La Virgen del Prado en
su paso procesional con el manto regalado en 1923 por un hijo de los Condes de la Cañada
La imagen de la Patrona de Ciudad Real,
la Santísima Virgen del Prado, posee tres mantos de procesión, el de los
dragones, regalado por un hijo del VI Conde de la Cañada en 1923; el llamado de
“la Coronación”, aunque fue regalado un año después de esta en 1968 por Dª
Elisa Cendrero y Arias del Castillo; y el costeado por la Hermandad de la
Virgen y su Corte de Honor, con motivo del noveno centenario de la aparición de
la Virgen del Prado en 1988.
Este año el manto que lucirá la Virgen
del Prado, será el conocido popularmente como el de los dragones, regalado como
ya he dicho por un hijo del VI Conde de la Cañada, D. Manuel Acedo-Rico y
Jarava, que nació en Ciudad Real el 2 de febrero de 1890 y murió también en
nuestra ciudad el 20 de octubre de 1921, a la edad de 31 años sin descendencia.
D. Manuel, gran devoto de nuestra Patrona, dejo una disposición testamentaria,
para que se le realizará un manto procesional a la Virgen. Este fue encargado
por su madre, la VI Condesa de la Cañada Dª María Manuela Jarava y Muñoz, a los
talleres de bordado de las religiosas adoratrices de Madrid, quienes lo
terminaron en julio de 1923.
El desaparecido diario local “Vida
Manchega”, en su número del 9 de julio del citado año de 1923, informa que el
manto se encuentra expuesto en la casa de la Condesa, y todo el vecindario de
nuestra capital, estaba pasando por la mencionada casa a conocer el manto.
Según este diario, el manto costó la cantidad de veinticinco mil pesetas, y lo
describe así: “…es de tisú de plata,
bordado en oro y pedrería obedeciendo a un dibujo que es verdadero alarde de
buen gusto, que representa un trabajo enorme, supeditado todo ello a las líneas
de la proporción y de la elegancia, que le hacen resaltar muy airoso y libre de
la pesadumbre del recargamiento, característico, muchas veces, de tales obras,
que por ello pierden gran parte de su mérito.
Escudo de armas de los
Condes de la Cañada
El
dibujo del manto, en sus cuatro ángulos, y aparte el decorado general, lo
constituyen otros tantos dragones, de indiscutible propiedad, en detalles que
contribuyen a embellecer el conjunto; en la parte posterior, y en las
proporciones debidas, aparece el escudo de los Condes de la Cañada, bordado en
seda y oro, de tonos apropiados, que dan la sensación de una obra de arte
acabadísimo, campeando la inscripción “Por la fe moriré”, lema de los blasones
de la Casa, y en la parte inferior se ven la Llave de Gentil Hombre y las
Grandes Cruces de Isabel la Católica, de San Hermenegildo y de María Luisa, que
son un verdadero encanto de ejecución, y cuyas distinciones fueron otorgadas al
Excmo. Señor Teniente General D. Rafael Acedo Rico, las tres primeras, y la
última a su esposa, abuela del donante, en premio a servicios eminentes a la
Patria y a la Monarquía.
El
primor, que es el distintivo característico de toda la obra, se extiende al
delantal de la Virgen y el trajecito del Niño Jesús que son admirables,
constituyendo toda una ofrenda riquísima
a nuestra excelsa Patrona la milagrosa Virgen del Prado…”.
Con este manto procesionó la Virgen
desde 1923 hasta 1935, ya que al inicio de la Guerra Civil Española en 1936,
cuando fue asaltada la Catedral y robado el tesoro de nuestra Patrona, el manto
desapareció. Terminada la Guerra Civil, este manto fue recuperado en el año
1946, por el Canónigo D. José Jiménez Manzanares en Madrid, en una exposición
sobre orfebrería y obras de culto, organizada
por la Comisaría General del Patrimonio Artístico y su Servicio Militar
de Recuperación. Con este manto fue coronada pontificiamente la Virgen del
Prado el 28 de mayo de 1967.
Vista general del manto
A este manto se le prende un Águila
Imperial. Parece ser según algún
historiador local, que la tradición de que en el manto de la Virgen del Prado
se lleve prendido un Águila Imperial, se remonta al siglo XVIII. Esta águila
según el Cronista Oficial de Ciudad Real, D. Julián Alonso Rodríguez, en un
artículo que publicó en el diario “Lanza” el 29 de julio de 1954, era grande,
dieciochesca y de aljófar.
Desde el siglo XVIII esta águila, fue
una seña de identidad de la Virgen, e incluso el pueblo le dedicó una
seguidilla que decía:
¿Cuál
es la mejor moza
de
Ciudad Real?
La
que en la espalda lleva
el
águila imperial.
Esta águila se le puso siempre prendido
en el manto a la Virgen en sus salidas procesionales, hasta el año 1936, año
que la imagen fue destruida y su tesoro robado. Terminada la Guerra Civil
Española en 1939, y vuelto de nuevo el culto a la Virgen del Prado con una
nueva imagen, poco a poco la Ilustre Hermandad de nuestra Patrona, fue
restaurando el camarín de la Virgen y rehaciendo el patrimonio robado en 1936.
Pero debido a los cuantiosos gastos, a
los que la Ilustre Hermandad tuvo que hacer frente para reconstruir todo lo
robado, entre ellos la nueva imagen de la Virgen, las coronas y rostrillo, el
paso para procesionarla y restaurar su
camarín, se llega al año de la Coronación Pontificia en 1967, sin que se hubiera recuperado el Águila
Imperial.
Fue Dª. Mariana Alonso Rodríguez,
hermana del ya citado Cronista Oficial de Ciudad Real, D. Julián Alonso
Rodríguez, quien en memoria de su difunto hermano, fallecido en 1963, costearía
el nuevo Águila Imperial para el manto de la Virgen del Prado.
El Águila fue realizado en plata
repujada con esmeraldas, llevando en su parte central las cuatro órdenes
militares, siendo labrada por el mismo orfebre que realizó las coronas y
rostrillo, con la que fue coronada la imagen de la Virgen el 28 de mayo de
1967, D. José Puigdollers y Vinader, águila que estrenó la Virgen el día de su
Coronación Pontificia.
Águila Imperial de la
Virgen estrenada en 1967
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