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domingo, 9 de diciembre de 2018

CALLE DE LOS REYES


Vista de la calle Reyes en los años sesenta del pasado siglo

La calle de los Reyes es una de las viejas calles ciudadrealeñas, perteneciente al antiguo barrio de la Virgen, que tiene su entrada por la calle Postas y salida por la Ronda de Alarcos, siendo atravesada por las calles Borja, Prado, Azucena, Zarza y Real. Aunque actualmente la calle de los Reyes,  tiene salida directa a la Ronda de Alarcos, no siempre fue así, ya que esta calle terminaba en el campo de instrucción de la academia militar que existió en Ciudad Real, que se encontraba vallada, por lo que para acceder a la Ronda, había que hacerlo por el Portillo de Barragán.  No fue hasta los años cuarenta del pasado siglo, cuando la calle de los Reyes tuvo salida directa a la Ronda de Alarcos.

Hay muchas teorías porque esta calle recibió desde sus orígenes el nombre de los Reyes, aunque algunos historiadores locales comentan que el nombre se debe a que en esta calle, en una casa que existió esquina con la calle de la Zarza, moraron los reyes Fernando III el Santo, su esposa doña Juana y su madre doña Berenguela, durante siete semanas en ella, en la entonces Aldea de Pozuelo de Don Gil en el año 1244.

Vista del inicio de la calle Reyes, donde podemos ver el antiguo edificio que fue Chancillería, posteriormente Casa-Palacio del Marqués de Treviño y Escuela de Comercio

En el primer tramo de la calle, es decir el comprendido entre la calle postas y Prado, donde actualmente se levanta un bloque de pisos, se estableció en 1494 la Real Audiencia y Chancillería, creada por los Reyes Católicos, con competencia para administrar justicia al sur del río Tajo. Chancillería que permaneció en nuestra ciudad hasta el 8 de febrero de 1505, que fue trasladada a Granada. Este edificio fue propiedad posteriormente del Marqués de Casa Treviño, y en 1934 se estableció en él la Escuela de Comercio. Por desgracia la piqueta acabó con el edificio en 1973.

Enfrente de este edificio, donde se encuentra el Mercado de Abastos, construido en los años cuarenta del pasado siglo, con anterioridad huerto del Marqués de la Casa Treviño, establecieron los religiosos hospitalarios de San Juan de Dios su primera residencia, cuando llegaron a nuestra ciudad en 1644. Lugar que abandonaron posteriormente, para construir su convento-hospital en la calle Ruiz Morote. Según las crónicas abandonaron este lugar que en el siglo XVII era conocido como  “la huerta del Pangino”, porque “no hicieron reparo de que era este sitio lo peor de la ciudad, por la humedad de las vertientes, que se estancan, y no tienen curso, ni salida, pero conociendo la destemplanza grande de este sitio, y que era más para que enfermasen más los enfermos, que para que se sanasen”.

En la calle de los Reyes establecieron su residencia viejos linajes ciudadrealeños, y en ella se encuentra la casa natal de Hernán Pérez del Pulgar 

En el tramo que se encuentra enfrente de los jardines del Prado, vivieron hijosdalgos de la nobleza manchega, conservándose actualmente la casa natal de Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio (Ciudad Real, 27 de julio de 1451-Granada, 11 de agosto de 1531), que fue un capitán del ejército castellano natural de Ciudad Real (Reino de Castilla) que sobresalió durante la Guerra de Granada, ganándose el favor de la reina Isabel la Católica y cobrando gran fama en todo el reino. En vida fue conocido por el apodo Alcaide de las Hazañas o simplemente El de las Hazañas, y su lema, forjado sobre la superficie de su escudo, rezaba Quebrar y no Doblar.

Enfrente de la casa de Hernán Pérez del Pulgar, se encuentra la Puerta de los Reyes de la Catedral, que solo se abre para las grandes solemnidades catedralicias y que es un resto de la primitiva iglesia de Santa María del Prado, y es según el historiador Rafael Ramírez de Arellano, “de las postrimerías del siglo XIII ó cuando más de principios del siglo XIV”.

En el tramo de calle comprendido entre la calle Azucena y la Ronda de Alarcos, se estableció en 1914 esquina con Azucena, la Escuela Normal de Maestros. También hubo en esta calle una panadería y una bodega.  El resto de edificaciones que existieron en esta calle eran de tipología típica manchega, conservándose aún edificaciones de dos alturas en un tramo de ella.

La calle de los Reyes no tuvo salida hasta la Ronda de Alarcos, hasta los años cuarenta del pasado siglo. La calle terminaba en el campo de instrucción de la academia militar, que era también lugar de recreo de la Academia General de Enseñanza

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