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sábado, 10 de junio de 2017

LOS PÓSITOS DE CIUDAD REAL


 
El viejo ayuntamiento de nuestra ciudad se levantó sobre el solar del antiguo pósito ciudadrealeño

Conocida es la significación de los Pósitos como antecedente histórico de los Montes de Piedad y la importante función que cumplieron para regularizar el precio del trigo en épocas de escasez, abasteciendo a las poblaciones, frente a los acaparadores alcistas y ayudando a los labradores, especialmente los modestos, con préstamos de semillas o de efectivo para atender a los gastos de la recolección. Historiadores y economistas han ponderado la labor de los Pósitos y lamentado su desaparición prematura, antes de que fueran sustituidos por otras modernas instituciones y entidades.

En Ciudad Real, por referencia de los cronistas locales, Delgado Merchán, Hervás y Gómez, sabemos que hubo dos: uno de origen público; otro de fundación privada.

El primero se llamó también alhóndiga y funcionaba ya a principios del siglo XVI pues Hervás atestigua que vió cuentas de 1.520. Estaba en un extremo de la Plaza Mayor y se fijó su existencia de trigo en 12.000 fanegas. En 1760 se le denominaba Pósito Real y el Ayuntamiento pidió autorización a Fernando VI para ensanchar el edificio y construir nuevos graneros. Se presupuestaron las obras en 12.486 reales.

Este Pósito atendió a diversas y graves necesidades: en el año 1628, con cargo a 3.000 ducados que había en sus arcas, el Ayuntamiento pagó sus deudas y censos, previa autorización real, al cambio del tres por ciento.

Los años 1679 y 1680 fueron calamitosos: “No llovió, dice Gómez, desde el 14 de noviembre de 1679 hasta el 6 de mayo de 1680”. Con tal motivo se hicieron rogativas sacando en procesión a la Patrona, Nuestra Señora del Prado y al Santo Cristo de San Pedro, llamado del Perdón o de las Aguas. El corregidor D. Francisco Velázquez Carbajal logró abastecer el Pósito de grano, trayéndolo de Extremadura, con lo que se satisfizo la necesidad y hubo un sobrante de unas 4.800 fanegas que entraron en la alhóndiga a unos 7 reales la fanega. Esta previsión salvó el bache del año 1680 que por el mes de agosto produjo tempestades, inundaciones y otras desgracias. Después, en el mes de octubre y concretamente el día 9 “a las siete y media de la mañana tembló la tierra, que se sintió en Castilla: reventó en Málaga, causando muchas ruinas”.

 
La Virgen del Prado fue sacada en rogativas durante la sequia de 1679-1680

También este Pósito, en tiempos de Carlos III, contribuyó con 3.000 ducados a la creación del Hospicio o Casa de Misericordia (hoy es el Cuartel de Artillería) en donde se instalaron manufacturas y artes para enseñanza de los asilados.

El otro Pósito y Monte de Piedad, que así se llamó, fue fundado por don Álvaro Muñoz de Figueroa, Caballero de la Orden de Santiago y su mujer doña María de Torres. Estos, que habían levantado a sus expensas la Iglesia de la Merced, edificaron local para el Pósito a su lado, en el solar que ahora ocupa el Palacio de la Diputación. Para esta fundación, acudió D. Álvaro al Arzobispo de Toledo, Cardenal Portocarrero, “queriendo hacer bien a los pobres”. Lo dotó con mil fanegas de trigo de su propio caudal y de un Reglamento. Eran patronos, el Vicario, el Comendador de la Merced y el fundador o sus sucesores. Ocurría esto en octubre de 1694. Dos años después, el fundador aumentó la dotación del Pósito con 500 fanegas más de trigo. Y doña María Catalina de Torres y Muñoz, sobrina de don Álvaro, agregó otras 300 fanegas en 1725.

Desaparecidos estos Pósitos, en fechas que no hemos podido precisar, un historiador local (Delgado Merchán) se expresa así: “¡ Lástima que en la capital de la Mancha no haya hombres de iniciativa vigorosa, ya que falte en los gobiernos, para reconstituir esos asilos, que tanto enaltecen el buen juicio, la previsión y la caridad de nuestros antepasados evitando por este medio la ruina del modesto labrador que tiene que entregarse a la rapacidad usuraria de los explotadores de su sudor!”.

Afortunadamente, hoy las circunstancias son otras.

Antonio Ballester Fernández. Boletín de Información Municipal Nº 33, agosto de 1970

 
El actual Palacio de la Diputación Provincial se levantó sobre los terrenos del antiguo pósito de D. Álvaro Muñoz de Figueroa

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