Los viejos silos
de cereal se alzan a la entrada de Ciudad Real como una catedral olvidada.
Abandonados a su suerte desde hace muchos años, la crisis económica ha frenado
en seco el proyecto anunciado por la alcaldesa, Rosa Romero, en la última
campaña electoral, de transformar esta particular edificación en un centro
cultural gastronómico que acogiera también un museo del vino para dar a conocer
la riqueza enológica de la tierra. El proyecto, de momento, está aparcado. Tan
sólo la colaboración privada podría reactivarlo.
Los viejos silos de cereales del SENPA, Servicio Nacional de Productos Agrarios, no podrán ser, de momento, reutilizados. El proyecto anunciado por Rosa Romero, en plena campaña electoral en mayo del pasado año, de convertirlos en un centro cultural gastronómico en el que se pudiera vender productos de la tierra, como el vino o la carne de caza, duerme en un cajón.
En los tiempos que corren no hay dinero y menos para inversiones como esta. El concejal de Hacienda en el Ayuntamiento, Miguel Ángel Poveda, ha explicado a Lanza que no cree que en el presupuesto de 2013 pueda figurar una partida económica destinada a este proyecto. La crisis lo ha frenado así de lleno. Además, el edil argumenta también que los trámites administrativos de cesión del inmueble, por parte de la administración regional al ayuntamiento, “tardarán tiempo”.
El arquitecto municipal de Obras, Emilio Velado, explica además que la cesión de uso de los Silos “conlleva unas limitaciones importantes como la utilización y conservación de la edificación tal y como está”.
Añade que, en caso
de proceder a su derribo, algo que de momento tampoco se contempla, el terreno
donde se levantan está calificado en el PGOU de Ciudad Real como zona verde.
En el proyecto anunciado por la entonces candidata a la alcaldía se incluía también la creación, en el interior de este emblemático edificio, de un museo del vino a través del cual dar a conocer la riqueza enológica de la tierra, y en el que los visitantes pudieran interactuar y conocer todas las fases de elaboración de los caldos.
Su objetivo, convertir los viejos Silos en un gran dinamizador comercial de los productos regionales, además de un centro para el consumo y el turismo.
Nada de nada. Ni ahora ni a corto plazo. La puesta en marcha de este proyecto
no es fácil debido a las dificultades económicas actuales. Tan sólo la
colaboración público-privada podría hacer factible ese centro cultural
gastronómico que volviera a dar vida a los viejos Silos.
También el PSOE, con su candidato a la alcaldía José Valverde, defendió durante la pasada campaña electoral, convertir los Silos en un centro de creación artística y de servicios, con un lugar para la asociación de vecinos del barrio de Los Ángeles. Los Silos, estas particulares construcciones, que en Ciudad Real, y otros muchos municipios, se dejan ver antes incluso que las torres de las iglesias, junto con almacenes, graneros y secaderos, fueron un pilar fundamental de la política agraria franquista y hasta no hace tanto se han estado usando.
La Política Agraria Comunitaria (PAC) que ahora rige el destino de nuestro campo, apenas apuesta por la intervención pública de los cereales para controlar su precio y esto ha hecho que estas singulares edificaciones del patrimonio industrial español, también muy presente en la provincia, estén prácticamente en desuso. En Ciudad Real algunos ya han sido cedidos a los ayuntamientos para que decidan qué es lo que quieren hacer con ellos.
Aunque en 1953 terminó el periodo de racionamiento en España, los silos siguieron teniendo una gran utilidad, tanto es así que se siguieron construyendo a lo largo de las décadas posteriores. A comienzos de la década de los 70 se contabilizaban en el territorio nacional casi 550 silos de distintos tipos y en los 80 la red superaba los 850. Esta red de almacenamiento de cereal era propiedad del Ministerio de Agricultura y estaba gestionada por el SENPA que tenía como misión controlar la producción y distribución de los productos agrícolas y, sobre todo, regular los precios. Pero, cuando en 1986 España entró en la UE el mercado del trigo se liberalizó y el Senpa quedó supeditado al Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (Feoga) y a las directrices de la política agraria europea, a través del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega).
