AVIACION, TEATRO, TOROS Y RONDALLA VALENCIANA
“Martínez”
en la academia, el Ciudad Real moderno y otros acontecimientos.
Contemplar lo
que fueron nuestra feria y fiestas a principio de siglo no deja de tener
interés. Eso pienso yo al menos, cuando repasando viejas colecciones de
periódicos y revistas de la provincia, especialmente “Vida Manchega” y “Pueblo
Manchego”, nos encontramos con crónicas realmente sabrosas sobre el Ciudad Real
de aquellos años. Para los que piensen que cualquier época pasada fue mejor
–nos referimos concretamente a los festejos en honor de nuestra Virgen del
Prado—están en parte equivocados. Así, en 1913, una disposición del señor Alba,
entonces ministro de la Gobernación, ponía enormes trabas a los Ayuntamiento
para la celebración de fiestas y espectáculos, principalmente; quizás por
motivos económicos de las arcas municipales. Dictada dicha orden pocos días
antes de nuestras fiestas patronales, don Miguel Pérez Molina, entonces
alcalde, al parecer bastante bueno, citó en el Ayuntamiento a las fuerzas
vivas, acordando enviar un telegrama de protesta al ministro y que se
desplazase una comisión a Madrid para evitar la catástrofe. La componían
diputados, senadores, ediles y miembros de las Cámaras Agrícola y de Comercio.
La cosa se arregló lo mejor posible y la capital de La Mancha pudo asistir a
los festejos previstos.
LA
AVICACIÓN NÚMERO IMPORTANTE
Programa un espectáculo de aviación en 1912, que obtuvo un enorme éxito en 1913, volvió a contratarse a un aviador francés, Mr. Tixier, uno de los más populares en España, que hacía “acrobacias y magníficos vuelos”, en el que pomposamente se llamaba aeródromo o campo de aviación”, actos a los que asistían con sus chisteras y levitas, autoridades –incluido el señor obispo—y corporaciones.
Hubo alguna
crítica a este espectáculo, por considerar que era “repetido” y no atractivo ya
de los novedosos, pero el caso es que en años sucesivos tuvimos, mejor dicho
tuvieron nuestros antepasados, avión y monoplano con el señor Tixier a bordo,
que debió hacer su “agosto” por aquellas fechas.
TEATROS,
TOROS Y BAILES VALENCIANOS
Lo que no faltaba a principios de siglo era el teatro y los toros. Dejaba el escenario de nuestro primer coliseo, el Teatro Circo de Verano, nada menos que la Compañía de María Guerrero-Díaz de Mendoza, y vino a sustituirla la de Carmen Cobeña, que contaba en su conjunto con Camino Garrigó, Alfonso Muñoz y Fraternidad Lombera, máximas figuras entonces en la escena española.
Y hubo toros,
como no, a pesar de las disposiciones del ministro Alba, con la intervención de
Fuentes, Bombita III y Manolete la primera tarde y de estos tres espadas, más
Flores, la segunda. Se cortaron muchas orejas y los toros fueron del Duque de
Tovar.
Como número
fuerte actuó en Ciudad Real la Rondalla Valenciana, que permaneció en la
capital varios días, con sesiones incluso matinales y paella final con
asistencia de autoridades y representaciones.
Y HUBO
PANDORGA Y…MATINEE
Y “ a pesar de las cicaterías de Maldonado…”hubo Pandorga, fiesta que todos los años se celebraba. Cuentan las crónicas que Paco el ciego, Pepe el Gordo y Mazantini “arrastraron al personal” hasta el Paseo del Prado, para cantarle a la Virgen las seguidillas y torrás. Se bebieron centenares de litros de limoná, zurra y agua de cebada acompañando al puñao de garbanzos tostaos, sumándose hasta los más exquisitos de nuestros paisanos que, desde la terraza del Casino, tomaban su granadina en compañía de las bellas ciudarrealeñas de la mejor calidad.
También hubo
“matinée”, así como suena, en los “magníficos salones” de la Academia General
de Enseñanza, cuyo propietario y director era el alcalde don Miguel Pérez Molina
en aquel 1913. Según la crónica de sociedad aparecida: “fue de lo más agradable
que ha podido disfrutar nuestra distinguida clase social, durante estos días de
expansión”.
OTROS
SUCESOS POR AQUELLAS FECHAS
Otros sucesos por aquellas fechas, fueron la visita del “bizarro general Aguilera que vino a orar ante su patrona!” el inicio de adoquinado de la calle Ciruela, el entierro de Zoilo Vázquez, padre del ilustre pintor Carlos Vázquez, y a la colocación de la primera piedra para la construcción de casas baratas, en lo que entonces se llamaba “Ciudad Real moderno”. La bendición estuvo a cargo del obispo Gandásegui y el acto estuvo programado como “festejo público”.
Hubo
felicitaciones para los organizadores de las fiestas, tanto para el
alcalde…”don Miguel Pérez Molina que sin cesar demuestra a su pueblo el amor y
anhelos de prosperidad que por él siente, imponiéndose cuantos sacrificios son
necesarios, para el triunfo de sus loables propósitos”, como para don Leopoldo
Acosta, presidente de la Comisión de Festejos, “por la amenidad del programa de
Ferias”.
PROHIBIDO
MANOSEAR LOS ARTICULOS
Coincidiendo
con las fiestas por la Alcaldía se dictó una orden “basada en los preceptos
higiénicos, para que los compradores de la plaza de abastos se abstengan de
tocar y manosear los artículos de consumo”, y añadía el cronista Francisco
Sastre: “Nos parece muy bien esta medida que puede evitar la propagación de
enfermedades contagiosas. El comprador debe de abstenerse de tocar, pero al
vendedor hay que imponerle de grado o por fuerza el que sus géneros no
constituyan un peligro”.
Otra noticia
curiosa de aquel año es que al distinguido joven don Pelayo Dorado se le hizo
una limpieza dentaria, en la clínica de los señores Ibáñez y Serrano, que
contaba con “sillón mecánico, máquina, aséptica, lujosas vitrinas abarrotadas
de instrumental; todo de lo más moderno y de buen gusto que existe”.
LA MUJER
MANCHEGA
Aunque es
lógico que hubiésemos podido llenar varias páginas de hechos acontecidos en
aquellos años (¿felices?), el espacio no nos lo permite. Por eso vamos a
terminar copiando una poesía dedicada a la “La mujer manchega”, de uno de los
más celebrados poetas de la época. Nos referimos a Joaquín Aguilera y dice así:
“No es de nácar su faz…pero es de rosa;--nada sabe de Safo…y es poeta;--es
cristiana de fe…sin ser asceta;--no es mujer varonil…pero es briosa. Sin ir
vertiendo sal…es muy garbosa;--no se precia de sabia…y es discreta;--no es un
tipo ideal…pero es hermosa. Poseedora de un don extraordinario, --logra hacer
del hogar un santuario—con las de su virtud cándidas flores: --Diosa y vestal
del páramo manchego –ella sabe guardar el sacro fuego –en el florido altar de
sus amores”.
D. N.
RAMIREZ MORALES. Extra de Feria Lanza Agosto de 1986
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