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lunes, 20 de octubre de 2014

LA IGLESIA DEL MONASTERIO DE LAS MADRES CARMELITAS DE CIUDAD REAL Y EL RECINTO CONVENTUAL


Puerta de entrada principal a la iglesia del monasterio

A la primitiva capilla del monasterio de las Madres Carmelitas Descalzas de Ciudad Real, sucedió años después (17 de junio de 1664) la iglesia actual en honor a Santa Teresa. Su construcción se debió a un bienhechor, “rico hacendado” del lugar, don Juan Bautista de Benavente, en agradecimiento a un gran favor que éste recibió de Santa Teresa, según una narración recogida de un manuscrito de la época conservado en este convento de monjas carmelitas de Ciudad Real: “ en un grave testimonio que le levantaron contra la Majestad de Felipe IV el cual llamándole para averiguar el caso vio que al bajar (del coche) venía acompañándole una monja carmelita y preguntándole quien era la que le acompañaba dijo que iba solo, mas que se había encomendado a la santa madre Teresa y le aseguró saldría con el lucimiento que merece su lealtad y buenos servicios”.

Puerta de entrada a la iglesia desde la Plazuela del Carmen

El autor desconocido del mencionado documento narra con detalle el traslado del Santísimo Sacramento a la nueva iglesia: “Hizose la traslación como queda dicho el año 1664 a 17 de junio, Pascua del Espíritu Santo con la mayor solemnidad que se ha visto en este tiene trajose el Santísimo Sacramento de la Parroquia de Nuestra Señora del Prado con la asistencia de los Prelados Eclesiásticos, caballeros y pueblo en haciendo entre todos un lucidísimo acompañamiento y dando realce a la fiesta todos”.

Altar mayor

Los muros de la  iglesia conventual son de mampostería de piedra en los arranques, siendo el resto de tapial. La composición de la portada principal muestra un diseño vertical con tres cuerpos verticales. En el primero aparece la puerta en piedra formada por un arco de medio punto con pilastras adosadas y coronada por una hornacina con la Virgen del Carmen, y ambos lados de esta roeles de piedra. En el segundo cuerpo se muestra una ventana por donde la luz penetra e ilumina la nave. Y el tercer cuerpo adopta la forma de frontón triangular cerrando la fachada con un óculo en su centro.  La puerta que da a la plaza es del siglo XIX, teniendo una sobria decoración, destacando la cruz que remata el centro del dintel.

Cúpula central de la iglesia  

El interior es de una sola nave, en forma de cruz latina. Los brazos del crucero y la cabecera del edificio se cubren con una bóveda de medio cañon con lunetos, mientras que la parte central de este espacio se cierra con una cupúla semiesférica sostenida mediante pechinas que descansa directamente sobre un anillo moldurado. Alrededor De la cúpula aparecen las pinturas de los santos carmelitas: Santa Teresa, San Alberto, Santa Eufrasia y San Angelo. El cuerpo, por su parte, se remata mediante una bóveda de medio cañon con lunetos dividida en varios tramos mediante arcos fajones. A los pies de la nave hay un coro alto, generando debajo un espacio libre para el fiel (o sotocoro).

Retablos del siglo XX dorados en pan de oro con diferentes santos de la orden carmelita, San José y el Niño de Praga

La iglesia poseía varios retablos que fueron destruidos en el año 1936. El retablo del altar mayor era de estilo barroco, en madera, dorado y policromado. En sustitución del retablo, el altar mayor fue cubierto de mármol y en una hornacina aparece la imagen de la Virgen del Carmen, obra del taller valenciano de arte religioso de José Rabasa Pérez y Antonio Royo Miralles del año 1944. A ambos lados del altar hay dos retablos dorados en pan de oro con diferentes santos de la orden carmelita, San José y el Niño de Praga. A los pies de la nave hay dos cuadros del siglo XVIII, San Juan de la Cruz y  el Apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo.

Coro alto de la iglesia conventual

En el siglo XIX, tal y como nos relata D. Domingo Clemente en su guía publicada en 1869, en la iglesia conventual se celebraba con gran “pompa y solemnidad, y habiendo manifiesto y procesión, las novenas de la Virgen y de Santa Teresa de Jesús. Y de igual modo se tienen funciones de la octava del Corpus, y las que se hacen a S. José, en su patrocinio, a S. Antonio Abad, S. Juan de la Cruz, S. Elías y a la Virgen, en el día de sus desposorios.

Lienzos del siglo XVIII, San Juan de la Cruz y  el Apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo

Todos los segundos de mes se celebra una solemne función a la Virgen del Carmen, con manifiesto, y procesión hecha por los cofrades alrededor de la plazuela.

Consérvanse en este convento reliquias de Santa Teresa, S. Juan de la Cruz, S. Tomás de Villanueva y S. Antonio Abad”.

Puerta de entrada al monasterio

 El recinto conventual es de buena fabrica y de grandes dimensiones, consta de planta alta y baja. En la baja al estilo de la época de su construcción, patio central con arcadas de medio punto y rodeado de cuatro claustros donde se abren casi todas las dependencias de los diversos trabajos y tareas que realizan las monjas. En la alta tres corredores descubiertos, y un hermoso claustro con todas las “celdas” seguidas que dan a la huerta, donde a principios del siglo XX, el Padre Lino de San José, carmelita descalzo, construyó una ermita dedicada a San José.

Zaguán de entrada al monasterio y una de las galerías del mismo


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