Años más tarde,
estas competencias fueron transferidas a las comunidades autónomas. En 1996,
Castilla-La Mancha asumía las competencias en materia de agricultura. El Fega seguía siendo el responsable de la intervención, por tanto, los silos
seguían siendo de su propiedad. Hasta que hace unos años, la Consejería de
Agricultura se hizo cargo también de todos los medios y el personal que
trabajaban en la regulación de los mercados.
A día de hoy, son muy pocos los silos operativos en España, tan sólo aquellos que están integrados en lo que se denomina Red Básica de Almacenamiento y que se utilizarían como almacén en caso de que la administración tuviese que intervenir comprando mercancía para impedir la bajada de los precios en el mercado.
Cesión a los
municipios
El resto de los silos, almacenes y graneros, y en la provincia hay muchos, hace tiempo que ya no se usan para este fin. Muchos están cerrados y algunos tienen un uso que dista mucho de aquel para el que fue concebido.
Los Silos han sido
no solo uno de los más importantes episodios de construcción pública realizados
desde el ámbito de la ingeniería, sino también un fascinante episodio
arquitectónico de nuestra historia ligado a nuestras retinas.
Almacenes de trigo
y otros granos
Los silos eran almacenes donde se guardaba el trigo u otros granos, semillas o forrajes, edificios, más o menos elevados, construidos sobre el terreno, para estos mismos fines, e incluso otros como almacenar maíz, azúcar, cemento, piensos, etc.
Casi todos fueron construidos por el Ministerio de Agricultura, cuando se creó
el SENPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios), allá por el año 1937, y que
han servido hasta fecha muy reciente para almacenar principalmente éste y otros
cereales en la época de la recolección. Este servicio fue fundado por el ingeniero
agrónomo D. Dionisio Martín Sanz, natural de Tudela de Duero y subsecretario
del Ministerio de Agricultura en aquellos años.
Incluso se creó la Red Nacional de Silos distribuidos por todo el Estado. Uno de los primeros y más llamativos fue el de Málaga, construido en el año1946. En esta década y las siguiente se construyeron gran parte de ellos.
Hoy, al desaparecer el organismo citado, han dejado de utilizarse casi todos, o al menos para el fin para el que fueron construidos.
27 silos en la
provincia
En la provincia se construyeron 27 silos en el periodo que va de 1954 a 1985, silos con una capacidad de 94.995 quintales métricos.
Cronológicamente el primer impulso a la construcción de la red llega en el año 1954 con la construcción de los de de Almuradiel, Ciudad Real y Villanueva de los Infantes del tipo C y Valdepeñas del tipo D. Al año siguiente se construirán los de Malagón y Manzanares y al año siguiente el de Almodóvar del Campo.
En la siguiente década el primero que se construye es el de Alcázar de San Juan en 1963. En 1964, se levantan los de Daimiel, Manzanares y Valdepeñas. En esta ciudad se levanta un segundo elemento que completa la capacidad del primero, en 1954, con dos elementos de igual diseño y con ligeras variaciones de capacidad. En 1965 se construye el de Santa Cruz de Mudela, en 1966 el de Criptana del tipo D y uno del tipo H en Ciudad Real que comienza a consolidar su infraestructura con diversos elementos. Se construyen en 1967 el de Infantes y el de Herencia. Y en 1968 los de Abenojar, Almadén y La Solana.
En los setenta se
construyen el de Porzuna, Montiel y Ciudad Real en 1972 que completa su
estructura de tres elementos con esta última construcción.
IU: «Los Silos
deben servir para dar servicio a la ciudadanía»
También Izquierda
Unida llevó llevó en su programa para las elecciones municipales de 2003 la
idea de construir en los viejos Silos locales de ensayo, así como aulas y salas
para la Concejalía de Juventud. No obstante y pasado el tiempo, el estado del
edificio es, en efecto, lamentable e IU considera que toda rehabilitación sería
tan costosa como la construcción de otro edificio.
