La
puerta de la antigua Sinagoga de Ciudad Real a principios del siglo XX
(BARRIO
DE LA JUDERÍA)
Cuando contemplo desde la azotea del
Instituto la vista panorámica de Ciudad Real, me doy cuenta de que crece de día
en día de una forma extraordinaria su casco urbano.
Ya han traspasado los límites de sus
antiguas murallas los nuevos barrios de la ciudad. Sus calles principales
tienen aire señorial como las de las grandes ciudades, ejemplo de ello es la
Avenida del Rey Santo enclavada donde hasta hace poco tiempo eran solo
callejuelas y huertos en estado calamitoso.
Razón tenía don José Balcázar Ilustre
catedrático y director que fue de nuestro Instituto, cuando nos decía en clase,
que Ciudad Real llegaría a tener la misma importancia que tuvo en el siglo XV.
Efectivamente, en los primeros años de
aquel siglo nuestra ciudad tuvo mucha importancia, pues se vio favorecida
constantemente con privilegios y mercedes por los Reyes de Castilla.
A pesar de estar formado su vecindario
por cristianos, moros y judíos conversos, y aún siendo gentes de distinta raza
y diferentes costumbre, era la envidia de muchos pueblos, empequeñecidos al
lado de nuestro malparados por sus mismos dominadores.
Entonces formaban el casco de la
población cuatro barrios, siendo el más rico el de los judíos. En lo que hace
años fue Plaza de la Constitución y hoy del Generalísimo, estaba situada la
Alcaicería, donde los judíos, dueños por completo del comercio de la ciudad,
hicieron grandes capitales, siendo los únicos también en dedicarse a la usura,
prestando dinero.
En el mes de marzo de 1391, las
relaciones tirantes entre cristianos y judíos era cada día mayores. Hasta que
el arcediano de Écija y prior del Arzobispado de Sevilla, don Ferrán Martínez,
con sus predicaciones turbulentas, fueron la causa del movimiento antisemita en
España. Suceso inolvidable pues llevó consigo la muerte, la destrucción, el
odio, la venganza, el crimen y el robo. Destruidas las Sinagogas y
desmanteladas las casas de los judíos entran en el siglo XV llenos de dolor y
amargura pero con la esperanza de tomar desquite ante tanto atropello, pero por
ventura estas esperanzas no llegarían a cumplirse nunca.
Azulejos
de la antigua Sinagoga de Ciudad Real
Tenían instalada su Thora en la calle de
la Mata, y la Sinagoga Mayor que después fue convento de los Dominicos, ricos,
los judíos manchegos en destruido hace muy poco tiempo, entre las calles de la
Barrera y de la Peña, hoy Compás de Santo Domingo.
Aunque convertidos a la fe del
cristianismo, en su interior seguían practicando su religión impía y por esta
causa se implantó la inquisición en la ciudad.
D. Luis Delgado Merchán, profesor de
Religión que fue de nuestro Instituto y que no tuve la dicha de conocer puesto
que falleció el 18 de marzo de 1909, sintetiza de un modo perfecto el estado
del pueblo israelita en el siglo XV, en un libro “La Juderia, la Inquisición y
la Santa Hermandad”.
Según don Luis, se extendía este barrio
por el lado de oriente de la ciudad hasta la muralla levantada entre las
puertas de la Mata y la de Calatrava; por poniente hasta la calle de la Paloma,
llamada en otros tiempos de Leganitos; lo cerraban por Norte y Sur
respectivamente las de Calatrava y Lanza con la de la Mata, su continuación,
estaba dividida en dos partes desiguales de Oeste a Este por la rua principal o
calle de la Judería, que al desaparecer la Aljama de Villa-Real a consecuencia
de las matanzas de 1391, tomó el nombre de calle Real de Barrionuevo, pero al
instalarse en ella el tribunal de la Inquisición en 1483 tomó el nombre de la
Inquisición, después se llamó de la Libertad, Nocedal y en nuestros días se la
conoce con el nombre de Comandante Lopez Guerrero.
De Norte a Sur la cruzan varias calles
transversales todas ellas casi paralelas, pero con diferentes nombres; a la
derecha las de la Culebra, Sangre y Lobo; a la izquierda Tercia, Combro y
Refugio. Luego siguen en la alineación de las tres primeras la Barrera (Compás
de Santo Domingo) y la Peña, y en la de las tres segundas la calle Lirio, que
remata al salir a la de Calatrava en la Cruz Verde, este nombre se la dio al establecerse
el Santo Oficio en la ciudad.
Maruja
Zorita, Domingo 13 de agosto de 1967, número extraordinario de Feria y Fiestas
de Ciudad Real
Vista
de la calle Libertad en los años sesenta del pasado siglo
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