Se cumplen hoy 84 años que fuera
declarada la II Republica Española, el 14 de abril de 1931. Dentro de la misma
hubo un manchego que ocupo cargos en el gobierno y que es poco conocido en nuestra ciudad y provincia, me estoy refiriendo a Cirilo del Río y Rodríguez.
Cirilo del Río es un personaje poco
conocido por los ciudadrealeños y a quien no se le ha hecho justicia histórica,
como a tantos personajes de nuestra ciudad y provincia. Nació en Castellar de
Santiago el 27 de febrero de 1892, estudió con enorme dificultades personales,
ya que quedó huérfano de padre cuando contaba corta edad. Después de hacer de
monaguillo y escribiente, y estudiar como alumno libre, logró obtener el título
de maestro, para posteriormente adquirir la licenciatura de Derecho, en tan
solo tres cursos. Contrajo matrimonio con la respetable señora doña Gloria
Nieva Rodero, de distinguida familia valdepeñera, el 26 de julio de 1919 en la
iglesia parroquial del Santo Cristo de Valdepeñas.
Su carrera profesional la ejerció
fundamentalmente en Ciudad Real, como abogado de encendida oratoria y verbo
fácil. Vinculado políticamente con el liberalismo, se alineó al lado de Rafael
Gasset. Fue elegido diputado provincial por el distrito de Valdepeñas en 1919 y
en 1923 fue designado presidente de la Diputación Provincial. Apartado de la
política durante la etapa dictatorial de Primo de Rivera, en 1931 se adscribió
al Partido Liberal Republicano, renunciando a su ideario monárquico. En 1931 y
1933 fue elegido diputado a Cortes por la provincia de Ciudad Real, ocupando
diversos cargos institucionales, para ser designado en 1933 ministro de
Agricultura en el gobierno de Diego Martínez Barrio. Pasadas las elecciones de
noviembre, siguió desempeñando la cartera de Agricultura hasta octubre de 1934
y en 1936 fue designado ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, perdiendo
el acta de diputado en las elecciones de 1936.
Su labor más
destacada la realizó en la primera de las carteras mencionadas, en la que
mantuvo su compromiso con la ley de Reforma Agraria aprobada en el anterior
gobierno republicano, pues en su etapa se sigue aplicando esta ley republicano-socialista,
y se incrementa la protección a los pequeños propietarios.
Como era
frecuente en esa época, Del Río atiende también a los intereses de la provincia
por la que había sido elegido diputado, Ciudad Real, y promueve, entre otras
cosas las primeras medidas de protección del enclave de las Lagunas de Ruidera,
además de numerosas obras públicas de carácter local.
Desvinculado de la política, quedó en
Madrid durante la contienda civil, por lo que vivió escondido durante la misma.
Al final de la guerra, fue acusado y procesado, saliendo indemne del juicio pasando
por la humillación de ser depurado en su carrera profesional como abogado hasta
que consigue resarcirse de ello y dedicarse a su profesión y a su principal
distracción, la caza. Moriría en Madrid el 27 de febrero de 1957, el
mismo día que cumplía los sesenta y cinco años.
En el año 2010 D. Francisco Asensio
Rubio, Catedrático de Historia en la UNED de Valdepeñas realizó un libro sobre la
figura de este manchego que fue publicado por el Ministerio de Medio Ambiente,
Rural y Marino.
Ciertamente fue una persona entregada al servicio del ciudadano, politico honesto como pocos y ejemplo a tomar si lo que se pretende es retomar los valores de una sociedad que ha perdido el rumbo y de una clase política que tiene olvidada cuál es su función y misión...tomarlo con ejemplo
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