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domingo, 19 de enero de 2025

CRISTÓBAL DE MENA

 

Vista del desaparecido chapitel de la Parroquia de Santiago

 


Por los años 1526 ó 1527 se ve por primera vez en las recién descubiertas Indias, a un tal Cristóbal de Mena, natural de Ciudad Real, de edad cercana a los treinta años y que sabía leer y escribir perfectamente. Pero su experiencia en los avatares que supuso la conquista debe remontarse más atrás, ya que por entonces era capitán, encomendero y regidor de la ciudad de Granada en Nicaragua.

Pronto se fue él mismo a Panamá a unirse a la expedición para la conquista del Perú, como uno de los capitanes principales, probablemente la figura más importante después de Francisco y Hernando Pizarro. Tras resolver algunos problemas, de los muchos que este valeroso e inteligente capitán ciudarrealeño tuvo que afrontar, pronto se reunió con Pizarro.

Cuando tocaron tierra en la costa norte, siguió encargándose a Mena misiones de honor y responsabilidad, siendo algunas veces segundo en el mando, en lugar de Hernando Pizarro. Pero su importancia disminuía conforme avanzaba el tiempo, y nunca por falta de valor o mancha en sus relevantes virtudes, sino por envidias, falsedades, más las pretensiones de los hermanos de Francisco Pizarro, quienes veían que el capitán Cristóbal de Mena les hacía sombra que ellos no deseaban. También empeoraba la situación del capitán manchego el ser natural de Ciudad Real, región de origen del gran rival de los Pizarro, Diego de Almagro, quien mantenía una excelente amistad con Mena. Todo esto hizo sospechoso al capitán Mena entre los Pizarro. Cuando llegaron a Cajamarca -entonces el ciudarrealeño contaba treinta años- su situación era insostenible. Todas las misiones importantes eran para los hermanos de Pizarro para otros, y la parte económica que le dio Pizarro no sólo fue la más pequeña entre los capitanes, sino que fue inferior a la de un hombre a caballo común. Ello equivalía a una invitación a irse, que Mena aceptó, solicitando y obteniendo permiso para regresar a España con el primer contingente en 1533.

En el equipaje de Mena iba una crónica de la conquista del Perú, la cual publicó en forma anónima en Sevilla en 1534. Todas las apariencias indican que efectivamente fue escrita por el capitán de Ciudad Real. Es una relación objetiva y un tanto engrandecedora de la figura de Pizarro, a pesar del trato que éste le dio. Esta crónica descubre a un hombre entendido en cosas de la estrategia y táctica de expediciones, expresándose con mayor originalidad y autonomía que otros cronistas oficiales, en ocasiones se trasluce una leve amargura.

Después de diversos avatares contra la persona de Mena, hacia el año 1536, Mena desaparece para residir finalmente en Ciudad Real, su lugar de origen y que tan alto dejó siempre por sus virtudes guerreras, personales y calidad humana de. un hombre que formó parte importante en la conquista del Perú.

Francisco Mena Cantero. Diario Lanza, viernes 5 de julio de 2002


Vista de la Parroquia de Santiago en los años cuarenta del pasado siglo

 


Mena, Cristóbal de. Ciudad Real, 1502 – ?, s. XVI. Conquistador y cronista.

Nació en el seno de una familia de hidalgos. No se sabe la fecha exacta de su llegada a las Indias, pero en 1526 ya era capitán, encomendero y miembro del Cabildo de Granada en Nicaragua. Enterado de la expedición a Perú por su amigo Diego de Almagro se traslada a Panamá e invierte en ella aportando hombres y caballos. Estuvo con el grupo de expedicionarios que comandó Hernando Pizarro y junto a él participó en varias de las primeras exploraciones por territorio inca. Estuvo en Cajamarca y fue uno de los primeros españoles junto a Hernando de Soto y Hernando Pizarro en entrevistarse con el Inca Atahualpa.

Se benefició del reparto del botín y cansado de las tensiones entre su amigo Almagro y su jefe Hernando, en 1533 decidió regresar a España.

Un año después publicó anónimamente en Sevilla la crónica La Conquista de Perú, llamada la Nueva Castilla, impresa por el sagaz editor Bartolomé Pérez, el mismo que editó la obra de Jerez. Además de su valor literario y documental, por estar escrito por uno de sus protagonistas directos, es la primera narración, junto a la de Jerez, de los acontecimientos acaecidos en Perú. Las versiones de la conquista de Mena y Jerez son las primeras que tienen los españoles del fabuloso acontecimiento peruano, es a través de sus ojos con los que los españoles conocen lo allí visto y sucedido.

Su versión castellana y las inmediatas traducciones al italiano y al francés sirvieron para popularizar el descubrimiento del imperio Inca por toda Europa. Es probable que Mena se retirase a su ciudad natal hasta su muerte a disfrutar de cierta popularidad y vivir de lo obtenido en Cajamarca.

Obras de ~: “Conquista de Perú, llamada la Nueva Castilla”, en H. Urteaga, Los Cronistas del Perú, Paris, Biblioteca de Cultura Peruana-Desclée de Brouwer, 1938.

Bibl.: J. M. ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.

José María González Ochoa

Fuente: https://dbe.rah.es/biografias/95465/cristobal-de-mena


Otra vista de la Parroquia de Santiago de dependencias desaparecidas junto a la puerta de la sacristía


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