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miércoles, 7 de agosto de 2019

CIUDAD REAL DE ANTAÑO Y HOGAÑO (III)


 
Una de las calles desaparecidas del barrio cristiano del Alcázar

EL BARRIO CRISTIANO

Estoy en el aula número 15 del Instituto, y hace años denominada de Geografía e Historia, pues en ella se explicaba esta asignatura.

Me parece oír el eco de la voz de don Emilio Bernabeu, catedrático que fue de nuestro Instituto, y hasta parece que se materializa su pequeño cuerpo elegante y señorial paseándose por la clase para repetir una vez más las bellas historias de Ciudad Real que nos contaba en nuestros tiempos de estudiantes.

Según don Emilio, en el siglo XV los barrios cristianos eran dos. Uno denominado el barrio del Alcázar, por estar situado en las calles colindantes al antiguo palacio de los Reyes, el otro llamado barrio de la Virgen, por estar adscrito a la parroquia de Santa María.

Estos barrios cristianos, estaban habitados por gente de mucho linaje como los Treviños, Aguileras, Velascos, Pulgares, Pobletes, Gomez-Tello, Mexías, de la Cerda, Salvatierras, etc, etc., sus casas eran señoriales, con portales de ladrillos lisos y sus letreros religiosos y blasones de nobleza en la fachada principal, en apariencia eran casas ricas, pero pobres en el fondo, a pesar de estar habitadas por alcaldes de la vieja Real Hermandad, Comendadores de San Antón, Corregidores, Caballeros de Santiago, Hijosdalgos, guardias realengos, y hasta en el pueblo bajo, “gente cristiana sin mezcla de moros, judíos o conversos”.

En aquellas circunstancias tan turbulentas en que se encontraban, moros, judíos y cristianos, todo era desconfianzas y recelos, e inclusive hasta los niños al educarse recibían lecciones de odio hacia los enemigos de su raza y religión. Por esta causa tenían continuas luchas entre unos y otros; los padres poniendo a juego medios astutos y malos y los hijos separándose en bandos y apedreándose en las calles al salir de las escuelas.

Es posible que esas pedreas habidas hasta hace pocos años entre los chicos de los barrios de San Pedro, Santiago y Santa María, fueran originarias de aquellas divisiones antiguas.

También es posible que los rencores existentes hasta hace poco tiempo entre los de Miguelturra y Almagro a los de Ciudad Real, tuvieran su origen en el odio que existió siempre entre los de la Orden de Calatrava, a los habitantes de la villa de Alfonso el Sabio.

La calle de los Reyes en el cristiano barrio de la Virgen

Según don Emilio, las causas que motivaron las batallas habidas entre realengos y calatravos fue por lo siguiente: Siendo Maestre de la Orden de Calatrava el Comendador don Rodrigo Téllez de Girón, en 1468 recibieron una carta anónima en Ciudad Real fechada en Almagro, en la cual insultaban con toda desconsideración a los capitanes de las tropas reales diciéndoles “chungos y culipardos”.

La carta estaba dirigida a don Rodrigo del Pulgar, y como es de suponer no les gustó los términos en que estaba escrita la mencionada carta, todos comprendieron que era obra de los calatravos.

Hernando del Pulgar que entonces contaba 17 años de edad, se enteró de este suceso, y sin  que se enterase nadie, cogió una lanza y una rodela de su padre, y pidiendo ayuda a su patrona la Virgen del Prado, marchó a la Huerta del Montecillo, próxima a Almagro, pues este era el lugar en el que se citaba “a cualquier realengo culipardo de los que servían en activo al Rey”, encontró allí a ocho hombres, arremetió contra ellos, mató a uno hirió a cuatro, y a los otros tres los puso en vergonzosa fuga.

Según Almenara y Hurtado, cuando se conoció esta hazaña del joven Hernando, fue muy celebrada, y desde entonces se le conoce con el sobrenombre del “atrevido”.

Después cada día las luchas eran mayores entre ambos bandos, y con motivo de las rivalidades que se encendieron en el reino, al morir don Enrique IV el impotente, los calatravos acometieron contra los de Ciudad Real, fue una acometida desesparada y de graves consecuencias para todos, pues a este odio que se tenían unos y otros, los de Almagro añadieron la enseña de doña Juana la Beltraneja, y los de Ciudad Real sostenían la de doña Isabel I.

Dijo muy bien el Bachiller Andrés Bernáldez, cura que fue de la villa de Los Palacios e historiador de mucho crédito, “e los primeros que se mostraron e manifestaron por la dicha doncella doña Juana, fueron el Marqués de Villena, don Diego Pacheco, que la tuvo en su poder y sus primos el Maestre de Calatrava don Rodrigo Girón, e su hermano don Alonso Téllez de Girón, Conde de Ureña, hijos del Maestre de Calatrava don Pedro Girón”.

Según el mismo historiador entre los caballeros que siguieron en aquella guerra el bando de los Reyes Católicos “la gente del Marqués de Astorga, que tenía en administración a don Luis Osorio, capitán que fue después y guarda de la ciudad de Alhama y después Obispo de Jaén, que era tutor del Marqués de Astorga que era niño”.

D. Rodrigo del Pulgar, enlazado con doña Constanza Osorio, guerreó con su familia, contra el Maestre, siendo herido por las huestes de Girón, muriendo pocos días después en el año 1475, al tratar de defender Ciudad Real.

Maruja Zorita, Domingo 13 de agosto de 1967, número extraordinario de Feria y Fiestas de Ciudad Real

La casa natal de Hernán Pérez del Pulgar

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