Hoy 6 de noviembre, celebramos la festividad litúrgica de los Beatos Narciso de Estenaga y Echevarría, el que fuera el séptimo Obispo-Prior de nuestra Diócesis y su fiel capellán el sacerdote Julio Melgar Salgado, asesinados ambos el 22 de agosto de 1936, y cuyos restos descansan para su veneración por los fieles, debajo del altar mayor de nuestra catedral.
En la Iglesia de la Concepción Real de
Calatrava, más conocida como Iglesia de las Calatravas, se venera la memoria de
todos los santos mártires del siglo XX en Madrid. Bajo la cúpula del crucero,
hay dos retablos pequeños, labrados por Juan de Villanueva y Bardales
(1681-1776). Desde la Pascua de 2015, en el de la izquierda se venera el icono
de los santos mártires del siglo XX en Madrid, y en el de la derecha, a san
Juan Pablo II, el papa de los mártires del siglo XX.
El icono de los santos mártires del siglo XX, representa a los mártires del siglo XX de Madrid, que fueron asesinados in odium fidei (por odio a la fe) durante la Guerra Civil española. Un icono en el que se recogen 51 retratos sobre un óleo de tabla (2,27 x 1,53) de la pintora turolense-madrileña Natividad Cañada Peña, que trabajó en su confección desde julio de 2014 hasta enero de 2015.
En su parte superior aparecen 12 santos mártires, que resumen la historia universal del martirio, desde San Pedro y San Pablo, pasando por Santiago, San Juan Bautista, las santas hispanas Eulalia y Leocadia, hasta los mártires del siglo XX en todo el mundo: San Tichón (de Moscú), San Cristóbal Magallanes (de Méjico), Santa Teresa Benedicta de la Cruz (de Alemania), San Maximiliano Kolbe (de Polonia), San Marciano José (de Turón, Asturias) y el obispo prior de las Órdenes Militares, beato Narciso de Esténaga (mártir en Ciudad Real).
En la parte inferior del icono aparecen 36
santos mártires, que representan a los 402 mártires del siglo XX en Madrid. Los
santos mártires se agrupan bajo la Cruz gloriosa y en torno a la Madre de Dios,
en su advocación de la Almudena, flanqueada por el patrono de Madrid, San
Isidro, y su esposa, Santa María de la Cabeza. La silueta de la catedral de la
Almudena evoca la iglesia diocesana de Madrid.
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