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lunes, 8 de agosto de 2016

EL SAGRARIO CATEDRALICIO



La noche o madrugada del lunes 16 de octubre de 1978, la catedral fue objeto de un robo, que fue descubierto al abrirse el templo, para decirse la primera misa. La puerta del mediodía o del Prado había sido forzada y por ella habían accedido el ladrón o ladrones al interior. A parte de robar los cepillos, un cíngulo y una cruz y cadena de oro que tenia la Virgen de los Dolores, el Sagrario que se encontraba en la capilla de Santo Tomás de Villanueva en su retablo, había sido forzado y sufrido grandes destrozos.


Destrozado el Sagrario, el Cabildo Catedral acuerda realizar uno nuevo en orfebrería, que fue adquirido a la Casa de Santarrufina de Madrid, y sufragado por la Fundación Elisa Cendrero. El Sagrario fue bendecido e inaugurado el Miércoles de Ceniza 28 de febrero de 1979, y es un Sagrario de estilo barroco con orfebrería dorada y plateada.


El Sagrario es denominado “Los Cuatro Evangelistas”, al encontrarse los apóstoles en metal plateado en la cornisa del mismo, sobre las cuatro columnas exentas. Una lectura más profunda sobre su situación nos revela el papel de estos personajes como "columnas de la Iglesia" según la epístola de San Pablo (Gálatas, 2, 9).


La ornamentación de la puerta del Sagrario es  el "Agnus Dei" o "Cordero de Dios", imagen sacrificial de Cristo como Víctima, sentado sobre el Libro de los Siete Sellos, tal y como se describe en la visión final del Apocalipsis. El Sagrario se remata con la figura de San Miguel en la parte superior.


Coronando el cuerpo cupular del Sagrario, nos encontramos la imagen de un crucificado, imagen del siglo XVII de escuela toledana,  que se salvo de su destrucción durante la Guerra Civil Española, que conservaba el Cabildo Catedral y que se decidió poner coronando el Sagrario.


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