Vista
de la calle Libertad desde la esquina de Conde de la Cañada con Corazón de
María en los años sesenta del pasado siglo XX
La tercera orden religiosa que se
estableció en Ciudad Real fue la Orden de predicadores de Santo Domingo
(Dominicos). La Orden construyó el convento en Ciudad Real sobre la Sinagoga
Mayor Judía, que, tras la persecución a los judíos en 1391, fue convertida en
iglesia bajo la advocación de san Juan Bautista. El rey Enrique III, en 1393,
se la donó a Gonzalo de Soto, maestresala del monarca, quien cinco años más
tarde, en 1398, se la vendió al vecino de Villa Real, Juan Rodríguez de Villa
Real, tesorero mayor del Rey, en Toledo por diez mil maravedíes.
Este en 1399, donaría la sinagoga y unas
casas anejas al prior del convento de San Pablo de los dominicos de Sevilla,
fray García de Sevilla. Con esta premisa se decide la construcción del convento
en Ciudad Real que estaría dedicado a san Juan Bautista en memoria del donante.
La escritura del 29 de enero de 1399 recogía las condiciones de fundación del
convento. La donación fue confirmada por Juan Rodríguez de Villa Real con su
mujer, Elvira López de la Torre, junto a otras heredades para que el monasterio
disfrutara de rentas, según la escritura pública que lleva fecha en Villa Rubia
del Campo de Calatrava en cuatro días de noviembre del mil cuatrocientos.
La
adaptación de la sinagoga
Según Delgado Merchán los dominicos no
destruyen la sinagoga mayor, sino que la adaptan e introducen los cambios
necesarios para su nueva función. Tenía dos portadas, una al norte y otra al
poniente, formadas por semicírculos en degradación con sus correspondientes
arquivoltas. Su interior era espacioso con tres naves adornada con muchas
capillas siendo construida una para el enterramiento del converso Juan González
Pintado, que compró en Medina del Campo para su altar una imagen de la Virgen,
un frontal y ornamentos. Había también capillas dedicadas a Santa Catalina y
santa Rosa, Nuestra Señora de la Sentencia y las Once Mil Vírgenes.
Contiguo a la iglesia había un patio
cuadrangular, que Delgado Merchán describe como: “confiante con la calle de la
Mata, con sus espaciosos claustros por fuertes pilares de extraordinario
espesor sostenidos, formando arcos combinados de herradura y apuntados,
semejantes a los esbeltos y airosos de la puerta monumental de Toledo, era obra
de igual fábrica y estilo arquitectónico que la del templo, lo que junto con la
posición que ocupaba a la parte del Mediodía, hace presumir con fundamento que
nacieron a la vez, dependientes uno de otro, y que ambos pertenecían a aquella
época de viril entusiasmo en que la población cristiana y la judaica,
aguijoneadas en santo celo y religiosa emulación, erigían en Villa Real al Dios
de sus creencias los más suntuosos edificios del arte contemporáneo.
Una de las imágenes de mayor devoción
popular era la Virgen del Rosario con la procesión popular del Rosario de la
Aurora. También recibía culto la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Una
fundación que tenía diferentes advocaciones populares que la relacionaban con
la vida de la ciudad y sus prácticas religiosas.
Plano
del antiguo convento de los Dominicos
Planos
del convento y desamortización
En el plano de Coello de mediados del
siglo XIX se señala el Convento de Santo Domingo con fachada a la calle la
Mata, en uno de sus lados la calle Santo Domingo y en el otro la calle la Peña.
En la leyenda del plano se indica: convento de Santo Domingo en ruinas. En su
fachada Norte la calle de la Libertad. Ya años antes las piedras del edificio
conventual eran utilizadas por el Ayuntamiento en otras construcciones. Muchas
de sus piedras fueron utilizadas para la construcción de la plaza de toros
proyectada en 1844 por Manuel Gómez. Por tanto, el edificio ya estaba arruinado
en ese momento y quedaban apenas los muros de cerramiento que acotaban el
espacio que había ocupado en otro tiempo.
En la exposición de documentos
históricos de Ciudad Real que se presentó en el Archivo Histórico Provincial
había un plano sobre papel encerado que se titula Plano del desaparecido
convento de los Dominicos. El plano dibuja el cerramiento exterior del edificio
con la forma de su perímetro a escala 5,005 por metro.
El Boletín Oficial de Venta de Bienes Nacionales
de la provincia de Ciudad Real de 30 de septiembre de 1872 anunciaba la “El
solar y terreno que constituyen el área del ex-convento de Dominicos de esta
capital, al Extremo Este de la población, en la calle de la Mata y sitio
titulado Compás de Santo Domingo, el cual linda al N, plazuela del Compás de
Santo Domingo, y propiedad de José García Velarde y Teresa Herrera; al S. calle
de la Mata, al E. calle de la Peña y herederos de Juan Manuel Redondo y O.
calle del Arco de Santo Domingo” La superficie total que se subastaba, con el
plano que la acompañaba, era de 5.446 metros cuadrados de los cuales 160 metros
correspondían a la parte cubierta, 378 a la parte ocupada por muros y cerca. El
solar y pajares estaba arrendado y en base a la cantidad del alquiler se tasaba
el precio del solar en 5.824 pesetas tasación realizada por el arquitecto
municipal Vicente Hernández. La subasta que se celebraba en Ciudad Real y
Madrid exigía ofertas por encima de este valor que se abonarían en diez plazos.
El edificio pues, ya no existía en esta fecha quedando los restos del
cerramiento del convento.
La
forma del edificio subastado
El plano del perímetro del edificio que
se subasta para la venta de Bienes Nacionales tiene una forma irregular. Un
frente a la calle de la Mata de unos 64 metros con una zona de planta
rectangular de unos 65 metros de fondo con fachada a las calles compás de Santo
Domingo y calle Peña. Al fondo, el cuerpo de unos 42 metros de anchura que,
dada la forma de la planta correspondería a la zona de la iglesia del conjunto
con un saliente en su lateral que deja una plazoleta en ese espacio.
En el plano de Ciudad Real de principios
del siglo XX la manzana donde se situaba
el convento conserva la forma que se describe a mediados del siglo XIX. Cuando
el inspector Sofi dibuja el plano de Ciudad Real en 1925 la calle de la Mata se
denomina calle Sauco Díez y la zona ocupada por el antiguo convento se ha
dividido en dos manzanas que atraviesa su frente. Las calles extremas del
Compás de Santo Domingo y de la Peña tienen en su centro un nuevo viario
perpendicular a la calle Sauco Díez, denominada calle de las Delicias. Las dos
manzanas están divididas en diferentes propiedades de pequeñas dimensiones que
señalan el olvido total del antiguo convento de los dominicos. Solo el plano de
mediados del XIX y el anuncio de la venta del mismo nos recuerdan, de forma
documental, la existencia de ese convento en la calle de la Mata de Ciudad
Real. La memoria olvidada porque el tiempo envejece deprisa.
Diego
Peris Sánchez. Lanza, Semanario de la Mancha, 11 de agosto de 2017.
Plano
de Ciudad Real de mediados del siglo XIX
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