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lunes, 19 de marzo de 2012

PRONUNCIADO EL MAGNO PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE CIUDAD REAL 2012



Ayer sábado día 17 de marzo, el Teatro Municipal Quijano acogió la pronunciación del Magno Pregón de la Semana Santa de Ciudad Real 2012. El acto fue mantenido por  Manuel López Francia quien dio la palabra a la persona encargada de presentar al pregonero 2012, el también pregonero de la Semana Santa de Ciudad Real del año 2010, D. Javier Ruiz Martínez, quien ensalzo entrañablemente la persona del sacerdote salesiano, D. Joaquín Torres Campos, persona designada por la Asociación de Cofradías para pregonar la Semana Santa de Ciudad Real en este año 2012.

Joaquín Torres pronuncio un pregón cargado de simbolismo y lleno de citas bíblicas, y sobre todo de bellos versos que, en una ambiente de recogimiento, estaban llenos de un importante sentido religioso que invitaba a que las cofradías realmente se conviertan en la catequesis en la calle propagando la fe en Cristo.

En este sentido, se congratuló de que la Semana Grande de Ciudad Real “se apasiona y apasiona con los cinco sentidos”, al tiempo que logra que se engalane la ciudad y “sobre todo, se ponga aún más guapa en el interior de los corazones”.


No obstante, consideró que aún queda camino por recorrer y aprovechó para hacer un llamamiento a escuchar la palabra de verdad, la Palabra de Dios, en estos tiempos en los que “tantas palabras oímos, tantas palabras escribimos, y más ahora, con los nuevos medios y redes: mensajes, mensajes y mensajes. A todas horas y en todos los lugares. Muchas palabras, quizás con poco valor, muchas de ellas esquivas y tramposas, transmisoras de mentira, escasa palabra de honor… Palabra y palabrería, qué poco trecho separa la verdad de la mentira, el amor del desamor, la vida del abismo, en que el hombre no repara”.

Por este motivo animo a los cristianos, y especialmente a los cofrades, a que escuchen al Señor y graben sus palabras en su corazón, “pero no te las guardes infecundas. Si las tienes muy dentro de tu corazón, saldrán a tu boca, y te las llevarás contigo de viaje, y estarán contigo en tu casa, acostado o levantado”.

Y es que, Joaquín Torres lanzó un mensaje de esperanza en un mundo en crisis como el actual, e indicó a los presentes que siempre tendrán el apoyo de Cristo y su Madre, recordando que “cuando besamos los pies y las manos de las imágenes de Jesús o María, somos nosotros los que recibimos el beso de Dios, que nos invita a ser, aquí y ahora, las manos y pies del Señor y de la Virgen. Manos que abracen y unan, manos que respalden y animen, manos entrelazadas para trabajar juntos y solidarizarse, manos tendidas y respetuosas, manos entrelazadas y suplicantes, que se elevan en oración por los prójimos y los lejanos”.


Por este motivo aseguró que “Tratar con respeto y veneración nuestras imágenes sagradas, para tratar con respeto y veneración el cuerpo y alma de todo ser humano, el nuestro el primero, como templos del Señor”, al tiempo que reiteró la necesidad de renovar los compromisos cristianos que cada uno ha adquirido.

Torres, que evocó algunos recuerdos de la película “La Pasión” que dirigio Mel Gibson y cuyo pregón no sólo estuvo marcado por las constantes referencias a un Hijo torturado y que da su vida por los demás, sino también a la Madre que sufre, hizo estas reflexiones mientras iba narrando la Pasión de Cristo a través de las distintas cofradías de Ciudad Real y, sobre todo, de sus imágenes titulares, a las que iba dedicando poemas, sin olvidar citar algunos de los lugares más emblemáticos en los que los ciudadrealeños pueden disfrutar y orar ante ellas.

