Ciudad Real tuvo a lo largo de la Edad Moderna, periodo comprendido entre los siglos XV y XVII, diferentes ermitas adscritas alguna de las tres parroquias históricas de nuestra ciudad, es decir Santa María, San Pedro y Santiago. Estas ermitas estaban dedicadas a diferentes santos, que el Concejo de Ciudad Real les tenía acordado un Voto particular y que celebraba llegado el día de su festividad.
Dentro de la jurisdicción de la Parroquia de Santiago, se encontraban las ermitas de San Lino, Santa Brígida y Santa Catalina, tal y como lo afirma el sacerdote Joseph Diaz Jurado en su obra “Singular Idea del Sabio Rey Don Alonso, dibujada en la fundación de Ciudad Real”, que fue párroco de San Pedro de nuestra ciudad entre 1663 y 1707. En la citada obra dice cuando habla de la Parroquia de Santiago y sus cofradías: “Están en su término y jurisdicción las ermitas de San Juan, Santa Catarina, Santa Brígida y San Lino, votos que eran de esta ciudad y ya derogados por bula de su Santidad”.
La devoción a San Lino Papa, tuvo que ser una de las grandes devociones de nuestros antepasados, ya que su imagen se encuentra pintada en una ejecutoria de 1562, que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, y que recogía pintadas las grandes devociones de los ciudarrealeños en aquellos tiempos. Unos años después, en 1595, en un inventario del Archivo Municipal actualmente desaparecido, transcrito por D. Emilio Bernabeu y Novalbos y publicado por el Instituto de Estudios Manchegos en 1952, se considera a “San Lino, Pappa patrono y defensor “desta Muy noble e muy leal Ciudad de Ciudad Real”.
El Papa San Lino gobernó la iglesia
desde alrededor de 64 o 67 hasta 76 o 79 d.C. después del Príncipe de los
Apóstoles, San Pedro. Se cree que falleció martirizado y fue enterrado en Roma,
cerca de la tumba de Pedro, al igual que varios de los siguientes papas. Su
festividad se celebra el 23 de septiembre.
No sabemos dónde se encontraba la ermita de San Lino, pero llegada la festividad de este santo su celebración no sería diferente a otras, es decir, se juntarían los tres cabildos de las parroquias existentes en nuestra ciudad, posiblemente en la Parroquia de Santiago, a cuya comitiva se uniría el Concejo de Ciudad Real, para trasladarse a la ermita del santo donde se realizaría la función votiva. Acabada esta la imagen del santo sería sacada en procesión. La celebración de este Voto traería a la ciudad un día de fiesta, con la inversión por parte del Concejo de dinero público para su festejarlo.
En el Archivo Histórico Municipal se conserva un documento de 1625, donde Felipe IV pedía información al Concejo de los diferentes votos que tenia en aquella fecha la ciudad, entre los que se encontraba el de San Lino. En este archivo también se conserva otro documento de 1675, donde se realiza un libramiento de 122 reales por los gastos de los votos de San Lino y San Miguel.
No sabemos la fecha exacta de cuando se suprimió el Voto a San Lino, pero tuvo que ser en los últimos años del siglo XVII, porque Joseph Diaz Jurado nos dice en su obra ya citada, que había sido derogado por bula de su santidad. Cuando este sacerdote escribe su escrito a finales del citado siglo XVII y principios del XVIII, la imagen de San Lino recibía culto en la Parroquia de Santiago, y su ermita se encontraba “desiertas padecen notable decadencia”.
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