Ya en el siglo XV eran famosas las ferias y mercados celebrados en Ciudad Real, especialmente por los comerciantes de los gremios del cuero y pañería, industrias muy florecientes en aquella época.
Según nos dice don Inocente Hervás, en su «Diccionario», todos los sábados se celebraban mercado franco en la ciudad siendo muy concurrido por los habitantes de las comarcas vecinas que venían a contratar sus mercancías exentas en este día de todo tributo.
Hasta el año 1911 no tuvo Ciudad Real edificio propio para el mercado; bien es verdad que por entonces en los soportales de la plaza mayor existían varios establecimientos y puestos de toda clase, en donde, desde las primeras horas de la mañana se podían adquirir todos los articu1os de primera necesidad. Los puestos de caza y pescado, de frutas y verduras, mesas de carne, despojos de reses, de pan y patatas y toda clase de legumbres, eran numerosos.
El edificio de este primer mercado fue proyectado por el entonces arquitecto municipal, don Froilán Calvo y estuvo en el solar en que hoy se levanta la Caja de Ahorros de Ronda y Gobierno Civil. Era un gran patio rodeado de mediocres tenderetes y una nave para el pescado con escasas condiciones de salubridad. En el centro del patio había una fuente redonda de hierro que utilizaban los vendedores, especialmente los del pescado, para lavar sus mercancías. De un testigo de aquel acontecimiento hemos oído contar que, el día de la inauguración, por medio de un dispositivo especial, vertió por sus grifos gran cantidad de vino que gustaron con sus correspondientes tapas de queso y berenjenas los asistentes.
Con la construcción de este mercado se resolvió en parte la necesidad de aquellos tiempos, pero, en años sucesivos, el aumento de la población y las exigencias de tiempos más modernos, obligaron a pensar en otro de mejores condiciones. Siempre fue gran preocupación de los corregidores de nuestra capital la edificación de un nuevo mercado, lo cual no pudo llevarse a efecto hasta el año 1940 que la Corporación Municipal, presidida por el entonces alcalde, don José Donado Adán, inicio con éxito las gestiones para su realización.
Se empezó por adquirir por unas noventa mil
pesetas el solar de la antigua huerta del “Pangino”, propiedad del señor
Marqués de Casa Treviño, en donde una vez aprobado el proyecto presentado por el
arquitecto municipal, señor Arias, con un presupuesto de unos tres millones de
pesetas, se procedió a su edificación. Hoy el nuevo mercado cubre perfectamente
todas las necesidades propias de su servicio y está equipado de modernas
instalaciones.
H. Gómez Moreno. Diario “Lanza”, jueves 14 de
agosto de 1975
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