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viernes, 28 de febrero de 2025

DOMINGO DE PIÑATA. EL DESFILE QUE CAPITANEÓ EL RENACER DEL CARNAVAL EN CIUDAD REAL

 

Primeros años del resurgir del Carnaval en Ciudad Real en los años ochenta del pasado siglo, con el Torreón en plena construcción

Más de 20.000 personas, 40 peñas procedentes de 33 municipios y 30.500 euros en premios resumen lo que fue el gran desfile del Domingo de Piñata de Ciudad Real en 2023. Pero tan solo han pasado cuarenta años desde que una Corporación, la dirigida por el alcalde Lorenzo Selas, decidió capitanear el renacer del carnaval en una provincia que quería recuperar sus fiestas populares y divertirse en la calle en el albor de la democracia. Aquel 20 de febrero de 1983, figurantes de Torralba de Calatrava, Moral y de Ciudad Real desfilaron vestidos de moros y cristianos, vampiros y chulapas en un primer desfile que, según informó Lanza, tenía posibilidades de convertirse en “algo notable que visitar” en la medida que cogiera “cuerpo y solera”. Vaya si lo ha hecho.

Con una memoria envidiable, Lorenzo Selas, el primer alcalde de la democracia en Ciudad Real, recuerda que cuando llegó al Ayuntamiento en 1979 tuvo claro que, “aparte de mejorar la calidad de vida de los vecinos, con inversiones en las calles, la iluminación y aumento de zonas verdes, una forma de transformar la sociedad era recuperar las fi estas populares”. Lo primero que hicieron fue recuperar la Pandorga y la romería de Alarcos en 1980, y tres años después llegó el carnaval. Pero el Consistorio no lo hizo solo, pues con el fin de favorecer la participación ciudadana, que era otro de los objetivos, impulsaron la creación de asociaciones culturales, peñas y una federación que las aglutinara, que presidió por primera vez Justo Serrano.




El primer Domingo de Piñata

“Los carnavales estaban totalmente perdidos en esta ciudad, como el mismo director del diario Lanza de la época, Carlos María San Martín, conocido como Kasama, reconoció en un artículo. Mediante un decreto, el general Francisco Franco prohibió en 1937 la celebración de los carnavales: se multaba e incluso podía entrar en prisión quien los celebrase”, explica Selas. Es cierto que, según añade, “en los años 60 en algunos pueblos de la provincia, como Miguelturra, y en otros lugares del país, algunas personas se atrevían clandestinamente a celebrarlos”, pero en Ciudad Real no ocurrió. Por lo tanto, en aquel año 1983 la Corporación partió de cero.

Desde el primer momento organizaron actividades con las murgas, concursos, incentivaron la recuperación de la máscara callejera y contaron con los mayores. “La idea era recuperar el ambiente popular en la calle” y para ello la actividad estrella fue el desfile del Domingo de Piñata. El exalcalde explica que la idea surgió como imitación de los desfiles que se organizaban en otros puntos de España y que tenían cierto parentesco con el antiguo concurso de carrozas que tenía lugar en Ciudad Real en la feria de agosto. La peña Garden de Ciudad Real fue una de las más entusiastas.

Así fue como la Corporación empezó a tomar contacto con pueblos del entorno para que participasen en este primer desfile de carrozas, al que respondieron gentes de Pozuelo, Moral, Valdepeñas y Torralba de Calatrava, que se llevó el primer premio con su representación de las batallas de moros y cristianos. Aquel año, el galardón más importante tan solo estuvo dotado de 20.000 pesetas, y el segundo, que recayó en la peña Góndola de Ciudad Real, contó con 15.000 pesetas. Dice Lorenzo Selas que “a partir de ahí la gente empezó a tomar conciencia de los carnavales”. De hecho, fue el inicio de una de las épocas doradas que ha vivido la fiesta de la purpurina y el antifaz en Ciudad Real.




