Adrian Pérez, concejal del Ayuntamiento,
y Belén Víctor, su viuda, conocieron en público y en privado a aquel alcalde socialista
y republicano, reformador de la ciudad, y compartieron con él sus desvelos por
mejorar la estructura urbana, económica, sanitaria, educativa y laboral de
Ciudad Real. Participaron con él de aquella
inquietud tan grande como los resultados que se obtuvieron.
Nunca los vecinos de Ciudad Real
hubieran imaginado que iba a venir un señor de Salamanca, socialista para más
señas, capaz de entregarse en cuerpo y alma a esta plaza para desterrar las
condiciones infrahumanas en las que estaba sumergida, y orientarla de manera
que pudiera convertirse en una ciudad acogedora y cómoda para que dejara de ser
un pueblacho inmundo.
Desgraciadamente sólo duró tres años
aquella corporación municipal y aunque quedan importantes huellas, los
cincuenta restantes marcaron senderos muy diferentes.
Un folleto explicativo de los veinte
primeros meses de gestión socialista es sumamente indicativo del talante demócrata
de José Maestro.
ACCESIBLE Y POPULAR
CUENTA Adrián Pérez que ambos solían
reunirse muchas noches después de cenar y daban largos paseos mientras
charlaban y observaban las necesidades urgentes de la ciudad. La gente se le
acercaba y él nunca ponía impedimentos. En cuanto a su carácter, Adrián Pérez
dice: "era terriblemente impaciente, quería resolverlo todo rápidamente.
Cuando no había nadie disponible él mismo hablaba con quien fuera necesario (en
el Ayuntamiento o en el domicilio del contribuyente en cuestión). Así fue como
consiguió que la propietaria del inmueble que hace esquina con las calles Toledo
y Calatrava, cediera gratuitamente una parte de su finca para que pudiera acometerse
la obra de ensanche que permite el tránsito de autobuses y camiones".
Una de sus preocupaciones era quitar el
Ayuntamiento del emplazamiento actual, consideraba que era un tapón sin sentido
y sugería el frente norte de la plaza, actualmente ocupado por dos ópticas, un bar
y otros establecimientos comerciales".
"Una cárcel nueva, un campo de
deportes, la desviación de la línea férrea , la conclusión de obras emprendidas
por la corporación anterior como el Grupo Escolar Pablo Iglesias y la
Cooperativa de viviendas Higiénicas y Baratas (hoy Ciudad Jardín), la creación
de la Casa de Socorro y la Audiencia sirven como botón de muestra". Pepe
Maestro quería grandes avenidas para Ciudad Real, soñaba con que desde el
Parque de Gasset se viera el Ayuntamiento. Con él se emprendió la apertura de
la avenida Nakens (hoy Obispo
Esténaga), que conecta el Grupo Pablo
Iglesias con la calle Alarcos; proyectó también el edificio del mercado".
MODERNIDAD
CON CLASE
Los ejemplos citados anteriormente
quedarían incompletos sin citar otras obras como la Casa Fuertes, el Cine Proyecciones, el
Salón Olimpia, el Banco Español de Crédito, las construcciones del parque (Palomar,
Biblioteca y 'Glorieta de Gasset), obras que "mantienen un parentesco inequívoco
con los lenguajes formales modernos", como ha escrito el arquitecto José Rivero.
Y es que José Maestro era un entusiasta de la modernidad con clase.
Fue importantísimo para la vida local la
conducción de aguas desde el pantano de Gasset, y el alcantarillado. Francisco
Pérez en un manuscrito que estaba preparando cuando falleció definió así la
situación posterior a 1931: "los niños ya no morían de colitis o
disentería; ni se padecía el tifus como enfermedad endémica. Las mozas ya no
tenían que romper el hielo de un pilancón antes de lavar y hermosear su cara.
Comenta Adrián Pérez que "cuando
llovía las calles se convertían en cenagales que cubrían hasta el tobillo; la
corporación dirigida por José Maestro consiguió que se pavimentase la
mayoría".
En materia de inspección sanitaria fe
realizó una labor exhaustiva. Sancionándose las adulteraciones con una severidad
desconocida hasta entonces. Consiguieron del Estado una subvención por valor de
171.244,044 pesetas destinadas a paliar el Paro Obrero, y fue el Ayuntamiento
de Ciudad Real uno de los primeros que en España implantaran la Oficina de Bolsa
de Trabajo.
