Se cumple en el presente año
2012, el décimo aniversario de la publicación del “Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia ”, un documento
imprescindible para todos los cofrades que formamos parte de las Juntas de
Gobierno de cualquier Cofradía o Hermandad.
Este texto, promulgado por el
recordado Juan Pablo II, es un texto de referencia que trata de orientar y, en algunos casos, prevenir de
abusos y desviaciones las diversas devociones que han ido surgiendo a lo largo
de los siglos en el seno de la
Iglesia. En este sentido, ofrece una serie de orientaciones
para los ejercicios de piedad centradas en la historia, la teología y la
liturgia, al tiempo que brinda sugerencias prácticas sobre el tiempo, el lugar,
el lenguaje y otros elementos para armonizar las acciones litúrgicas y los
ejercicios de piedad.
Procesiones, ritos de la Semana Santa , el
valor de las imágenes, etc. A estas y otras apasionantes cuestiones responde este
Directorio sobre piedad popular y liturgia, publicado por la Santa Sede. Para
aclarar muchas de las dudas que los católicos podían tener sobre prácticas más
o menos originales de la religiosidad popular han quedado despejadas por esta
publicación.
Este documento, redactado por la Congregación vaticana
para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, busca, según explicó
su Prefecto, el cardenal Jorge Antonio Medina Estévez, que estas
manifestaciones, en línea con el espíritu del Concilio Vaticano II, "sean
conformes a las leyes y a las normas de la Iglesia ", para evitar así el peligro de la
superstición.
El Directorio, con estilo claro y
práctico, constata que, a través de los siglos, ha surgido una especie de
"paralelismo celebrativo en los ritos de la Semana Santa ":
por un lado se da una celebración "rigurosamente litúrgica"; por
otro, las prácticas piadosas, en particular las procesiones. El texto propone
superar divisiones para lograr "una correcta armonización de las
celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad". En definitiva se
trata de que las procesiones han de ir acompañadas por un previo ejercicio de
las prácticas piadosas propias de la Semana Santa : los sacramentos, los santos oficios
y los actos de piedad personales.
El Papa Juan Pablo II siempre estuvo preocupado por la
religiosidad popular y fruto de esa preocupación fue este Directorio
No podía faltar en un documento
así una referencia a las procesiones, "manifestaciones de fe del pueblo
con connotaciones que, con frecuencia, son capaces de despertar el sentimiento
religioso de los fieles". El Directorio las apoya, sobre todo cuando
tienen un sentido litúrgico; ahora bien, advierte ante ciertos peligros que
pueden presentar: "El prevalecer de las devociones sobre los sacramentos,
que son relegados a un segundo puesto; las manifestaciones externas sobre las
disposiciones internas; considerar la procesión como el momento culminante de
la fiesta"; la presentación del cristianismo a "fieles no
suficientemente instruidos como una religión de los santos"; la
degeneración de la procesión misma, según la cual, de testimonio de fe se
convierte en mero espectáculo o desfile puramente folklórico".
Consta de 2 partes, "la
primera, denominada Líneas emergentes, establece los elementos para
realizar una armónica composición entre culto litúrgico y piedad popular...la
segunda parte, llamada Orientaciones, presenta un conjunto de propuestas
operativas, sin todavía pretender abarcar todos los usos y las prácticas de
piedad existentes en los distintos lugares." Esta es la estructura del
Directorio:
Mensaje de Juan Pablo II
Decreto
Introducción (1-21)
PARTE PRIMERA: Líneas emergentes de la historia, del
magisterio, de la teología (22-92)
I. Liturgia y piedad popular a la luz de la historia (22-59)
II. Liturgia y piedad popular en el Magisterio de la Iglesia (60-75)
III. Principios teológicos para la valoración y renovación de la piedad popular
(76-92)
PARTE SEGUNDA: Orientaciones para armonizar la piedad
popular y la liturgia (93-287)
Premisa (93)
IV. Año litúrgico y piedad popular (94-182)
V. La veneración a la
Santa Madre del Señor (183-207)
VI. La veneración a los santos y beatos (208-247)
VII. Los sufragios por los difuntos (248-260)
VIII. Santuarios y peregrinaciones (261-287)
Conclusión (288)
El Papa Juan Pablo II ante la Virgen del Rocío una
devoción universal
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