Desaparecida casa-misión
de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María en la calle que lleva su
nombre
La calle Corazón de María, es una calle
del Ciudad Real histórico, que se inicia en la confluencia de la calle Libertad
con Conde de la Cañada, y se prolonga hasta la calle Calatrava.
Hasta el año 1913, la calle se denominó
calle Cohombro, posiblemente por una hortaliza que recibe este nombre y que se
podía cultivar en los huertos que existían en esta zona. En el año referido de
1913, el ayuntamiento acordó cambiar el nombre al actual de Corazón de María,
al encontrarse al inicio de la misma la residencia de los Padres del Inmaculado
Corazón de María, más conocidos como los claretianos.
D. Cecilio López Pastor, nos relata en
un artículo publicado en el diario “Lanza”, el 22 de noviembre de 1970, la
llegada de los claretianos a nuestra ciudad: “En 1879 el Obispo-Prior, don Victoriano Guisasola Rodríguez, trató de
establecer una fundación de claretianos en Campo de Criptana, fundación que por
causas ajenas a la voluntad del prelado y de los misioneros, hubo de
desecharse. Fue su inmediato sucesor, el ilustrísimo don José María Rancés,
quien logró el intento de tener a los Hijos del P. Claret en la Mancha. Y doña
Ulpiana Díaz, regente de la Escuela Normal, fue el instrumento de que Dios se
sirvió para poner en relación con el señor Obispo-Prior al P. Inocencio Heredero,
que llenaba con sus predicaciones toda España y que, por entonces gobernaba la
Comunidad de Zafra.
Desaparecido retablo mayor de la iglesia que fue destruido en 1936
Efecto
de estas providenciales relaciones entre el señor Obispo y el P. Heredero fue
que el 27 de mayo de 1895 ambos firmaron un convenio para establecer sendas
fundaciones en Manzanares y la capital. Y aunque la de Manzanares se creía más
viable y se intentó primeramente, la realidad es que sólo llegó a sazón la de
Ciudad Real, con el ofrecimiento y aceptación de la Casa-Misión, Casa de
Ejercicios e iglesia adjunta que merced a una donación de la piadosa señora
doña Dolores de Bustos, se habían construido en la entonces llamada calle del
Cohombro, y hoy Corazón de María.
Formalizada
la fundación, el 22 de noviembre de 1895 llegaban a Ciudad Real los seis padres
y cuatro hermanos que iban a constituir la primera Comunidad presidida por el
P. Pedro Mulleras, predicador de arrebatadora elocuencia y uno de los
individuos más conspicuos y beneméritos del Instituto por aquellos días. El día
23, el doctor Rancés, bendice la nueva iglesia del Corazón de María y del Beato
Juan de Ávila, que se abría al
Cultos
con estos dos titulares. El 24, domingo, se tuvo la inauguración oficial con
solemnísima misa, celebrada por el Chantre de la Catedral y Secretario de
Cámara, con asistencia del Cabildo, autoridades civiles locales y provinciales,
las personas más principales de la población y una apiñada muchedumbre que
apenas podía rebullirse en el sagrado recinto. A ella asistió también y en ella
predicó el señor obispo, que en emocionados párrafos dio rienda suelta a los
más vivos sentimientos por ver cumplidamente satisfechos sus deseos. Y por la
tarde en otra solemne función religiosa, el P. superior expuso al numeroso
auditorio el objeto de la fundación y, como quien dice, el plan de campaña que
se proponían los Hijos del Corazón de María en la Mancha. Un plan que empezaron
a desarrollar desde los primeros días en la ciudad y en la Diócesis.”
Imagen del Sagrado Corazón de María que presidia la iglesia y que fue destruida en 1936 al inicio de la Guerra Civil Española
El periódico semanal “El Mensajero
Católico”, publicado en nuestra ciudad el 23 de noviembre de 1895, describía
así la nueva casa-misión de los claretianos en nuestra ciudad: “El jueves último tuvimos ocasión de visitar
este nuevo edificio el cual está hecho de una manera acabada y que llena
indudablemente el objeto para lo que se le destina. Los planos fueron
levantados con gran acierto y discreción por el notable ayudante de obras
públicas D. Vicente Candelas, el que puede estar satisfecho de su obra.
Multitud de celdas perfectamente distribuidas alrededor de un bonito patio
central, dependencias espaciosas según sus usos y con arreglo a todos los
modernos adelantos y una bonitísima capilla que el próximo domingo se abrirá al
público, es lo que desde luego vése allí. El ejecutor de las obras ha sido el
inteligente maestro don José Joaquín García que con todo esmero las ha llevado
a cabo.
La
capilla estará dedicada al Beato Juan de Ávila, siendo por lo tanto el primer
templo que esta provincia se dedicará a nuestro sin par paisano. Tiene tres
altares: el mayor que lleva tres hornacinas en el que se colocaran a la
izquierda San José, a la derecha, el Beato Juan de Ávila y al centro la Imagen
del Sagrado Corazón de María.
Los
laterales, uno está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y otro a la Dolorosa.
A
los pies de la capilla, debajo del coro y frente a la puerta de entrada está
colocado un precioso crucifijo de talla. Y como allí hemos visto que estaba
dirigiendo la ornamentación, nuestro querido amigo el virtuoso canónigo Sr.
Añeto, no hay que decir que todo estará perfectísimamente dispuesto para la
inauguración”.
La calle Corazón de María, era una calle
con casas de dos alturas de típica arquitectura popular manchega, que fue
cambiada de nombre en 1932, durante la II Republica Española, que paso a
denominarse de Blasco Ibáñez, volviéndose a rotular con el nombre de Corazón de
María en 1939, al término de la Guerra Civil Española.
Una de las antiguas casas desaparecidas de la calle Corazón de María
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