Ayer fue una doctora, hoy un limpiabotas, mañana... no sabemos quién. Sólo pretendemos ofrecer el lado humano de tantas personas que saben ponerse al servicio de los demás con entrega y profesionalidad.
HOY “POLOLO” EL ÚLTIMO LIMPIA
Hace unos días, entre unos desordenados papeles, encontramos entre ellos una tarjeta de felicitación. “El LIMPIA del bar España y del bar Trini Avenida, les desea Felices Pascuas y Próspero Año Nuevo”, decía.
Ah, pero... ¿Aún hay limpiabotas en Ciudad
Real?, nos preguntamos.
Pues sí, obtuvimos la respuesta en la Plaza del Pilar, donde encontramos al último limpia botas de Ciudad Real. Se llama FRANCISCO BUSTAMANTE GARCÍA, conocido familiarmente por “POLOLO”.
Nació en Madrid el día 6 de mayo de 1926, aunque pronto lo trajeron a Ciudad Real, lugar de residencia de sus padres.
Su padre nos dice- era muy conocido por todos como Migallón y fue el “limpia” del Casino durante muchos años.
Al pedirle nos cuenta algo de su vida y de su oficio, nos habló así:
“Desde muy pequeño ayudaba a mi padre en su trabajo. Pronto empecé a ganar algo y todo lo que me pagaban se lo entregaba. Cobrábamos entonces, una peseta por servicio, hoy se cobran unas cuatrocientas.
Nos informa que hoy es el único “limpia” en Ciudad Real y después recuerda:
“Antes, desde la esquina del “Niño Gloria”
hasta la esquina de Calatayud, en la Plaza, nos situábamos unos veinte
“limpias” y siempre teníamos mucho trabajo, sobre todo los domingos y fiestas,
pues la gente hacía cola para que les atendiéramos. Ahora sólo hago uno o dos servicios
diarios, aunque muchos días no tengo ningún cliente.
Hoy, a sus setenta y cuatro años, muy sordo y casi ciego, dice que vive a diario la ilusión de su viejo oficio, al que se entrega de lleno cuando le solicita alguien su trabajo.
No cobra ninguna pensión, sólo percibe una pequeña ayuda y vive en una modesta vivienda de tipo social que le dejaron. Es soltero, vive solo y dice que nunca ha sido amigo de “aventuras”.
Mientras hablaba, en un ademán inesperado,
sacó el cepillo y dándole varias vueltas al aire se puso a limpiamos los
zapatos. Lo hizo muy bien, con una gran profesionalidad. Sin duda pasó un buen
rato. Por eso invitamos al lector a que, a su paso por El Pilar, se deje
limpiar los zapatos por el último “limpia” de Ciudad Real, como en los viejos
tiempos. Así dejará su huella en tan digno oficio a extinguir y “Pololo” se lo agradecerá.
NOSOTROS, también.
EMILIANO Y JUAN
Revista Nosotros. Nº 21 Septiembre-Octubre
2001


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