En materia de sanidad se prohibió que
los animales convivieran en casas de vecindad, porque en algunas se daba el
caso de que existían verdaderos rebaños.
Para la elaboración del pan empleaban
agua de pozos, en las que, generalmente, había filtraciones de silos o
basureros próximos; los obreros trabajaban en virtud del exceso de calor, casi
en cueros, protegiéndose únicamente con telas de saco y carecían de cuartos de
aseo; el pan se depositaba en el suelo o en tablas sucias; no existían escupideras.
A partir del 31 el pan comenzó a
elaborarse con aguas potables, los obreros desde entonces trabajaron con peto y
gorro blanco, se instalaron cuartos de aseo y en los pisos enlosados se colocaron
escupideras.
Reformas de este tipo se produjeron en
barberías, hoteles, fondas y toda clase de establecimientos necesitados de unas
condiciones de higiene imprescindibles.
CONTRARIO A LAS DIETAS
Adrian Pérez le acompañaba en casi todos
los viajes oficiales. El primero que hicieron en compañía del Secretario del Ayuntamiento
fue a Madrid. Cuando terminaron las gestiones pararon a comer y en el momento
de pagar, Pepe Maestro abonó la cuenta. El Secretario le sugirió que después le
pasase la factura a lo que Maestro respondió que de ninguna manera y añadió:
"la comida la pago yo y si esta noche vamos al teatro pagaremos a escote
las entradas". Dice Adrián Pérez que el Secretario se quedó asombrado
porque esta era una práctica absolutamente inusual.
Cuentan también que el pueblo le
adoraba, pese a ser la primera vez que estaban bajo el mandato de un Ayuntamiento
de izquierdas y además con mayoría absoluta, sin oposición por parte de la derecha.
Las dudas se disiparon tras los veinte primeros meses de gestión, y no sólo eso
sino que el pueblo estaba sumamente satisfecho. Hasta el punto de que quisieron
hacerle un regalo que al mismo tiempo sirviera para inmortalizar a aquel
alcalde que tanto estaba mejorando la vida loca1.
FAROLA
DE LA DISCORDIA
Por suscripción popular se pagó una
farola diseñada por el arquitecto Gayá que llevaba adosado en una de sus caras
un retrato en bajo relieve obra del escultor López Salazar y en otra una
inscripción dedicada a su labor. Llegó a ser la "farola de la discordia"
por la división de opiniones que entonces se produjo en el partido socialista;
la moralidad de la época hacía dudar sobre la conveniencia de que un socialista
aceptase regalos de este tipo.
Adrián Pérez defendió a capa y espada el
objeto del homenaje porque no sólo se lo merecía, se cumplía el deseo de los
ciudadanos y además embellecía la ciudad. La moción de censura presentada en la
Casa del Pueblo no prosperó y la Farola Homenaje se colocó en la calle Alarcos
ante la Casa Fuertes.
Pero el " maestro Adrián "-
como cariñosamente le llaman no había terminado su defensa por la farola en 1934.
Cuarenta y nueve años después, cuando resultara elegido concejal en las
municipales de 1983 reanudó, junto sus compañeros de partido, una serie de
propuestas para que, aquella farola que tras la guerra civil otros alcaldes
arrinconaron en un lugar insignificante de la ciudad, volviera a su lugar, restaurada
y con un relieve nuevo, ya que el original quedó destrozado por la guerra.
Pasados tres años de insistencia constante
el Ayuntamiento capitalino aprobó por mayoría en un Pleno la restauración y el
traslado. Encargaron al escultor Fernando Kirico la creación de un nuevo
relieve con el retrato de José Maestro, y en el mes de octubre de este mismo
año se inauguró. Asistieron a este homenaje póstumo su viuda y la plana mayor
de las autoridades locales y provinciales.
El emplazamiento actual está muy cerca
del primitivo en la glorieta donde confluyen las calles Obispo Esténaga y
Postas, ante la actual Delegación de Sanidad.
La inauguración de la farola restaurada
ha supuesto un gran motivo de satisfacción para todos los socialistas, y muy especialmente
para Adrián Pérez, uno de los mejores amigos que tuvo José Maestro en Ciudad
Real.
