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lunes, 7 de noviembre de 2016

EL CASTILLO Y SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN DE PEÑARROYA



Es una de las fortalezas que aún se conservan en el territorio de los que los caballeros hospitalarios poseyeron en La Mancha, el denominado Campo de San Juan. Está situado a 12 Km de Argamasilla de Alba, en dirección a Las Lagunas de Ruidera, constituyendo la entrada al Parque Natural. Fue conquistado en el año 1198 por las órdenes coaligadas de Santiago y San Juan, y adscrito definitivamente a ésta última en 1215.


En el siglo XIV Peñarroya era, sin duda, la encomienda más importante de la Orden de San Juan desde el punto de vista económico.

Se trataba de una fortaleza para garantizar el aprovechamiento económico del territorio, arrendamiento de pastos, cobro de impuestos y protección de pobladores pacíficos, a la vez que almacén de bienes o “caja fuerte” de la Orden.


Situado estratégicamente sobre un acantilado, en el que se construyó la presa del embalse de Peñarroya, el castillo conserva:

En el exterior: camino de acceso medieval, humilladero y foso. Recientemente se han encontrado en el exterior, una necrópolis de rito islámico y un campo de silos de cronología indeterminada.


En el interior: antemuralla, liza, muralla medieval principal, torre del homenaje, ermita del siglo XVII (de marcado estilo barroco decadente en cuyo interior se encuentran pinturas a ambos lados del altar mayor, destacando también el retablo churri-gueresco, el camarín de la virgen, el coro y una extraordinaria talla del siglo XVII que primitivamente estuvo emplazada en el convento de los Mercedarios de Argamasilla de Alba), patio de armas, ermita del siglo XII y aljibe medieval.


La Virgen de Peñarroya, como popularmente se conoce a Nuestra Señora de la Encarnación de Peñarroya, patrona de Argamasilla de Alba y La Solana, tan romera que se celebran varias multitudinarias romerías en su honor (la última el pasado 27 de abril), guarda en su advocación, desde el s. XII, una serie de peculiaridades que la hacen sumamente interesante para el común de las gentes y para los investigadores e historiadores en general.



Venerada en el Castillo de Peñarroya hasta que se crea el Obispado de las Órdenes Militares en ciudad Real, su ermita  está emplazada en el interior de una Fortaleza que es Monumento Histórico, declarado Bien de Interés Cultural el 28/12/1990. Asimismo el conjunto de Peñarroya cuenta con una importante historia; pues a lo largo del tiempo jugó un papel destacado en el control de las comunicaciones a través del Alto Guadiana. Su enclave es magnífico. Rodeado por las suaves ondulaciones de los llamados Montes de Peñarroya (700-750 m. sobre el nivel del mar), a sus pies se embalsa el agua del Alto Guadiana, en la presa a la que también presta nombre el Castillo; además, la Fortaleza, por la parte norte, nos da entrada  al  Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.



Dos tradiciones se narran sobre la advocación mariana de gloria de Peñarroya. La primera la explica el investigador Ramón Antequera y trata sobre al hallazgo de la Imagen: “En el año 1198 fue tomado el Castillo por el Capitán Alonso Pérez de Sanabria, el martes ocho de septiembre al cubrir la luz, y teniendo para decapitar a Allen Ilec, uno de los moros prisioneros, manifestó descubrir un gran tesoro si se le perdonaba la vida. Concedida que le fue la gracia, designó el sitio, y fue hallado, y entre otras muchas cosas que contenía se encontró a Nuestra Señora de Peñarroya en medio de una bóveda en el fondo del Castillo, de cuya rendición se formó aquella gran Hermandad o Cofradía de Alabarderos a invocación de Nuestra Señora de Peñarroya”.



Famoso debía ser el tema del tesoro que guardaba Peñarroya, porque quinientos años después, en 1604, el Rey Felipe II autoriza a un vecino de Barrás, Albacete, llamado Juan Martínez de Auñón, a buscar un tesoro encantado en el Castillo. La autorización fue decretada, porque dicho señor: “Tenía una memoria y rrelación verdadera de una escriptura antigua trayda de berberia que tenia en su poder, la qual contenia y declaraba aver un gran tesoro en el Castillo de Peñarrubia, jurisdicción y término de la villa del Lugar Nuevo o Argamasilla de Alba, del Priorato de San Juan, la qual memoria declaraba en qué parte y lugar del dicho castillo y en qué hondura estava el dicho tesoro…”


La segunda tradición la protagoniza La Solana, población que ya hemos dicho comparte el patronazgo de la Virgen de Peñarroya con Argamasilla de Alba. En dicho pueblo, según datos del investigador Antonio Romero Velasco, sostienen: Que fue un pastor, cuando se encontraba custodiando sus cabras junto a la barbacana del Castillo, el que descubrió la Imagen de la Virgen que había estado guardada y escondida en las murallas del mismo. Por ser el pastor natural de La Solana, los habitantes de este pueblo escogieron como objeto de su devoción a Nuestra Señora de Peñarroya.


