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martes, 9 de agosto de 2022

¡VÍSPERAS DE SAN LORENZO…!

 



«CANTAR QUE DEL ALMA SALE

ES PAJARO QUE NO MUERE;

CANTANDO DE BOCA EN BOCA

DIOS MANDA QUE VIVA SIEMPRE». (V. Ruiz de Aguilera)

 

Hay día: el 9. Hay mes: agosto. Pero no hay año. Ponga el lector el que le plazca desde los siglos XVI al XX, con las excepciones por todos conocidas. Y recuerde la seguidilla famosa:

«Vísperas de San Lorenzo

a puesta del sol

bajan a la Patrona

al altar mayor».

Ella ha estado allí durante todo, el año, en la altura media del retablo de Giraldo de Merlo, en su camarín catedralicio, rodeada de cirios, y exvotos, venerada con misas, fervores y promesas.

«Madre mía del Prado

 tu camarín

de lejos me parece

cielos para mí».

Pero Ella está siempre cerca: todo lo cerquita que quieran nuestros corazones. Y ahora, desde este 9 de agosto, Víspera de San Lorenzo, la tenemos aquí, frente a nosotros, más dispuesta a escucharnos por lo bajito, más solícita, más acogedora, más próxima, más íntima, más nuestra aunque sólo sea por unos días.

Ya le han cantado en la Pandorga aquello de

«…a la mejor moza

que hay en Ciudad Real,

la que lleva en la espalda

el águila imperial».




Y ahora comienza el desfile diario, desde el atardecer hasta bien entrada la noche, porque todo ciudarrealeño que se, precie y todos los que con su permanencia entre nosotros se han contagiado ya de esta advocación mariana, saben bien que la Virgen, sea la que fuere, es

«…una estrella ,

que entre todos los soles

es la más bella»

Dicen que el 10 de agosto es el día más caluroso del año. Eso dicen. Hasta puede que coincida con ello el tormento quemante del mártir San Lorenzo. Y en la tarde caliginosa de su víspera es tradición inmemorial el descenso de la Virgen hasta el presbiterio. La imagen de la Patrona -otra imagen, porque la primitiva fue destrozada cuando la iconoclastia del 36- ya está preparada con su manto de fiesta para recibirnos en estos días ferieros y salir por «su Paseo del Prado y por las calles de «su» Ciudad Real. Ella, según piadosa leyenda del siglo XI, quiso quedarse con nosotros. Y con nosotros permanece, pese a destrucción de imagen, apostasías, olvidos y tibiezas. No es idolatría. Es fervor y cariño contagiosos. Porque hasta de los pueblos, más o menos próximos, vendrán a cantarnos aquello de

«Mañana voy a verte

Ciudarrealito

y a la Virgen del Prado

lo primerito»

 

Antón de Villarreal. Diario “Lanza”, Efemérides Manchegas, 9 de agosto de 1975

 


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