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viernes, 3 de septiembre de 2021

PÁGINAS DE UN CALLEJERO FLORAL: CALLE DEL JACINTO

 

Vista de la calle Jacinto en los años cincuenta del pasado siglo


Jacinto. La ciencia ha perpetuado el nombre del joven muerto por Apolo en una planta bulbosa, de hojas lineales y bella inflorescencia de florecillas con seis hojuelas, casi soldadas, de color blanco, azul, rosa, morado… según las variedades, pero siempre de penetrante y agradable olor.                                             

Y una calle de Ciudad Real lleva, desde época lejana y desconocida, el nombre del joven Jacinto. Se inicia, casi frontera de la de la Rosa, entre las casas números 40 y 42 antiguos de la de Toledo. Se diluye, al final, allá por el Perchel, en la descuidada plazuela dedicada al almodovense don Agustín Salido, gobernador civil de la provincia, bajo cuyo mandato, por el año 1868 y según los planes de Maldonado y Treviño, los “Terreros” fueron rellenados con los escombros de la demolición de la parte de la muralla que corría a lo largo de la ronda de Calatrava y con la tierra del cerro del Calvario, transportada por la histórica máquina Miguel de Cervantes del ferrocarril Madrid-Ciudad Real. Al quedar cegados definitivamente los “Terreos”, el día 21 de julio del citado año, con el último tren de tierra arrojado a la laguna Longuera, terminó el azote palúdico secular y depauperador de la ciudad, y se fundó, después, sobre los terrenos saneados, la Granja Agrícola de la Puerta de Calatrava.

A la calle del Jacinto se abren las ventanicas de las celdas del convento de Dominicas de Alta Gracia, fundado en 1435, en las casas de los ciudarrealengos don Alfonso Pérez de Ledesma, abogado de los Reales Consejos, y doña Mencía Alonso de Villaquirán, según disposiciones testamentarias. De las primitivas casas de los donantes aún se conserva, en la clausura, un hermoso arco de herradura.

La Sociedad Obrera tenía su edificio en una de las esquinas que esta calle forma con la Tintoreros, frente a la actual Casa de Socorro que ocupa parte de los antiguos graneros de don Luis Muñoz, fundador, creo, de la plazuela que ostentaba su nombre entre Tintoreros y Toledo.

 

Julián Alonso Rodríguez. Diario “lanza”, lunes 25 de febrero de 1956

 

La calle Jacinto en su confluencia con la calle Altagracia, cuando aún permanecía en pie el Monasterio de las Dominicas


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