Asimismo este historiador anota un romance escrito en un antiguo devocionario de la novena que se dedica a la Virgen, que entre otras cosas dice: Albricias vengo a pedir,/ que me la deis os suplico;/ aunque ya tendréis noticias/ de la Virgen del Castillo/ que se apareció a un cabrero/  entre las cuatro y las cinco...”.


En cuanto a los documentos que pueden atestiguar dichas tradiciones, en el primer caso, además de la nota recogida por Ramón Antequera de un antiguo “Cronicón Manchego”, y el decreto de Felipe II sobre el tesoro, dicho investigador aporta datos de la Cofradía de Alabarderos de Nuestra Señora de la Encarnación de Peñarroya de Argamasilla de Alba, entregados por dicha Cofradía al historiador en el año 1860-63. (La actual Hermandad es hereditaria de aquellas que juraron defender a la Virgen en el s. XII; pero los datos que según Antequera guardaba la Cofradía desaparecieron; también la antigua  Imagen y el Archivo de la Iglesia, en la última Guerra Civil).


Para ser recibidos como hermanos tenían que prestar pleito homenaje en la plaza de armas, haciendo juramento delante de la santa Imagen, su Comendador o Alcaide del Castillo, de defender a Nuestra Señora de sus enemigos. “La mencionada Hermandad —dice Antequera— estaba compuesta por Escuadras del Toboso, Miguel Esteban, Munera, Pedroñeras, Alces (que era entonces Alcázar de San Juan), Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, La Solana, etc.. Estas escuadras tenían una organización puramente militar, aunque con carácter religioso, pues sus jefes: en graduación de capitán, alférez, sargentos y cabos, con la fuerza de soldados correspondientes, representaban aquellas tropas (los pueblos ya citados) que concurrieron a la conquista del Castillo. Todas las Escuadras estaban sujetas y pertenecían a un cuadro o centro que era la de Argamasilla, la cual tenía sus jefes en graduación hasta Capitán; siendo la enseña el Estandarte de la Virgen.”


Actualmente, después de ochocientos años, las romerías siguen celebrándose de la siguiente manera: el último domingo de abril Argamasilla va en romería al Castillo y sobre las cinco de la tarde traslada la Imagen, portada a hombros por diez devotos, los doce kilómetros que hay desde el Castillo hasta la Parroquia de Argamasilla.(Destacar, en este caso, que los que portan y trasladan la Imagen, han de esperar unos 5 años para hacerlo; pues la lista de espera es así de numerosa).


En este pueblo  estará la Imagen hasta el segundo sábado del mes de septiembre (el primer sábado de septiembre y días siguientes se le rinden cultos en las Fiestas Patronales). La Solana, recibirá a la Imagen en el Castillo a partir del mediodía de ese sábado, que la Cofradía solanera, acompañada de autoridades, llegará al Castillo con anuncio de tambor. La Imagen es trasladada a La Solana al amanecer del domingo, rindiéndole cultos extraordinarios  prácticamente  todo el mes de septiembre. El traslado al Castillo en romería los solaneros lo hacen el lunes siguiente a San Antón; pero si san Antón cae en domingo, no la trasladan al Castillo hasta el lunes siguiente. En su ermita la Imagen estará hasta el último domingo de Abril.


La antigua talla de La Virgen de Peñarroya fue quemada durante la última guerra civil. La actual imagen fue donada por un piloto de caza del bando nacional, D. Adolfo Espinosa Aparicio,  al que se le apareció Nuestra Señora. El piloto hizo promesa de que si lo salvaba encargaría una imagen. Así lo hizo, y la imagen es fiel reproducción de lo que vio. Donó la imagen para su culto, con la mención expresa de que si en algún momento cesaba la tradición romera, la imagen quedaría en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista en Argamasilla de Alba.


El Pantano de Peñarroya fue inaugurado en el año 1959, supone la represa artificial de las aguas del Guadiana, que abastecen a las poblaciones cercanas de Argamasilla de Alba y Tomelloso.


Esta masa de agua, que está incluida dentro de la zona de protección del Parque Natural, forma un ecosistema con características propias que le diferencian del complejo lagunar. De gran importancia como refugio de fauna, sobre todo de avifauna, también destaca por sus valores en materia de pesca deportiva.








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