UN
ALCALDE INOLVIDABLE
José Maestro nació en Salamanca en el
seno de una familia humilde. Su padre era sastre y murió muy joven. Su madre
quedó con cuatro hijos y embarazada. Pasaron grandes dificultades económicas
por lo que se trasladaron a Madrid en busca de trabajo. Pepe Maestro tenía 6
años cuando esto ocurrió, al principio se hizo monaguillo y el párroco le cogió
mucho cariño, le enseñó a leer y a escribir, se hizo vendedor de periódicos,
aprendiz de joyero manual... Pero sus aspiraciones eran grandes y dejó la
Joyería para trabajar en una clínica dental.
Como aprendiz de protésico trabajó en
Valladolid, mas tarde se trasladó a León y empezó a vivir solo a la edad de
diecisiete años. Pensó que donde más podría aprender sobre esa profesión era en
Estados Unidos y como necesitaba dinero para el viaje aceptó la oferta de un
dentista para trabajar en Ciudad Real. Pero una vez aquí le convencieron para
que se quedara.
Abrió una clínica con un dentista y en
ella conoció a Belén de la que se enamoró intensamente. Tras seis meses de noviazgo
le pidió que se casara con él. Pepe Maestro era impetuoso y poco amigo de
esperas. Además estaba seguro de que sería la mujer de su vida.
Belén pertenecía a una familia acomodada
de derechas, y antes de aprobar la boda pidieron informes sobre aquel forastero.
Se encontraron con que quienes le conocían le apreciaban por lo que un tío
suyo, que hacía las funciones de su padre desde que éste falleció, se ofreció
para apadrinar a la novia.
UN
MARIDO MARAVILLOSO
Doña Belén, como todo el mundo la llama,
dice que vive de los recuerdos de su esposo. "Al principio él estaba más
enamorado de mí que yo de él. Me gustaba muchísimo pero tenía mis reservas. En
poco tiempo me entendió tan bien que me captó para toda su vida y también para
toda su muerte".
Si en público era extraordinario, en
privado era maravilloso: " Tan sencillo, tan cariñoso, tan
desinteresado", cuenta la viuda, " Entonces yo tenía un capital, pero
él no pensó en ello ni en nada. Después ya casados me decía: Belén si yo
hubiera sabido el dinero que tú tienes no te hubiera pretendido".
"Trabajaba una barbaridad, desde
las nueve de la mañana hasta las diez de la noche y después se iba al Ayuntamiento.
Yo me iba con él y le esperaba en el despacho del Secretario".
"Cuando tenía que viajar siempre que había sitio le acompañaba".
Se casaron en mayo de 1925. Sólo durante
once años pudieron disfrutar aquella felicidad que truncó la guerra.
"No le gustaba que me quedara en
casa sin salir, me animaba para que visitara a mi madre y a mis hermanos, incluso
ir al cine; había veces que yo iba a ver una película y si era buena, por la
noche, volvía con él".
"Siendo alcalde le acompañé una vez
que fue a ver a Cirilo del Río, entonces ministro de Agricultura, y en la
antesala le esperé. Allí había tres o cuatro diputados provinciales de derechas
que eran de Ciudad Real, estaban esperando también para ver al ministro. Como
me quedé fuera cuando mi marido entró se acercaron y me dijeron: "Belén
cuanto daríamos porque Pepe estuviera en nuestro campo; a mí me tenían por derechista,
y les dije; " Yo no concibo a mi marido nada más que como es y si cambiara
me llevarla una desilusión".
DIPUTADO
PROVINCIAL
Son pocos los que recuerdan que mientras
fue alcalde, Pepe Maestro fue también diputado provincial. Gracias a su gestión
se consiguió un quirófano fabuloso para el Hospital Provincial. Entonces en España
sólo había otro igual en Valdecilla, Santander.
Pepe Maestro era un entusiasta del
progreso, de la modernidad con clase. Tenía una visión de futuro privilegiada.
La urbanización del Torreón, por ejemplo que se ha hecho cuarenta años después
de su muerte, ya se había proyectado mientras duró su mandato.
Los seis años de la carrera de medicina
los hizo en dos y obtuvo sobresaliente de nota media. Estudió en Salamanca. Fue
este motivo lo que le impulsó a dejar la alcaldía en 1934, y como la terminó en
el 35, volvió a la política, esta vez para ser Diputado en Cortes.
Desde el Parlamento se encargó a una
Comisión, en la que se le incluyó a él, que fuera a Valladolid a impedir el levantamiento
de aquella ciudad. Parece ser que les estaban esperando y fueron víctimas de
una emboscada.
Revista
“Mancha. Ciudad Real nº 23, III Época Dic. 86-Ene.87”.
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