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miércoles, 10 de diciembre de 2025

LAS HERMANAS DE LA COMPAÑÍA DE LA CRUZ. 71 AÑOS DE ENTREGA, OBEDICIENCIA A DIOS Y CELO APÓSTOLICO HACIA LOS POBRES DESDE LA POBREZA

 

El convento de las Hermanas de la Cruz en 1954 en la Plaza de Santiago


Pareciera que el mundo camina en una dirección y las protagonistas de este reportaje en dirección contraria. En ocasiones, la falta de responsabilidad colectiva de la sociedad actual, el derecho a la libertad individual por encima de las de los demás, la carencia de espiritualidad, de amor al prójimo… se contraponen a la esperanza y fe en Cristo, la labor social ejemplar, la ayuda a los pobres desde la pobreza, el cuidado de enfermos y mayores que ejercen en su apostolado las hermanas de la Compañía de la Cruz.

Precisamente, este instituto conmemora en 2025 los 150 años de su fundación en España por la madre general de la compañía, Santa Ángela de la Cruz, y por el Beato Padre Torres. En reconocimiento a esta efeméride, el Papa Francisco otorgó a la congregación surgida en Sevilla la “gracia y el beneficio” de Año Jubilar desde enero de 2025 a enero de 2026. En este siglo y medio, “las hermanas hemos secundado el ejemplo de vida y espíritu de Madre Ángela, de pobreza y humildad bajo la obediencia y la voluntad de Dios ante todo”, expresa una de ellas.

En Ciudad Real, las hermanas de la Cruz, como se las conoce popularmente, llegaron un 11 de mayo de 1954; fue la fundación número 46 de la orden religiosa en el país, ubicándose en una modesta casa frente a la parroquia de Santiago Apóstol, en pleno barrio del Perchel, donde continúan en la actualidad.


El Obispo D. Emeterio Echeverria en la iglesia de Santiago el 11 de mayo de 1954


Aquel día, a las 11 de la mañana, la plaza de Santiago respiraba aire de fiesta, con la concurrencia de vecinos que quisieron formar parte de la celebración, bajo la presidencia del prelado D. Emeterio Echeverría que ofició la misa en Santiago promulgando: “Aquí quedan las hermanas de la Cruz que entregarán su vida a los pobres”. En el templo le acompañaban varias autoridades, destacando Carmen Polo de Franco (dada la cercanía espiritual de Casa Real y gobernantes contemporáneos a Sor Ángela de la Cruz), y de la madre general de la orden, Sor Marciala de la Cruz. La fundación concluyó con el traslado bajo palio del Santísimo de la iglesia a la capilla, escoltado por las 13 hermanas que iniciaron o continuaron su apostolado en el convento.

Pero falta un nombre que hizo posible la llegada de la congregación, amén de otros logros en la ciudad. Fue el sacerdote Javier María de Castro (1898-1970), que fuera párroco de Santiago. “Tenía una hondísima vida interior, Dios le había dotado de un temperamento muy activo, con una original y a la vez espontánea personalidad”, recuerda el padre Juan, que lo conoció cuando él era seminarista. “Con la idea de que la Iglesia no sólo es celebrativa sino de presencia viva, que ama, evangeliza y siembra el Reino de Dios, el padre Castro centró su labor apostólica en una comunidad dotándola de una presencia destacada en el barrio”. La tenacidad e insistencia del reverendo, que visitó en 1951, junto al sacerdote Nicolás Uri Helía, la congregación en Sevilla para solicitar una casa en Ciudad Real, derivó, apenas 3 años después, en un proyecto hecho realidad. “Él recabó todos los apoyos y fondos para construir la casa, llamando a todas las puertas, escribiendo cartas a importantes autoridades españolas e internacionales”. A él se debe también la creación de la guardería Señora de Guadalupe, conocida como ‘las primas’, la restauración de Santiago y la Ciudad de Matrimonios Ancianos.


Traslado del Santísimo a la casa-convento de las Hermanas de la Cruz


En esta historia extraordinaria merece también unas líneas la hermana María Regina, superiora en los años en que se realizó la canonización de Sor Ángela de la Cruz con la visita del Papa Juan Pablo II a Madrid en mayo de 2003, “el superior mayor de la compañía le delegó el proceso para agilizar la documentación de uno de los milagros atribuidos a la santa, el del niño ciego Teodoro Molina, de Alcázar de San Juan”.

Desde su fundación, las hermanas de la Cruz de Ciudad Real mantienen el mismo fin guiadas por el mandato de su madre general: “Hacerse pobres con los pobres para llevarlos a Cristo”.

De vida mixta, contemplativa y activa, estas religiosas, de humilde vestimenta, comienzan cada jornada a las 6 de la mañana, con laúdes, misa y los oficios de la casa (costura, lectura e incluso recreo), para continuar con Hora Sexta, Vísperas y Completas al final del día. Incluso velan a enfermos en horas nocturnas, aunque la escasez de hermanas en la actualidad en Ciudad Real (sólo son seis), impide desarrollar tal actividad. A sus deberes canónicos se une su apostolado en la calle, en pareja y en silencio, con petición de limosna, recogida de donaciones solidarias, asistencias a pobres o personas desfavorecidas, “escuchamos, recogemos y rezamos para favorecerles en todo lo que podamos, tanto material como espiritualmente”.




En 1983, tras la beatificación de Sor Ángela de la Cruz en Sevilla, Ciudad Real les dedicó un monumento en la plaza de Agustín Salido. En 2017, su entrega desinteresada les valió el reconocimiento de Ciudadanas Ejemplares. Hoy en día continúan con la misma fortaleza, espíritu de ayuda y fe volcada en los más débiles y también en los pobres de espíritu, “el Señor toca el corazón donde se quiere sembrar alegría”, observan, en relación a una anciana que al principio era reacia a su visita y ahora las echa en falta si no van.

La sencillez de vida material (carecen de TV, calefacción o internet) pero su riqueza espiritual y labor apostólica les ha granjeado el cariño y amor de los ciudadrealeños, en especial, del Perchel, de las cofradías de Semana Santa, de instituciones, empresas y entidades colaboradoras. Gracias, hermanas, que vuestro camino apostólico y evangelizador continúe, por muy dirección opuesta que pareciera.

Fuente: https://ciudadreal.ayeryhoyrevista.com/hermanas-de-la-compania-de-la-cruz-71-anos-de-entrega-obediencia-a-dios-y-celo-apostolico-hacia-los-pobres-desde-la-pobreza/




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