La escuela de Artes y Oficios comienza a
ser una realidad en Ciudad Real en el año 1911, quedando instalada
definitivamente en la calle de la Mata número 3, edificio propiedad de Ramón
Medrano, y de cuyo alquiler se hizo cargo el Ayuntamiento de la capital.
Este edificio con el transcurso de los
años mostró muchas deficiencias, lo que obligó a continuas reparaciones, y
pensar en un nuevo inmueble para instalar la escuela. Una vez aprobado el
proyecto por la Dirección General de Bellas Artes, se acuerda construir el
nuevo edificio en un solar propiedad del Ayuntamiento, situado en la nueva
Plaza de la Provincia.
El arquitecto del nuevo edificio fue un
prestigioso arquitecto, catedrático de Mecánica Racional en la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Madrid y miembro de la Real Academia de las
Ciencias y de la Sociedad Matemática Española, Francisco de Asís Navarro
Borrás. Este proyecta un edificio de carácter racionalista con fachada cóncava,
en cuya zona central se abre un gran nicho sostenido por cuatro gruesos pilares
de sección cuadrada. El resto de la superficie es lisa y en ella se colocan
múltiples ventanas de contorno ligeramente resaltado, agrupadas de cuatro en
cuatro. En el espacio situado encima del nicho central se colocan cinco
ventanas y el rótulo que identifica al edificio, Escuela de Artes y Oficios
Artísticos. En el interior de pórtico se abren vanos agrupados en bloques de
cinco.
La planta tiene forma de trapecio
circular, al que se le añaden dos alas laterales y cuerpo rectangular en su
zona convexa. La parte central, zona noble de edifico, está ocupada por el
hall, en la primera planta; sobre ella, la secretaría, la dirección, jefatura
de estudios y despachos para departamentos. La tercera planta la ocupan
diversas aulas. En las alas laterales, aulas y talleres.
Las clases en el nuevo, edificio
comenzarían en septiembre de 1961, y entre 1975 y 1980 se llevaron a cabo importantes
reformas en el edificio, ampliándose este entre 1977 y 1978, obra dirigida y
proyectada por el arquitecto José María Romero Cárdenas.
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