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jueves, 25 de mayo de 2023

LA APARICIÓN DE LA VIRGEN, SAN URBANO Y LA CORONACIÓN

 

Fotografías del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, legado Salas


La novena que comenzó ayer, en la basílica catedral, en honor de la Virgen del Prado, trae otra vez sobre el tapete el tema de las fiestas patronales. El día de San Urbano, como todos sabemos, fue la fecha de la aparición o hallazgo, según la tradición, de la Virgen del Prado. Mejor aún, cuando la imagen "quiso" quedarse entre nosotros. Entrecomillamos "quiso", porque ya sabemos que las imágenes no tienen voluntad; la voluntad es ajena ", y, o superior a ellas. Tradición, leyenda, devoción, milagro, lo que fuere -ahora no lo vamos a discutir- el caso es que la fecha del 25 de mayo, festividad de San Urbano, es la que realmente fija un hecho que conduce a proclamar patrona de Ciudad Real a Nuestra Señora del Prado. Siguiendo esa tradición, la coronación canónica se hizo, también, en tal día, y no en agosto, fiesta de la Asunción, cuando realmente se celebra la de la Virgen ciudarrealeña.

Entonces, se habló mucho, y se escribió no poco, sobre el 25 de mayo. Habría sido lógico, pues, que las verdaderas fiestas patronales de Ciudad Real fuesen ahora, coincidiendo con la aparición y la coronación. Sin embargo, no cabe duda que la fecha elegida, el 15 de agosto, no sólo cuenta con una tradición, sino que es una festividad mariana esplendorosa en la Iglesia. Posiblemente -no hemos profundizado históricamente en el tema- se escogiese el 15 de agosto por el fervor mariano de España, siempre adelantada en las celebraciones de los misterios de la Virgen. Nuestro país se anticipó al dogma de la Inmaculada Concepción y, por supuesto, al de la Asunción, que es mucho más reciente. Es de suponer, que los ciudarrealeños antiguos decidiesen escoger el 15 de agosto, en lugar del 25 de mayo, precisamente como testimonio de su marianismo.

Lo que parece un contrasentido es que no se celebre nada el 25 de mayo y que la fecha pase sin pena ni gloria, salvo la novena que la Ilustre Hermandad de la Virgen organiza y cuyo significado nos explicaba muy bien, ayer, don Bartolomé Miquel, con el sentido, hondo y actual, que hay que dar, en nuestros días; a todas las conmemoraciones, para que no se queden en una simple rutina.

 



Cuando la coronación se habló -insistimos-, si no en un desdoblamiento de las fiestas, sí en que hubiese una fiesta mayor en agosto y otra fiesta menor en mayo. Algo así como un prólogo. Algún organismo lo intentó, como, por ejemplo, la Agrupación Fotográfica Manchega de Educación y Descanso, que quiso establecer, para ahora, su concurso anual. Después, ni eso, para estas fechas.

Las fiestas agosteñas, brillantes, de una altura que antes no tenían, a veces se extienden demasiado. Por lo general; nunca se reducen a los ocho días entre la fiesta de la Virgen y la Octava, sino que, aprovechando "puentes" finisemanales, en ocasiones han durado hasta doce días, lo que, aparte del agotamiento físico, deshace los bolsillos más repletos. ¿Por qué no acortar un poco -las fiestas de agosto y en su lugar, tener un par de días o tres de celebración ahora?

Hay otro inconveniente -no se nos oculta- y es la proximidad de la Virgen de Alarcos, también festivo, pero no creemos que hubiese mayor inconveniente en fundir ambas celebraciones. No hay nada, con un sentido de tradición evolutiva, que no se pueda retocar. Del mismo modo que hoy, la Feria, no conserva más que el nombre y, por extensión se llama así, a lo que no lo es. El ferial, el real de la Feria, se ha convertido en un temporal parque de atracciones o en lo, que, en Madrid, se llama verbena: Bailes, tómbolas, tiovivos, casetas de entretenimiento, bares y puestos de golosinas. A lo sumo, se puede hablar de una Feria del Juguete y del Plástico, porque ninguna otra cosa se "feria", ni siquiera tractores en lugar de mulas.

Por supuesto que no intentamos imponer una opinión, sino simplemente recordar lo que fue iniciativa hace unos años y que murió por consunción sin haberse siquiera estudiado los pros y los contras, sin inclinarnos a tomar una decisión seria para afirmar o para, negar. Tampoco estas líneas son un puro "divertimento" del escritor para rellenar unas columnas o el puro placer de dar a conocer lo que le bulle. Todo nos lo ha evocado la novena a la Virgen del Prado y la señalada festividad de San Urbano. Unas breves fiestas de Primavera nunca vienen mal, como tampoco vendría mal un ligero recorte de las de agosto. Bueno; y hasta el año que viene, en que, por descontado, estaremos lo mismo.

 

“Puerta de Toledo”, Carlos María San Martín. Diario “Lanza”, viernes 18 de mayo de 1973

 


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