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viernes, 16 de agosto de 2019

CARAVANA BLANCA 2019



Los enfermos y ancianos, así como quienes les cuidan, fueron los protagonistas del primer acto, como preludio, de las Fiestas en honor a la Virgen del Prado con su participación en la quincuagésima sexta edición de la Caravana Blanca que trasladó a en torno a un centenar de personas mayores desde las residencias asistida Gregorio Marañón y Santa Teresa Jornet, además de la Ciudad de Matrimonios.


En dos autobuses de Aisa, cinco ambulancias de Amaur & Amberne con diez técnicos de emergencias sanitarias, y una ambulancia de Protección Civil, que también aportó dos soportes de intervención y once voluntarios, se desplazaron los usuarios de las residencias de mayores en la Caravana Blanca organizada por la Hospitalidad de Lourdes y coordinada por Manuel López Francia, que mantienen viva esta iniciativa impulsada hace 56 años por el capellán del Hospital Provincial, José Ballesteros.



El mundo del dolor acude a la Patrona

La Caravana Blanca llena de bullicio El Prado antes de recibir el mensaje de aliento y de fe del obispo de Ciudad Real para los enfermos, sus familiares y las personas que les atienden



El obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, recibió ayer a los participantes en la Caravana Blanca, el acto dedicado a los enfermos que en 1964 promovió el entonces capellán de los hospitales del Carmen y de Alarcos, el sacerdote José Ballesteros.



En su intervención ante los fieles, el titular de la diócesis de Ciudad Real,  recordó que ésta es «una celebración entrañable y tradicional», en la que la Virgen, en cualquiera de sus advocaciones, «presenta a su hijo el dolor de los enfermos».



Melgar consideró necesaria la fe para sobrellevar las dolencias «con esperanza y alegría», y recordó los muchos casos en los que son los propios enfermos los que a través de su actitud, reconfortan a las personas que les ayudan o a quienes intentan animarles.


Al mismo tiempo, recordó cómo a través de la alegría y gratitud  que muestran los enfermos por la ayuda que reciben se ayuda también a recuperar la fe en Dios.


Sólo unos minutos antes de que comenzase la misa, el espacio ante la puerta de la Catedral de Santa María del Prado se convirtió durante unos minutos en un pequeño caos mientras las ambulancias que llegaban trataban de situarse y las que ya se habían detenido abrían sus puertas y hacían descender a sus primeros pasajeros en camilla. Pero un caos cuajado de sonrisas, de saludos, de reencuentros de devoción por la patrona de Ciudad Real y salpicado por los claveles blancos las postales con la imagen de la Virgen del Prado que repartían los integrantes de las Hospitalidad de Lourdes. Ismael Rodríguez, uno de los voluntarios que entregaba en mano las flores, señala a los medios de comunicación que éstas «son el símbolo de su dolor, de modo que cada uno que ofrece su dolor, una enfermedad, su problema, y nosotros les regalamos esta flor para que se lo ofrezcan directamente a la Virgen», comenta.



En pocos minutos, la comitiva que encabezaban los coches cedidos por el Club de Vehículos Históricos, donde viajaban la dulcinea, Fátima de la Flor, sus damas y el pandorgo; Julio Santiago Sánchez; logró ordenarse y trasladar a sus viajeros al interior de la basílica. Por detrás, un autobús y un microbús de la empresa Aisa, furgonetas y otros coches reunidos por la residencia de Santa Teresa de Jesús Jornet, así como las ambulancias formaron un largo cortejo que recorrió las calles de forma ruidosa.


El primero de los vehículos de la residencia de la calle Calatrava, una furgoneta, mostraba la imagen de la Virgen del Prado situada habitualmente en su capilla y que durante esta Caravana Blanca quedó junto a la puerta del templo.


Otros enfermos y ancianos llegaron en compañía de sus familiares, simplemente caminando por el Prado para llegar a la catedral.


Fátima de la Flor incidió en que  la jornada de ayer «es el día más emocionante, por toda la gente que viene a acompañar y ayudar a los ancianos y los enfermos», mientras que Julio Santiago Sánchez, insistía en que «compartir este día con los enfermos y con quienes les acompañan es muy bonito».


Por su parte, la coordinadora del operativo de Ambulancias Amaur, Encarni González, explica que esta fecha «se prepara con mucha ilusión» y resaltó que todos los trabajadores reunidos ante la catedral son «voluntarios, se pone la lista en la empresa y se apunta quien quiere, y quieren venir todos».


Para los sanitarios el trato con los enfermos en jornadas como la de ayer es «muy agradable, muy emocionante, porque ellos están esperando este día con mucha ilusión», refiere.


El mensaje de la propia Hospitalidad de Lourdes, con motivo de esta fecha recuerda que quienes acuden a esta cita ante la Virgen del Prado, lo hacen «porque tienen fe y porque esperan de ella su protección y sus favores». Más adelante, el escrito detalla que los enfermos llevan ante la patrona, «junto a unos ramos de flores, el tesoro de su dolor, de sus limitaciones, de su incapacidad para el trabajo y van a pedirle bendiciones y gracias en su vida».




Ciudad Real: Ancianos y enfermos acuden a su cita anual de la Caravana Blanca con la patrona

En los días previos al comienzo de las fiestas en honor a la Virgen del Prado, desde hace cincuenta y seis años, se celebra la Caravana Blanca, en la que enfermos y ancianos de las residencias de mayores de la capital y de los pueblos de alrededor visitan y ofrecen flores a la patrona en la Catedral. Cientos de personas han llenado el templo esta tarde, donde el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, ha presidido la Eucaristía.



La Caravana Blanca comenzó por iniciativa del que hace cincuenta años era capellán del Hospital Provincial, el sacerdote D. José Ballesteros. Él animó a un grupo de enfermos ingresados en el hospital a realizar una ofrenda de flores a la Virgen del Prado y a rezar ante ella; los animó a poner en oración “sus sufrimientos, su enfermad, su dolor…” Lo ayudaron aquella primera vez las Hijas de la Caridad, que aún trabajaban en el Hospital Provincial, y varias enfermeras.



La Hospitalidad Diocesana de Lourdes es la que organiza anualmente este encuentro de fe y de esperanza ante la Virgen del Prado con muchas instituciones y personas que colaboran en el traslado de los enfermos de sus domicilios hasta la Catedral. Dos autobuses, cinco ambulancias y varios vehículos de Protección Civil han formado parte de la comitiva de la Caravana Blanca. El pandorgo de hogaño, la dulcinea 2019 y sus damas y varios concejales de la Corporación municipal han asistido a la misa oficiada por el obispo.









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