Además, la propia estructura de un silo presenta unas características muy determinadas que dificultan su aprovechamiento para otro fin que para el que fueron concebidas. IU recuerda que existen proyectos para la reconstrucción y vuelta a la actividad (cultural) de estos símbolos de la autarquía de época franquista. Sin embargo, consideran que la ciudad cuenta con bastantes espacios culturales que permanecen cerrados y cita, entre otros, el museo local, el provincial, el museo del Quijote “¿Para qué entonces otro edificio con este uso y de tan tremendas dimensiones?”, se pregunta la portavoz de IU en el Ayuntamiento, Carmen Soánez.
Por último, y al
margen de la propia naturaleza del edificio y de la decisión técnica y
económica de su aprovechamiento como tal o su derribo, la portavoz de IU
reflexiona sobre el hecho de que el Ayuntamiento de Ciudad Real gasta al año
más de 300.000 euros en alquiler de locales. Naves de limpieza (51.834 euros),
Mantenimiento (165.000 euros), locales de Igualdad de Género (20.000 euros) o,
incluso, cocheras (16.000 euros). “Dada esta circunstancia el edificio y el
solar que ocupa deben ser utilizados para dar servicio a la ciudadanía o
ahorrar costes en las cuentas del consistorio municipal”, concluye la portavoz,
Carmen Soánez.
El PSOE reivindica
Los Silos como un espacio de vanguardia
Los Silos son un testimonio de la arquitectura industrial española de mediados del siglo pasado. Los de Ciudad Real, además, son un reflejo de la arquitectura industrial de la postguerra española y como parte del patrimonio histórico “pueden y deben conservarse”, asegura la portavoz del Grupo Municipal Socialista, Fátima Serrano. La edil considera que esta construcción emblemática de la ciudad, actualmente abandonada, “se está deteriorando con el pasar de los años y el equipo de Gobierno del Partido Popular no es capaz de buscar un destino. Es una muestra más de la desidia de nuestros actuales gobernantes que no son capaces de buscar alternativas y están dejando que nuestro ya escaso patrimonio se eche a perder”.
Fátima Serrano
recuerda que el Partido Popular en el programa electoral con el que concurría a
las últimas elecciones prometía literalmente la “Transformación de los Silos de
la carretera de Valdepeñas en un gran centro de promoción de los productos
agrarios y ganaderos de Castilla-La Mancha”. “La realidad, una mentira más.
Otro monumento a la inoperancia y a la falta de ideas del equipo de gobierno de
Rosa Romero”, añade.
Buscar nuevos usos
El Partido Socialista siempre ha mostrado su inquietud por buscar nuevos usos para los silos. Su ubicación próxima a la barriada de los Ángeles, sus dimensiones y configuración permiten plantear una rehabilitación que manteniendo los valores esenciales de su arquitectura suponga un equipamiento sociocultural para la zona. La parcela donde se ubican y la proximidad a una zona verde y deportiva permite ampliar esta dotación para el barrio incorporando los silos al conjunto
“Por eso invariablemente nos hemos empeñado en buscar fórmulas para lograr una rehabilitación sostenible de ese espacio. Las propuestas que el PSOE preparó para los silos en su “Estudio de los barrios de Ciudad Real», proponen un aprovechamiento con una inversión reducida que establecería un referente cultural en el nuevo eje que partiendo de este punto seguiría enlazando con el Conservatorio, hasta llegar a la Biblioteca Pública y Museo del Quijote, definiendo así un nuevo centro cultural en la ciudad.
“No sólo es un equipamiento de barrio sino un punto de referencia para establecer un nuevo eje de vida cultural en la ciudad”, añade Serrano quien asegura que en el PSOE son conscientes de que la rehabilitación de este espacio es un proyecto muy costoso y que no podría abordarse con la pretensión de finalizarlo en una única fase, “pero sí creemos que puede organizarse un proyecto de adecuación progresiva de modo que se consiga recuperarlos para ofrecer a la ciudad un espacio vanguardista, un espacio de participación artística y cultural donde tengan cabida todas las expresiones de arte moderno con una visión de futuro para nuestros creadores”, concluye.
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