Del cartel de Ángel Andrade al pregón de Las Hermanas Hurtado

Al año siguiente, Ciudad Real se tenía que superar, y el Ayuntamiento insistió en la promoción de la organización de actos a través de la recuperación de un cartel del carnaval elaborado por el reconocido pintor Ángel Andrade en 1919. “Ese fue nuestro primer cartel”, explica Lorenzo Selas. Aquel año, mantuvieron un contacto más amplio con las localidades del entorno y también con pueblos de la provincia de Toledo, sobre todo limítrofes, para que participaran en el desfile del Domingo de Piñata. Tuvieron éxito, pues consiguieron movilizar comparsas, murgas y carrozas de Almadén, Almodóvar del Campo, Pozuelo de Calatrava, Moral, Corral y Daimiel. El primer premio, que se multiplicó por siete y que llegó a las 150.000 pesetas, acabó de nuevo en Torralba con la puesta en escena de “Un, dos, tres”.

Pero el carnaval de Ciudad Real no solo creció de la mano del Domingo de Piñata. El Ayuntamiento empezó a contactar con pintores de renombre en esta tierra como Miguel Navarro, Manuel López-Villaseñor o Francisco Nieva para elaborar los carteles. Además se empezó a organizar el pregón del carnaval, y contaron como pregoneros con personajes tan populares en aquellos años como el dibujante Antonio Mingote, el torero Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ o las actrices conocidas como Las Hermanas Hurtado. En esta gala empezaron a proclamar a la reina del carnaval: la primera fue Yolanda Serrano. También fue el origen de la carpa en el Torreón, “el centro de reunión de las máscaras” y que acogía todas las noches actos. “Cada noche se reunían allí en torno a las 4.000 o 5.000 personas”, añade Selas.



Las 600.000 pesetas del Arlequín de 1993

Once años después del primer desfile de carnaval, la fi esta estaba más que consolidada. Lorenzo Selas recuerda que en 1993 “participaron 60 carrozas, 40 murgas, y de 3.500 a 4.000 figurantes”. El exalcalde cuenta que “se repartieron 5.000 bolsas de comida de avituallamiento” y que “llegaron entre 25.000 y 30.000 personas procedentes ya no solo de la provincia, sino de toda la región” a ver el espectáculo. Aquel año el premio especial, ya denominado Arlequín de Oro, viajó de nuevo a Torralba de Calatrava, con la propuesta ‘Tiempos de feria’, con coches de choque incluidos. Reflejo de cómo se afianzó la participación de carnavaleros de otras provincias es el primer premio -segundo por categorías-, que se llevó La peña de Villafranca de los Caballeros con ‘Bravo por la música’. De la misma localidad vino la carroza “más elaborada y vistosa”, en el montaje de la peña El Trébole.

El artista Paco Clavel fue el encargado de dar el pistoletazo de salida a la fiesta aquel año, el último de Lorenzo Selas como alcalde. El premio especial, el Arlequín, creado en años anteriores y que tenía una estatua diseñada por el escultor Fernando Kiriko como obsequio, alcanzó las 600.000 pesetas.

El exalcalde señala que “en 1993 la dotación total de premios del desfile llegó a los 4,5 millones de pesetas”, lo que son 27.000 euros, un presupuesto muy cercano al actual. De hecho, el Concurso Nacional de Carrozas y Comparsas está dotado este 2024 de 30.500 euros, 5.000 euros más con respecto a los 25.500 invertidos el año anterior.



Peñas de la capital y de los pueblos

Garden, El Botellín, Mazantini, Dinosaurio, Los Cabezones, La Blusa, El Cangilón, Los Hortalizos…. Lorenzo Selas destaca que “sin la participación masiva y cómplice del conjunto de la sociedad a través de las peñas el carnaval no hubiera sido posible”. El ciudarrealeño recuerda que después de Navidad se convirtieron en costumbre las reuniones de mujeres y hombres en locales y casas para confeccionar los trajes, y también las quedadas en locales de ensayo para preparar el Desfile de Piñata. El Ayuntamiento puso la infraestructura, “pero el protagonismo era de las peñas y las asociaciones”, al igual que de personajes “tan populares” como ‘Josito’, ‘Osorio’ o ‘La Pitusina’. “Nuestra tarea fue inculcarles que eran imprescindibles para recuperar nuestras fiestas, porque sin ellos hubiera sido muy difícil llevar adelante los carnavales, y funcionó”, insiste Lorenzo Selas.