Para Joaquín Torres “Ciudad Real en Semana Santa son miradas, son aromas, son toques, pisadas, sones, repiques, silencios, noche y amanecer, rocío, tibieza y frío, luz y sabor, oración callada, canto de humildes hermanas, tronar vibrante de turba y cornetín, crepúsculo y aurora, serpiente candeal de súplica ardiente. Semana Santa en Ciudad Real son colores y olores, tambores, flauta y oboe, frescor de palma y olivo, rosa, clavel y alhelí, gris amenazante, cielo añil y sol brillante, sudores trabajaderos, penitencia adusta y candor infantil”.


Mientras que hablaba de la belleza de la Semana de Pasión ciudadrealeña resaltó la hermosura y elegancia de pasos, palios y tronos, la elegancia del discurrir de nazarenos penitentes, el cimbreo prodigioso del costalero, el arte de todo un pueblo puesto en la calle, nos lleva a percibir la hermosura y belleza de la fe, catequesis viva de una fe secular.

Asimismo, no quiso olvidar a muchos de los artífices de que esta belleza se pueda contemplar en la calle, responsabilidad no sólo de sus escultores, sino al arte, muchas veces anónimo de tantos otros, entre los que citó a “floristas, bordadoras, costureras, doradores, vestidores, orfebres, carpinteros, encajeras, pulidores, bruñidores, tallistas, diseñadores, cereros, sastres, zapateros, pintores, músicos, compositores, vaciadores…”.

Joaquín Torres, gran divulgador de la devoción a María Auxiliadora, no quiso concluir su emotivo pregón sin tener en recuerdo específico “y un tributo filial” a todas las madres, como él mismo señalo, desde María, Madre por excelencia.

“A la madre del nazareno y del penitente; a esa madre que lleva en brazos a su niño pequeño, y al paso del misterio, le espeta: ¡es el Señor!, y cuando llega el palio, le dice; ¡Es la Virgen, la Madre del Señor!, y se santiguan los dos –catequesis viva y sencilla. Madre del capataz y del costalero. Madres que alumbran, musitando tantas cosas por los hijos… Madres que llevan a sus hijos el agua o el bocadillo para continuar bien la estación. Madres nazarenas de cofrades y hermanos. Madres que van guardando cada detalle en su corazón, al igual que María, viendo crecer a sus hijos.

Madre, abuelas, que en brazos llevan a sus hijos infantes y derraman esa lágrima furtiva cuando le imponen la medalla en la jura de hermanos o al profesar la fe y besar las benditas reglas. Madres de los catequistas y madres catequistas. Madre del que se va de casa, Madre del emigrante y madre emigrante, que marchó a tierra extraña para que su hijo y su gente tuvieran futuro. Madres en soledad, angustia o desampara, que siguen, como María, fuertes, de pie ante la cruz. Madres que infunden esperanza, calor, sosiego, hogar.

Madres de sacerdotes, ¡también!, quienes no os daremos descendencia natural, mas quiera Dios os demos cielo. Madres siempre bellas y hermosas, transparencia del amor puro de Dios”.


Finalmente, el acto que cada año organiza la Asociación de Cofradías de Ciudad Real, concluyo, como es tradicional, con la entrega de le escultura del penitente realizado por Kirico que sólo poseen quienes han sido los pregoneros de la Semana Santa ciudadrealeña.

Entre los asistentes al acto, además de la Alcaldesa Rosa Romero Sánchez, se encontraban el Presidente de la Asociación de Cofradías, Emilio Martín Aguirre, así como integrantes de la Comisión Permanente y representantes de toas las hermandades, y el Vicario General, Miguel Esparza Fernández, concejales del Equipo de Gobierno, el senador, Miguel Ángel Rodríguez, la Diputada, Carmen Quintanilla Barba, y un Comandante representante de la Base de Helicópteros de Almagro, entre otras autoridades civiles y numerosos cofrades que no quisieron perderse el pregón oficial que anuncia la cercanía de la Semana Santa de Ciudad Real.

El broche de oro a este emotivo acto, que como siempre gozó del favor de un público entregado, lo puso la Banda de Música de la Agrupación Musical de Ciudad Real, que interpreto cinco marchas procesionales, cerrando el acto con la Marcha Real.








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