amadísimo Prelado quien dio la bendición al
pueblo.
A
la salida, el Rvdmo. Sr. Obispo felicitó al cura y autoridades quienes
devolvieron, respetuosos, las enhorabuenas al Prelado expresándole al mismo
tiempo la gratitud de los huertanos tan especialmente favorecidos por su
liberalidad.
A
este propósito se nos ha dicho que los huertanos perpetuaran su amor y
reconocimiento filiales al Dr. Irastorza en una lápida que se colocará dentro
del templo”.
El
Pueblo Manchego, Año
VI Número 1489, 7 de enero de 1916, página 2.
El
Obispo-Prior D. Javier Irastorza y Loinaz, a quien se le debe la construcción
de la iglesia. Fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” nº 131 del 10
de febrero de 1915
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