Sin olvidar el trabajo realizado por los funcionarios y equipos técnicos del Ayuntamiento, los trabajadores de carpintería, electricidad, que montaban los escenarios, la megafonía, o los encargados de la seguridad, la Policía Nacional, la Policía Local y la recién creada Protección Civil, Selas también pone en valor el compromiso de los pueblos de la provincia en realzar el carnaval de Ciudad Real. El exalcalde recuerda las carrozas que traían los grupos de Villafranca de los Caballeros, Quintanar de la Orden, Tembleque y Toledo, y también las murgas y comparsas de Fernán Caballero, Villarrubia de los Ojos, Campo de Criptana, Tomelloso, Herencia, Alcázar de San Juan y Valdepeñas, “algunas con entre 200 y 300 personas, y con músicos”. El Domingo de Piñata cogió “un gran prestigio, no solamente local y provincial, sino a nivel regional”, de ahí que pronto trataron de obtener la declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional.

Eran los años del desfi le de las ánimas, que realizaban los abanderados de la Cofradía de Malagón. “Los esperábamos en la puerta de Toledo. Primero nos dirigíamos hasta la plaza Mayor y luego volvíamos a la catedral, donde se celebraba una misa preciosa en honor a la Virgen del Prado”, explica Selas. Y Ciudad Real también participaba de los carnavales de pueblos vecinos, por ejemplo Miguelturra. El exalcalde cuenta como anécdota que cuando empezaron con la celebración del carnaval “el Ayuntamiento de Miguelturra y las peñas tuvieron un conato de celos, por si les hacíamos la competencia como capital”. Entonces, ambos ayuntamientos tuvieron “importantes reuniones”, donde Ciudad Real dejó muy claro que lo suyo “era otra cosa” y que respetaban sus carnavales, “extraordinarios y fundamentalmente basados en la máscara de la calle”. Al final hubo “una gran sintonía” y Lorenzo Selas asistió a más de un pregón churriego “para tender puentes”.



 

Iomar Pardo Tabera, La Mascarada, ... y El Burleta

Dice Lorenzo Selas que “los carnavales de hace 40 años eran muy distintos a los de ahora”. Está claro que entonces toda España asistió a una “explosión” social en la calle y no es casualidad de que en los “8 o 9 días con programación de carnaval” que organizaba el Ayuntamiento de Ciudad Real pasaran por la carpa “alrededor de 60.000 personas”. Era tan importante que surgieron establecimientos especializados en la confección de vestidos y la hostelería patrocinaba los premios. Pero aunque la tradición de los bailes y las actividades la ha recogido hoy en día Miguelturra, el Desfile del Domingo de Piñata no ha dejado de crecer. Solo hay que bucear en la hemeroteca para comprobar cómo los montajes de infarto que se presentan en la actualidad tienen como base lo que hicieron la Asociación Iomar Pardo Tabera de Fernán Caballero, que ganó el Arlequín en 1995 con la China imperial o La Mascarada de Corral de Calatrava que marcó un ‘hattrick’ entre 2000 y 2002 con ‘Mil milenios’, ‘La vida es un carnaval’ y ‘La globalización’. En aquel momento las carrozas móviles fueron la sensación.

Cuatro décadas dan para mucho y sin duda la historia de muchas murgas de la provincia va ligada al carnaval. Luego vendría la época dorada de La Blanca Doble de Almagro, Los Remaches de Moral de Calatrava y los Tunantes de Piedrabuena, que todavía siguen en activo con muy buena nota. No es extraño encontrarles siempre entre los primeros puestos, aunque hoy en día es difícil competir ante El Burleta de Campo de Criptana, que ganó el año pasado el Arlequín de Oro con la Revolución Industrial y que se mantuvo en lo más alto del pódium cuatro años consecutivos entre 2016 y 2019, o la Asociación Axonxou de Herencia, que dejó al público con la boca abierta en 2020 y 2022 con sus montajes ‘Oeste tierra sin ley’ y ‘El sueño de Ágrabah’. Harúspices de Tomelloso, la compasa Euphoria Dance o la peña de las Amas de Casa de Pozuelo destacan también siempre en un desfile de Domingo de Piñata donde carrozas, trajes y coreografías se funden en una puesta en escena digna de un musical de la Gran Vía madrileña. Para comprobarlo solo hay que coger sitio el próximo 18 de febrero: hay 43 peñas inscritas y se esperan 4.500 participantes.

Noemí Velasco. Lanza Semanario de la Mancha. Viernes 9 de febrero de 2024

 

El que fuera Alcalde de Ciudad Real Lorenzo Selas

 

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