La presentación al
pueblo de Ciudad Real del Quijote del prestigioso escultor mejicano Federico
Silva, que ha sido donada a la ciudad por Eulalio Ferrer, en agradecimiento por
su distinción de Caballero Andante por parte de la Asociación Cultural
"Quijote 2000", trascendió a lo que es una inauguración oficial. Fue
un acto de hermanamiento entre la capital y México, más concretamente con
Guanajuato, la única ciudad del mundo donde hay un museo del Quijote promovido
por Ferrer, un hombre íntegro y amante, por igual, de su España natal y de su
México adoptivo, puesto allí vivió en el exilio. Se trata, quizás, de la Única
persona que ha emprendido una cruzada al más puro estilo quijotesco: ensalzar
la figura de Cervantes y de su magistral obra. El ejemplo más reciente, aunque
hay muchos, es que ha hecho posible la llegada de la escultura a Ciudad Real, al
corazón de esa Mancha que tantas veces recuerda desde México.
Fueron varias las razones que contribuyeron a que el acto resultara brillante y, aunque se basó en los lógicos discursos de agradecimiento - aunque cargados de emociones sinceras-, todos los que intervinieron se apartaron del estricto protocolo para ir más allá, para resaltar que el nuevo Quijote debe ser aceptado tal y como es, con sus rasgos aztecas, porque es una figura universal.
La escultura no se devalúa porque no se-parezca físicamente al Quijote una y mil veces representado, sino que, tal y como destacó su creador, "sigue conservando la esencia y al ser renovado se fortalece mirando al futuro, al milenio venidero".
Esa fuerza, según
anunció el presidente de "Quijote 2000", José Luis Aguilera, será
mayor cada 24 de octubre con la celebración del acto cultural-literario a mismo
pie del Quijote.
Con anterioridad, el alcalde, Francisco Gil-Ortega, y Ferrer firmaron el acta de cesión en el salón de Plenos y el Ayuntamiento obsequió al donante, así como al cuerpo diplomático con unas réplicas de los monumentos más representativos de la ciudad.
Además del
embajador de México en España, Rodolfo Echeverría, ocuparon un lugar destacado
entre las numerosas autoridades que asistieron al acto inaugural la subdelegada
del Gobierno, Mercedes Cuéllar, el presidente de la Diputación, Jesús Garrido,
el diputado nacional por Ciudad Real, Javier Rupérez, y el delegado provincial
de Cultura, José Fuentes.
Mar G. Torrijos. Diario
“Lanza”, sábado 25 de octubre de 1997
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