…Testimonio evidente de lo que es capaz
de hacer la constancia de una buena voluntad y la firmeza de una resolución irrevocable,
cuando van acompañadas de una experiencia sana y una recta conciencia, es la
fundación del Seminario Conciliar de Ciudad-Real. Epopeya de gloria que
confirma una vez más ante los incrédulos que el trabajo de los hombres, al ser
iluminado por el sentimiento católico, arranca de la dura roca maravillas del
arte, porque las energías del genio lima las leves aristas y las reduce al
molde estético de su ideal intangible, modelo de belleza, depurado de
imperfecciones humanas, mezquinas y deleznables.
Fue el sabio Prelado Dr. D. Victoriano
Guisasola el primer Obispo Prior que ocupó tan honroso cargo en esta provincia,
y fue también el primero que pensó en fundar el Seminario, al ver que se daban
clases para clérigos externos en el antiguo local donde entonces se hallaba instalada
la Vicaría y en la actualidad se levanta el suntuoso Palacio de la Diputación Provincial.
Para realizar su magna
empresa adquirió un espacioso terreno de 9.000 metros cuadrados de superficie,
próximo á la puerta de Alarcos, en el sitio denominado Huerto del Moral, y
empezó la cimentación de un edificio de nueva planta con arreglo á planos que
mandó trazar bajo su dirección, y sin otros recursos que unos pequeños ahorros,
reunidos á costa de grandes economías y piadosos sacrificios.
Fecha fausta fue para todos los
católicos de Ciudad-Real la del 20 de Marzo de 1882, porque en ese día, con
toda solemnidad, el venerable Obispo, palpitando el más ferviente entusiasmo en
su alma, bendijo y colocó la primera piedra de la obra gigantesca, que surgió
espléndida en su mente y su corazón inicia con decisión admirable, ungida de
los más puros anhelos.
Su digno sucesor, el ilustre Dr. D.
Antonio María Cascajares, viendo agotados los fondos, y poniendo todo su
especial interés en continuar las obras del Seminario, realiza con voluntad de
acero su firme propósito, y sin arredrarse por la falta de elementos materiales
arrostra las difíciles circunstancias financieras, y con valentía plausible se
decide á emitir un empréstito de 200.000 pesetas en acciones de 125 cada una, con
el interés del 5 por 100, amortizables por su totalidad en doce años, y con la
sola garantía de las dos terceras partes de la dotación anual que percibiese
del Estado el nuevo Centro eclesiástico.
Pronto se cubrió el empréstito, se dio
gran impulso á los trabajos, adelantaron rápidamente las obras, transcurrió el tiempo
en su veloz carrera y llegó el 1.º de Octubre de 1887, día memorable en que el
Reverendo Obispo D. José María Rances, revestido de Pontifical y rodeado de
todas las Autoridades, procedió solemnemente á bendecir é inaugurar el Seminario
Conciliar, dotando á esta provincia de un magnífico edificio de sólida
construcción, que á sus excelentes condiciones higiénicas reúne notables
aciertos arquitectónicos, porque responde cada una de las distintas
dependencias que lo forman al fin á que se destina, con exacta propiedad hasta en
los más pequeños detalles.
La fachada principal del edificio consta
de dos pisos y es de aspecto severo, hallándose en el centro, con esbelto
saliente, situado el pórtico que da entrada al vestíbulo, en que concurren:
Secretaría, Archivo y Sala de Visitas.
Dobles crujías cierran un extenso
rectángulo, y en sus tres grandes patios se alzan columnas de hierro que
sostienen amplias galerías, en las que se encuentran instaladas: la Biblioteca,
las Aulas, los Gabinetes Laboratorios y el hermoso Salón de Actos.
Coincidiendo con el eje transversal del
edificio está situada la bonita Capilla, que es un alarde artístico de buen
gusto.
Siguió funcionando el Seminario, y en la
época del docto Obispo Dr. D. Casimiro Pinera, se amplió la enseñanza,
explicándose Sagrada Teología, Filosofía y Latinidad, con suma extensión, por
ilustrado Claustro.
Pero cuando ha llegado á su estado más
floreciente es desde el año 1905, en que fue nombrado Obispo Prior de las Ordenes
Militares el eminente Dr. D. Remigio Gandásegui, espíritu incansable en la
difusión de la cultura, que ha logrado el progresivo desarrollo del plan de
estudios, aumentando el material científico y elevando á envidiable altura tan
importante Centro docente.
En la actualidad cursan 52 alumnos
internos y 11 externos; disfrutan 8 becas de gracia y 19 ganadas por oposición,
recibiendo todos los más sólidos conocimientos de la carrera eclesiástica.
Hoy puede competir el Seminario de
Ciudad-Real con el mejor instalado en España, y se yergue como atalaya de la fé
contra los errores de los sectarios, enemigos de la doctrina del Salvador del
Mundo, que por redimir á los pecadores vertió su divina sangre en la cumbre del
Calvario.
Rafael
Abellán. “Cuadros a Pluma. Notas descriptivas de Ciudad Real”. Imprenta del
Hospicio Provincial. Ciudad Real 1914
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